CONVOCATORIA JUEVERA PARA EL JUEVES 8 DE DICIEMBRE, ESTA SEMANA LA AMIGA MAG DESDE SU BLOG LA TRASTIENDA DEL PECADO NOS INVITA A ESCRIBIR SOBRE DESPISTES....
¡ SE ME OLVIDO!
ACTOS FALLIDOS
Cerró el libro y apagó la luz de la mesilla de noche, aunque
esa noche, como solía hacer desde hacía unos meses, hizo un repaso de todo lo
acontecido durante el día para así poder visibilizar los avances desde la
última terapia. Hacía exactamente tres meses que asistía a sesiones de psicoanálisis
con un prestigioso terapeuta ya que los despistes habituales en cualquier
persona en su caso se multiplicaban por diez. Llevaba semanas buceando en los
recodos más oscuros de su infancia, intentando descubrir algún hecho, algún vestigio
que le hubiera llevado a convertirse en aquel ser olvidadizo que hacía que
sus relaciones amorosas fueran desde hacía años inexistentes. Y es que a él que
incluso no recordaba ni su propio cumpleaños, era imposible que se le pidiera
recordar años de compromiso, aniversarios de bodas o del nacimiento de sus
propios hijos, en cuanto a fechas era un desastre total.
El problema se fue agudizando tanto que pidió a su medico de
cabecera que lo derivara a una unidad de demencia pera que le hicieran las pruebas
pertinentes, convencido ya de que era victima de una de aquellas demencias
precoces. Y es que el hecho de que cada mañana perdiera un tiempo primordial
intentando localizar las llaves, la cartera con la documentación o incluso el
abrigo en invierno, eran hechos que hacían peligrar su trabajo y eso que se
levantaba cada día como mínimo dos horas antes de tener que salir. Después la
localización de los objetos que él ya daba por perdidos, aparecían en los
lugares más inverosímiles: dentro del congelador, en la puerta de su vecino, en
la terraza del otro vecino colindante, dentro de algún antiguo ovillo de
tricotar de los que tenía su madre. Realmente lo suyo era cosa de locos…
Harto ya de bromas y desesperado por no saber nunca en que
nuevo lio se encontraría por esos despistes que podían hacerle confundir a la amante
con la mujer de algún amigo con el lio consiguiente. Hizo caso a uno de sus
mejores amigos el cual estaba convencido de que el psicoanálisis era la
solución para la mayoría de problemas de la vida y es que el problema de Javier
era ya un auténtico problemón.
Removiendo en su subconsciente fue recordando que desde su
más tierna infancia siempre había estado acompañado por un montón de actos
fallidos, que es como les llaman coloquialmente los psicoanalistas a los
despistes. Como una especie de deberes para hacer en casa, Javier cada día
apuntaba en una libreta cada uno de sus despistes añadiendo el momento y el
lugar e intentando analizar el proceso mental que había acompañado a cada uno
de ellos. Así aprendió a detectarlos y a prevenirlos de tal forma que en su
nueva vida analizada de hito en hito cada vez eran menos los olvidos y parecía
que estaba formándose en el un hombre nuevo.
Aquella noche mientras analizaba el día pasado, sintió que
lo embargaba una monotonía asfixiante, un aburrimiento vital que lo atormentaba
por dentro. Fue esa noche en la que fue consciente de que llevaba días sin un
solo despiste, pero también sin las bromas compartidas con todos aquellos que lo conocían y lo aceptaban tal cual. Y fue esa misma noche cuando decidió dejar la psicoterapia
para poder recuperar al antiguo Javier olvidadizo para seguir viviendo de verdad.
Curioso relato, el hombre en sus despistes era feliz, cuando se lo arreglaron vio que le faltaba algo, su esencia...
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana.
Me gusta, al final Javier había encontrado su autenticidad en aceptarse.
ResponderEliminarBesos.
Curioso desenlace, que el personaje descubra estar mejor con sus despistes. Y también efectivo, acorde a este jueves-
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy extraño y peculiar relato el que nos plateas. Sea como fuere, se conocía bien con sus despistes y era feliz a pesar de las contrariedades que le suponía, pero una vez conocido, quedaba en el olvido. Esos despistes eran parte de él, de su esencia, de su forma de vivir y de ver la vida, de enfrentarse a ella...
ResponderEliminarMillones de gracias por participar una vez más en estos retos que tan familia nos hace.
Un beso enorme y feliz resto de semana.
Esos despistes eran parte de su personalidad no tanto, creo, con pérdida de memoria como con fallas en la atención.
ResponderEliminarMientras no incomode es, divertido. El problema surge cuando causa malestar, razón por la que se va al psicólogo/psicoanalista. Tu personaje era feliz así como era y eso es muy válido. Y la gente lo aceptaba como era. Un beso, Moli
Cada cual es feliz a su manera, y él lo era con sus despistes, buen relato Inma.
ResponderEliminarBesos.
Efectivamente, los "actos fallidos" le suponían un problemón en su día a día. Pero también eran su esencia, por lo que desprenderse de una cualidad tan suya, lo convertía en alguien que no era! Difícil decisión! Un abrazo!
ResponderEliminarSe me olvidó besarte antes de irme
ResponderEliminarme lo recordaste
Y volví a vivir
Este lo que necesitaba era un detective porque alguien le está haciendo " luz de gas" ( cuanto hace que no usaba esta expresion). La cartera en la terraza del vecino? ¿ ñas llaves dentro de un ovillo de lana?
ResponderEliminarO un siquiatra que le trate la doble personalidad, que le esconde las cosas.
Pero si se conforma con lo que hay , mucho mejor. Se ahorra una pasta y será más feliz
Abrazoo, inma
Me suena como que hayas conocido a alguien parecido a pesar de lo raro
Muy, muy, bueno.
ResponderEliminarEs verdaderamente interesante lo que se plantea en tu relato, y, desde luego, con un trasfondo para reflexionar.
Te va atrapando como en una tela de araña repleta de olvidos y situaciones aparentemente preocupantes, para terminar con una sencilla aceptación desde la propia felicidad que elige su destino.
Me ha parecido buenísimo.
Un placer, querida amiga.
Abrazo grande, y muy feliz finde 💙
Una buena historia, Inma, intrigante e interesante. Es curioso que se sintiera mejor rodeado de olvidos y despistes. Las formas de pensar de los humanos pueden ser muy llamativas.
ResponderEliminarUn abrazo
Has tocado una situación muy interesante y desgraciadamente frecuente. Como todo aquello en lo que interviene la mente que te hace sentir contento y normal, metiéndote en un barullo que cuando intentas salir de él por la magnitud que están tomando los fallos sociales, te aburres y tienes que decantarte por el camino a seguir.
ResponderEliminarNo sé Inma si se envió antes mi comentario, si fuera así, disculpa la repetición, te decía que ha parecido relato redondo, muy interesante. Me has hecho reflexionar y acordarme de Parménides.
ResponderEliminarBesos
Se ve que lo de ser olvidadizo no era patológico, sino simplemente parte de su personalidad! Un abrazo
ResponderEliminarUna vez más me dejas con un regusto de buena literatura después de leerte, Ha sido un regalo Un abrazo
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