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jueves, 20 de diciembre de 2018


CUANDO SE DESPIERTA LA BESTIA

He de reconocer que desde mi lado ácrata y mi formación criminológica hay muchos días como estos últimos en los que se despiertan mis dudas. Por otro lado soy feminista desde que recuerdo, siempre me rebele a esos cánones impuestos que mostraban a las niñas como más débiles y con la obligación de estar subyugadas al hogar, como victimas silenciosas de un sistema patriarcal del que yo no era consciente pero del que me fui despertando gracias a mi rebeldía innata y a mi militancia desde muy joven en un grupo feminista.

De ahí vienen mis dudas cada vez que se comete un femicidio, dudas no superiores a si el que muere en manos de un salvaje es un niño o cualquier otro ser humano cuyo único error fue estar ante quien en la mayoría de los casos no conciben a la persona en su parte humana sino como una cosa que tienes derecho a romper.
Como criminóloga hay dos teorías que me han marcado profundamente (aunque la mayoría de teorías no tienen desperdicio y de todas se saca algo bueno) una es la teoría del etiquetamiento que en resumen viene a decir que el delincuente lo es en cuanto a esa etiqueta previa que la sociedad le adjudica, así es más probable que veamos como delincuente a personas salidas de barrios marginales, o a emigrantes. Es más probable que los pobres sean más susceptibles de caer en las garras del sistema penal: en primer lugar porque ya se presupone que el hecho de haberte criado en determinado barrio, ambiente, familia, etc. te convertirá en delincuente. Otra de mis teorías “preferidas” es la teoría critica, según esta teoría es la sociedad la que crea al delincuente, las diferencias sociales harán también que los más pobres acaben engrosando las prisiones, entre otras cosas porque estos (los más desfavorecidos) no tienen medios para procurarse una defensa con las mismas garantías de los más ricos. Así las prisiones son un nido de pobres (lo digo con conocimiento de causa) en las cuales se supone que los que delinquen se rehabilitan, y realmente yo que tengo bastantes amig@s trabajando en el sistema penal sé que son profesionales que lo creen, aunque yo como abolicionista que soy no creo que la pena de prisión rehabilite.

Llevo días intentando hacer oídos sordos, sé que casi siempre voy contra corriente, lo tengo asumido, no creo en la prisión y menos en la pena de muerte (la cual demuestra el fracaso total de los humanos) y me preguntareis ¿Entonces qué?.

El delito no lo olvidemos es una construcción social que se moldea según los intereses del sistema que opere en el momento, no es necesario recordar que no era lo mismo la concepción del delito en la edad media que en la actualidad y sin ir tan lejos no “eran” los mismos delitos en un régimen comunista o en el capitalismo. Hay muchas diferencias, muchos matices. De la misma forma no ha sido lo mismo históricamente el tipo de penas (yo siempre recomiendo leer el libro de Cesare Beccaria DE LOS DELITOS Y LAS PENAS el cual a pesar del paso de los años está en candente actualidad) en cuanto a proporcionalidad, garantías, etc.

Pero (hay siempre hay un pero) hay un tipo de delitos que conmocionan, delitos que siempre se han dado y que ponen los pelos de punta a la sociedad. No es cosa de ahora, si leemos sobre la historia de nuestra España negra veríamos que algunos de los de ahora son casi angelitos al lado de aquellos. También decir que la mayoría de grandes asesinos (asesinos en serie, etc.) no se han dado ni se dan principalmente en nuestro país sino en países que se suponen más desarrollados y que en alguno de estos países se condena a los asesinos con la pena principal, pero que esto en vez de tirar a la baja el número de delitos violentos hace un efecto totalmente contrario: la violencia genera más violencia ya se sabe…..

Por eso me siento un bicho extraño cuando en momentos y ante hechos deleznables concretos todo el mundo clama al cielo erigiéndose juez y verdugo. Lo más curioso es que esta exaltación del castigo se da solo ante determinados casos. Casos que interesa desmembrar desde los masmedian como si se necesitara un motivo para tener entretenido al personal. Para mí, sintiéndolo mucho y desde el respeto que me merecen muchas personas, esto es una muestra más del pensamiento único dominante con al cual yo no comulgo ni nunca (mientras sea consciente) comulgaré.

Y me duele Laura, desde mi lado feminista, pero sobre todo desde mi lado humano que concibe la vida como un regalo que nadie tiene derecho a destruir. Y me duelen las miles de Lauras que tuvieron la desgracia de nacer en países donde una mujer vale menos que un trozo de pan y cuyas vidas son segadas diariamente. Y creo que la lucha, la visibilidad no es cosa de un día porque todos de alguna forma somos cómplices cuando aceptamos de forma más o menos callada el tema del patriarcado y la desigualdad. Pero es que hace unos días fue Laura y hace unos meses Gabriel y resulta que la memoria es muy corta y solo danzamos cuando nos piden danzar.

Es por eso que no soy yo de actos simbólicos (cambiar foto de perfil, poner escritos…..) aunque respeto inmensamente a quienes los realizan. En mi caso necesito meditar, apartarme y recapacitar porque sé que la solución no está en penas de muerte ni en prisiones en las que se tira la llave. Habremos encerrado la bestia, pero es que hay muchos más, no olvidemos que incluso desde la misma criminología hay vertientes que no consideran la psicopatía una enfermedad mental mientras que otros trastornos menos graves y que no hacen ningún daño a la sociedad si (paradojas del sistema penal…..)

Cuando decidí estudiar criminología  y desde mi lado ácrata más humanista partí de la idea de que si una persona que delinque (sobre todo en casos de delitos graves) no logra ser consciente del mal ocasionado, si no se responsabiliza de él, si no vive con dolor el mal causado…..poco tenemos por hacer. Diez años después sigo con el convencimiento de que si no es así lo que nos espera puede ir a más ya que cada vez más las nuevas generaciones viven como normales situaciones y hechos que antes eran impensables. No se puede legislar a golpe de populismo, no podemos cambiar el Código Penal según los criterios del partido que gobierna, no se puede utilizar este como una forma más de propaganda electoral entre otras cosas porque si es así este perderá su parte de garantía.

Como ya he dejado ir me defino abolicionista, y eso decirlo en días como hoy supone un peligro, pero dentro de mi congruencia tenía que decirlo. El abolicionismo aboga en un principio por el cierre de las prisiones, y al final por la derogación del mismo sistema penal (aunque eso supongo que como la anarquía a muchos les suene a pura autopia). Para mi ser abolicionista es un acto de fe hacia el ser humano y establecer otras formas de rehabilitación que enfrente al que delinque con el delito en sí y con la victima a través de una Justicia Reparadora.

Está claro que hay casos en los que la respuesta no está solo en el Sistema Penal y estos son los casos de los asesinos psicópatas (tener en cuenta que hay otras patologías que llevan a matar) ante casos extremadamente crueles se tiene que buscar la forma para que a través del reconocimiento que lleva a un estado de sumo dolor, la bestia encuentre su lado humano. Si no es así las bestias seguirán deambulando a su aire, por mucho que los matemos, aunque los encerremos de por vida, porque la sociedad siempre seguirá generando bestias.


Me quedo con el concepto de la vida de mi amiga de redes Maria Gomez quien tiene claro que solo el amor en si es sanador, es necesario mucho amor para llegar aún a las almas más oscuras.

4 comentarios:

  1. ... y mientras, políticos sin neuronas, piensan más en el rédito político de las muertes producidas por esas bestias, pidiendo que se les encierre de por vida, como si con eso el problema estuviese solucionado.
    Brillante entrada que comparto.
    Besos.

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  2. Amiga no se puede decir mejor y más claro , a la bestia como tú la has llamado se la debe educar , enseñar y hacerle saber que el hecho cometido lo tiene que pagar , pero es cierto que encerrándole de por vida solo hacemos que tengamos un gasto más en la sociedad y sin producir ni sanar ..es difícil el tema pero no imposible construir una sociedad con valores ..pero no electorales .
    Un fuerte abrazo y feliz noche ..da gusto leerte .

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  3. Estoy convencida que la cárcel no cambia a las personas, que no rehabilita, que la cárcel no es la solución. pero mientras educamos a los educadores para que eduquen a los niños (eso son años de espera) si mantenemos a los maltratadores, a los violadores, a los asesinos encerrados conseguiremos dejar de leer aquello de " salio de permiso carcelario y ha matado a una niña", "Cumplió diez años por asesinato, ha salido y ha vuelto a matar". Estoy muy enfadada. Abrazos

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  4. Me gusta que no te dejes llevar por la corriente, que plantees un pensamiento propio. Veo un mérito en eso.
    Un abrazo.

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