VIDA NUEVA
Tres pantalones tejanos, dos mallas, seis
camisetas de algodón, ropa interior la justa, una chaqueta impermeable fina,
unas bambas de tela y nada más. Lo que necesitaría para su nueva vida cabía
justo en una mochila mediana. Se calzó las viejas botas y apretujo su cuerpo al
calor del anorak, dejo las llaves del piso sobre la mesa y una escueta nota con
un adiós.
Todo comenzó unos meses antes cuando ella
sintió con mayor intensidad el peso del sin sentido vestido de vacío y soledad.
En su vida demasiado cómoda no faltaba nada que cualquier mujer en sus cabales
no pudiera desear. Se la suponía felizmente casada con un marido en una
situación económica excepcional, solo algún desliz por parte de él y a veces de
ella parecían enturbiar de vez en cuando su felicidad. Sus dos hijos vivían en
una adolescencia tardía pasados los veinte y largos, hacía años que no recordaba
por parte de ellos sonrisas o palabras amables hacia ella, exigencias crueles de
aquellos que todo lo tienen y que cuando están en casa pasan a ser figuras
inertes con móvil en mano estirados en el sofá. Y ella día tras día con el convencimiento
de que todo lo había hecho mal.
La vio en el ordenador, era la fotografía de
unos niños jugando en el barro de uno de aquellos lugares olvidados cuyas
lluvias lo anegan todo con una furia inmensa. Pero dentro de lo que parecía una
catástrofe, el rostro resplandeciente de unos niños sonriendo: la felicidad
está ahí –se dijo- está justo en la sonrisa de esos niños. Y en ese momento comenzó
su búsqueda, primero fueron pequeñas colaboraciones en barrios desfavorecidos un
voluntariado corto que la llevó a mucho más. Su meta la puso en Guatemala, el
lugar donde se realizó la foto de los niños sonrientes, en los meses
posteriores y a escondidas de su marido, fue pasando todo el capital heredado
de sus padres a una ONG que trabajaba con los niños de la calle. Después vino
la oferta para trabajar in situ, su preparación, las vacunas, el visado…El día
elegido era el uno de enero de 2020, justo el mismo día que cumplía los 55 años.
A las ocho de la mañana todos dormían, los
chicos hacía una hora que habían llegado, cuando atravesó la puerta de la
entrada un tenue rayo de sol le dio la bienvenida. Su vida, su nueva vida
comenzaba así.
Que bella y triste a la vez ..no se cual sería la bella y la triste ,pero lo que estoy segura leyendo es que elogió la mejor ...Un bello texto lleno de reflexiones .
ResponderEliminarGracias amiga y te deseo lo mejor ..
Feliz 2020..abrazos incondecionales.
Deberíamos reflexionar sobre la infancia, esa que no se elige, porque nadie puede elegir dónde nace.
ResponderEliminarUn buen texto. Feliz año y porque encontremos nuevas vidas, mejores, en este año que estrenamos. A ver si puedo participar. Espero que sí.
Hola, Molí. Feliz año lo primero de todo y siempre mis mejores deseos y cariño para ti que hagas extensivos a los tuyos.
ResponderEliminarHe leído tu texto, siempre tienen algo social, algo educativo, algo de esperanza y, sobre todo, mucha reflexión.
Espero poder participar. A ver si me dan las musas algo de instrucción y me pongo aunque como ando un poco ausente, no prometo nada, pero ya que me deja esto, te dejo un abrazo.
La mejor manera de cambiar de vida y encontrar sentido a lo que se siente, no lo tiene. Sacar el ojo del propio ombligo, y transformar nuestras metas en mejorar la vida del prójimo. Buen propósito para comenzar una año nuevo, y no necesraiamente hace falta más que un poquito de nuestro tiempo, seguramente nos sentiremos mejor con nosotros mismos. Un fuerte abrazo y un bueno 2020, Inma.
ResponderEliminarComo siempre acostumbras, nos da un a bella lección de amor y desprendimiento.
ResponderEliminarAprovecho para desearte un feliz año 2020.
Besos.
Aquí te dejo mi aporte a tu jueves.
ResponderEliminarhttps://lapiazzadellaslunas.blogspot.com/2020/01/los-jueves-un-relato-una-vida-nueva.html
besos
Ojalá la vida le haya sonreido despues de tan enorme decisión. Me disculpo x no poder participar de tu convocatoria. Razones personales me quitan todo el.tiempo disponible que logro sacar a los quehaceres domésticos. Beso grande
ResponderEliminarEncontró su camino, para cambiar. Bien contado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Wow, vaya cambio más radical de vida, pero para ella sin duda comenzaba una etapa más feliz. Ya lo dicen: no es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita.
ResponderEliminar¡Un besazo, Molí!