CONVOCATORIA JUEVERA PARA EL JUEVES 7 DE NOVIEMBRE. LA AMIGA DOROTEA DESDE SU BLOG LAZOS Y RAICES, NOS INVITA A ESCRIBIR SOBRE: ACTIVIDADES INSÓLITAS.
UN TROZO DE MAR EN UN TERCER PISO
Es posible que solo fuera un sueño de aquellos
irrealizables. Siempre que revuelvo en los recodos de mi memoria, me encuentro
con sueños de aquellos de los que los racionales me dicen que baje y que ponga
los pies en la tierra. Pero es que no puedo evitarlo, es más yo soy así: un
conjunto de ilusiones que están por venir. Unas se realizan y otras no, pero
por lo menos lo intento.
Me enamore de una barca vieja, era esta una pequeña
embarcación antigua que durante años se había utilizado para pequeñas pescas.
Una barca, seguro que llena de historias de aquellas que los viejos marineros
explican en las tabernas.
Un trocito de mar, con olor a salitre y pescado antiguo. Un
escondrijo de algas y arena. Un cachito de sol filtrado en cada una de sus
oberturas. Algo para restaurar y devolverle un poco de aquella vida que tubo,
pero de otra forma más cercana.
Quise y propuse (porque era un proyecto que dependía de una
fuerza física que yo no tenía) que compráramos la barca y la subiéramos a casa.
Una idea descabellada, ya lo sé; pero ¿no son acaso las ideas descabelladas las
más fantásticas? Me imaginaba a la barca justo cerca de una de las paredes del
lof que llevábamos años restaurando: desde el suelo hasta las vigas de madera,
sin olvidar las seis inmensas arcadas cuya parte de abajo se componía de
cientos de vidrieras de lo que antes había sido una antigua fábrica de pieles.
Casi todo lo habíamos hecho nosotros, bueno mi compañero fue
quien se llevó la mayoría del trabajo duro. Conseguimos un diseño propio en un ámbito:
el de los arquitectos y albañiles donde es escasa la imaginación, así que nos tocó
a nosotros hacerlo todo. Para conseguir la habitación del niño tuvimos que “robar”
un trocito de escalera y establecer su cama cercana al techo donde un simpático
dragón fosforescente lanzando estrellas se iluminaba cuando se apagaba la luz.
La cocina pudo tener la forma redondeada por la que tanto tuvimos
que sufrir. Una especie de barra construida con ladrillos mostraba a un grupo
de gnomos, hadas y elfos danzantes y separaba de alguna forma la cocina del
resto de la estancia. La inmensidad del resto del espacio polivalente hacia a
su vez de comedor, despacho, sala de reuniones familiares y otros eventos, saloncito
y mil lugares más.
La habitación donde dormíamos quedaba separada del resto y
en ese espacio pintado de un verde suave, mostraban su luz: lunas, soles,
estrellas y ángeles de papel mache. El inmenso cuarto de baño, guardaba un gran
armario de puertas correderas, donde se guardaba toda la ropa y objetos de
limpieza. Lo mejor de todo era la bañera restaurada, una bañera de aquellas
inmensas con patas, la cual según nos explicaron había servido de lugar para
curar aceitunas en tiempos de la guerra.
Mi sueño, el irrealizable; había de ser el toque final: una
barca restaurada colocada estratégicamente en el espacio polivalente cuya
función sería la de hacer de sofá, rincón de juego para los niños o cama para
dormir. Ya que como digo la imaginación no me falta.
No pudo ser ya que una pequeña y frágil barca pesa muchísimo
más de lo que te imaginas. Imposible subirla por las escaleras hasta un tercer
piso de un edificio antiguo, la única y posible opción pasaba por levantar parte
del tejado y hacer que la subiera una grúa. Difícil opción cuando escasea el
dinero y tienes que topar con la burocracia. No pudo ser, pero aún está ahí
revuelto entre los recuerdos de los sueños no realizados. No fue, pero con
suerte puede que algún día sea.
Seguro que tú la ves, hueles su salitre y la repintas cuando el verano acaba, en el centro de ese salón ideado.
ResponderEliminarEres impagable como arquitecta.
Besos.
Ay de los viajes por mares soñados que te has perdido... Siento moverse tu barca bajo mis pies, me arrincono en el banco de atras y de noche veo las estrellas. Claro, al final hubo dinero para la grúa pero no para el retechado. Viviré para siempre en una parte de tu inmensa casa restaurada por tu fantasía. Gracias por participar y un beso
ResponderEliminarMe he quedado navegando junto a ese sueño que no fue, Moli, disfrutando tus letras y tu particular sentido para verña vida cargada de fantasías. Hermoso relato. Lo disfruté mucho. Un abrazo
ResponderEliminarVer la, no verña, quise poner :-)
ResponderEliminarQue sueño tan lindo , todavía puedes llegar a realizarle , nunca es tarde y puede que haya mas opciones como desmantelar parte de la barca hasta lograr que pueda subir esos tres pisos y luego con las tablas volverla a ensamblar tal vez eso diera resultado ..
ResponderEliminarDesde luego tu hogar es lindo por dos razones por los habitantes y toda la magia que ronda dentro de él .Un fuerte abrazo yque las ilusiones y sueños sigan vivos en ti .
¡Qué pena! ya me estaba relamiendo de verla en tu salón, como relato no tiene precio y lo mejor me has hecho desear tener una barca en mi salón.
ResponderEliminarEs precioso ver como la imaginación le da forma a tu casa, yo también construí la mía a la medida de mis sueños y siempre quedan ideas irrealizables. Que tal si pruebas a desmontarla y montarla in situ, a mi me funcionó.Besos.
ResponderEliminar¿<y por que no? Algún día puede convertirse en realidad, ese sueño.
ResponderEliminarQue la imaginación venza a los obstáculos.
Un abrazo.
Precioso tu post. hay aventuras de riesgo que tal vez no llegan a concretarse, pero que se delimitan y disfrutan previamente.
ResponderEliminarUn abrazo