JAMAICA
Ha pasado la noche intranquilo en una especie de
duermevela, los nervios situados en el estómago corrían cual ratoncitos de la tripa hasta la boca. Se levanta ya sin
sueño cerca de las ocho, desayuna un bol de leche con cereales y sale de casa
presuroso. Le ha dicho a su madre que hoy toca ir con el casal de excursión,
aunque su idea es otra, bajo su pantalón corto lleva puesto el bañador, en la
mochila la toalla y así con paso firme pero lento se acerca al lago camino de
Jamaica. Va a pie porque aún no es merecedor de saber el lugar donde el resto
de la colla[i]
esconde sus bicicletas. Si porque desde la última vez que a Marc se le ocurrió
dejar la bici fuera tuvieron un marrón de los gordos: apareció la policía local
y por poco se libraron de una multa de aquellas que hacen historia y es que en
l’estany[ii]
de Banyoles solo está permitido bañarse de forma “legal” en la caseta de fusta[iii],
el club natación y els banys vells[iv].
A medida que se acerca al bosque, va sintiendo el corazón
desbordado, ¡que nervios! ¿Quién le mandaría a el meterse en estos berenjenales?
Si ya lo sabe…..en septiembre empieza por primera vez las clases en el
instituto y en este nuevo andar de su vida no quiere ser el niño melindroso de
la escuela. Ahora es mayor, tanto que es posible que lo acepten en la colla.
Ay! si no fuera por Marc que tiene el don de la sociabilidad, tan diferente de él
y tan amigo a la vez.
Cuando llega al lugar se escucha el chapoteo en el agua,
gritos, risas todo ello incompatible con su miedo.
-
Venga valiente!
-
Pero si ha venido, con lo miedicas que es…..
-
Ya os dije yo que vendría – dice Marc
La encina enorme debe medir más de seis metros, sus pies
descalzos se recogen en cada rugosidad, poco a poco se va cubriendo de hojas
que pinchan su cuerpo semidesnudo, las últimas ramas, mucho más delgadas van blincándose
bajo su peso, aprieta con fuerza los dientes para que no sientan su castañeo.
Abajo l’estany ¿tendrá suficiente profundidad? Mira que su padre le ha dicho…..no
quiere pensar. Cierra los ojos, retiene la respiración y se lanza mientras
escucha el grito de guerra:
¡Jamaica!!!!
Después el agua y el sol, las risas, las palmados, los
abrazos. Ya es un miembro más de la colla, le espera un verano lleno de
aventuras, la mayoría en un lugar de l’estany inaccesible a los mayores y que
se llama Jamaica.
[i] Grupo de chicos y chicas que
se reúnen normalmente a partir de la adolescencia, aunque muchas de las collas
perviven en el tiempo, sobre todo en ciudades pequeñas como Banyoles.
Conozco esa experiencia. Un amigo, no tuvo el mismo final feliz de tu narración, al tirarse a una noria desde un peral, en la huerta donde solíamos bañarnos, cuando chicos, en esa tierra que bien conoces.
ResponderEliminarSaludos.
Ya me estaba temiendo lo peor y encogiéndoseme el corazón… Menos mal que acabó bien; a veces esas cosas terminan mal…
ResponderEliminarMuy bonito y ameno relato, querida amiga.
Un abrazo, y feliz tarde 😘
Desde luego sí que fue emocionante para el iniciado , he oído hablar de ellos y tiene su riesgo pero a esas edades los chavales no saben de ellos ..
ResponderEliminarUn placer amiga poder leer tus relatos .
Un fuerte abrazo , feliz noche y semana.
Un rito de iniciación que se marcara en su recuerdo. Bello relato de adolescencia. Un abrazo
ResponderEliminarA veces, hacemos cosas en contra de nuestra propia conciencia solo por ser como los demás, por no quedar fuera, por pertenecer a un grupo, a una tribu, a un circulo sin tener en cuenta todas las consecuencias. En este caso, salió bien... de contrario, hubiera sido el penúltimo ritual.
ResponderEliminarMuy bien llevado, Molí.
Un beso enorme.
Bonito relato, y cultural, de la adolescencia.
ResponderEliminarBeso juvenil.
El primer paso es el que cuesta, bonito relato, Molí
ResponderEliminarUn beso
Pues me ha encantado. Me quedo con ganas de saltar gritando ¡Jamaica! para sumergirme en el lago.
ResponderEliminarMuy bonita historia.
Abrazos.
Muy bueno el relato. Me tenías temblando por el chico, que peligro...
ResponderEliminarMuchos besos.
Buf me has encogido el alma menos mal que tuvo buen final.
ResponderEliminarBesos enormes.
ResponderEliminarToda una oda ritual de juventud, llena de valentía con la cual, tu protagonista lo lleva a un final feliz. !Que lindo texto!
Un abrazo, feliz fin de semana!
Bueno, me ha encantado tu relato y encima con final feliz.La verdad es que yo me esperaba también, como muchos han dicho antes, que el final fuera muy diferente y acabara en desgracia, pero me alegro de que no fuera así y el muchacho superara su iniciación con éxito.
ResponderEliminarUn placer leerte de nuevo.
Un beso
Esos años nunca se olvidan...esos veranos eternos, igual que los amigos...muy buen relato...
ResponderEliminarBesos y abrazos