ALAS DE CRISTAL
Las madres suelen ser sabias, por eso
cuando Eva tubo entre sus brazos a la pequeña Greta sintió un no sé qué, que le
impulsó a no acariciarle la espalda. Por otro lado, la niña no mostró nunca
problemas para echar su pequeño eruptito ni tos, ni nada que obligará a
golpear su parte posterior, y así solo
por intuición en toda la familia se creo una especie de tabú de protección
hacia el dorso de Greta. No es que tuviera nada en particular, bueno
nada que fuera visible ya que por lo demás la niña no mostraba nada que la
diferenciara del resto de las niñas. Bueno si, si tengo que hablar con
sinceridad Greta, una niña nacida en plena época virtual no soportaba ni de
lejos nada que tuviera pantallitas, ni tablets, ni mobiles vamos ni televisión.
Greta era una niña tranquila,
aunque ya en la guardería paso a ser la rarita de la clase, la que participaba
poco pero la que cuando hablaba, cosa que hizo muy pronto y con mucha claridad, hacia que el resto de los niños se callaran a escucharla. Sus juegos eran tranquilos y
entre las labores encomendadas su preferida era con diferencia la de regar las flores. De hecho, ahora que hago memoria, creo que nunca la vi muy alejada de
campos, jardines o pequeños recovecos verdes donde de forma indiscutible
siempre había algún tipo de flor. A diferencia de sus compañeros de clase,
nunca la vi arrancar una flor, al contrario si veía a alguien que me obsequiaba
con alguna solía romper a llorar de forma desconsolada. Así fue como aprendimos
a no cortar flores y a seguir a Greta en su continua observación de las más bellas así como a perfumarnos
con la esencia de las más fragantes.
Después de varios años en los que mi
trabajo como maestra de infantil empezaba a perder sentido, de unos años en los
que el mundo de fantasía parecía haberse esfumado para siempre. Cuando las
maquinas parecían haber dominado mentes almas y corazones y los niños cual
posesos se negaban a escuchar cuentos de hadas, brujas, princesas o duendes. Apareció
por mi clase Greta una niña extraña que rebusco en toda la clase hasta
encontrar los libros de cuentos olvidados, que arrastro a todos los niños,
incluso a mí, a un mundo mágico e imaginario.
Al igual que su madre, yo nunca pude
acariciar su espalda y tampoco supe el porqué. Ocurrió en un frió día de
invierno, estábamos instalados en la casa de colonias, durante horas nos habíamos
dedicado a buscar estrellas, idea de Greta ¡cómo no! Y todos los niños se
mostraban cansados y sudorosos. Ante el fuego, se fueron quitando anoracks,
guantes y bufandas, la mayoría entre risas y juegos se quedaron con el torso al
aire. Y fue justo en ese instante que lo vi, el fuego reflejado en unas alas,
unas alas nítidas trasparentes que surgían de forma natural de la espalda de
Greta. Creo que nadie más las vio, solo recuerdo su vocecita susurrando en mi oído:
- - Es nuestro secreto ¿vale? .
Años después supe de que a veces,
cuando el mundo está anomico, se cuelan entre nosotros unas haditas con alas de
cristal, la mayoría de veces lo hacen en forma de mariposa, pocas veces y de
forma excepcional, lo hacen en forma de persona.¿Sera por eso que la fantasía aún sobrevive en la especie humana?
* MARIPOSA ALAS DE CRISTAL LLAMADA TAMBIÉN GRETA OTO
Precisas esas alas de cristal ..me emociono tu cuento pq bien puede ser verdad ..nada más sobran las palabras cuando hay tanta magia en lo escrito.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tu relato. muakkkkk.
Qué preciosidad de cuento... quiero que sea verdad y que nos arranque de la tecnología en un suspiro...
ResponderEliminarPura Magia.
Bss
Maravilloso cuento! Precioso! si casi alcanzo -yo también- a ver esas alas!
ResponderEliminar=)
Evidentemente la fantasía nos rescata muchas veces de algunas ásperas realidades. Y las alas, esas que crecen, deben estar esperando que las veamos.
ResponderEliminarBesos
Ayyy, qué preciosidad de cuento. Además, me encantó el detalle de la mariposa de cristal. Gracias por esta convocatoria juevera,
ResponderEliminar¡Un besazo!
Precioso cuento que me ha llevado al país del 'érase una vez...' gracias por este viaje fantástico. Un abrazo con alas
ResponderEliminarQue hermoso cuento me a encantado y sii se que es real yo creo en esas haditas , en esas pequeñas mariposas que de vez en cuando anda revoloteando y acompañando a los seres humanos
ResponderEliminarUn precioso cuento que abre nuestra esperanza a un futuro mejor.
ResponderEliminarGracias.
Un cuento precioso. La imaginación es lo más bonito que existe.
ResponderEliminarUn abrazo
Jolín con las alitas de cristal y la chiquitina Greta. Ya hace tiempo que no cuento cuentos a niños, pero, la próxima vez que lo haga, me fijaré en sus espaldas para tratar de identificar a la Greta del grupo. Felicidades maga de los cuentos. Un beso enorma
ResponderEliminarToda una historia la que contaste, un buen aporte a tu jueves.
ResponderEliminarLa fantasía es algo que se sigue necesitando.
Un abrazo
Esas mágicas alas, como mágico es tu cuento.
ResponderEliminarUn besazo, preciosa.
Emocionante. Muy hermoso y relatado de forma maravillosa
ResponderEliminarUn saludo
Rhodéa Blasón