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jueves, 12 de mayo de 2022

EL ASCENSOR

 CONVOCATORIA JUEVERA PARA EL JUEVES 12 DE MAYO, ESTA SEMANA LA AMIGA MYRIAM DESDE SU BLOG AMORES Y RELACIONES NOS INVITA A ESCRIBIR SOBRE: CONDOMINIO. 


EL ASCENSOR

--Así quedamos con que no…-- dijo el nuevo presidente, un joven de poco más de treinta años, delgado y algo tímido.

--Que no joder, que no…--quien respondía era doña Natalia, una señora enjuta y de voz chillona de unos cincuenta y tantos—que no nos sobra el dinero…

--Es que hay que ver, siempre con la misma canción—dijo el vecino del bajo—a ver pa qué coño quiero yo un ascensor.

--Pues eso—añadió doña Natalia—que yo vivo en el tercero y estos en el segundo y que con un poco de voluntad, pues eso…

Y mientras lo decía señalaba a Pedro quien ya llevaba años resistiendo con paciencia la espera del ansiado ascensor. Creía, que la nueva ley de accesibilidad de diciembre del 2017 lo dejaba muy claro, pero pronto comprendió que no quedaba otra que ir a juicio, porque tenía claro que su Paquita no podía esperar más ya que llevaba más de diez años viendo pasar la vida desde el balcón.

--Ya lo ven vecinos—añadió el joven presidente—por veinte votos en contra, con dos abstenciones y dos a favor, se decide casi por unanimidad que no se coloca el ascensor en el edificio.

Pedro se fue sin decir nada y cabizbajo, sin darse cuenta que tras de él subía el nuevo vecino, un gitano de poco más de sesenta años que regentaba un bar cercano y que en pocos días había hecho piña con él.

--No sus preocupéis—les dijo a la pareja ya dentro del piso-- que estos malajes van a pagar to esto, os lo juro por mi Antoñito y por tos mis muertos…

--Antonio, no vaya a meterse usted en líos por nosotros—dijo Paquita—que ya sabe que nos ampara la ley.

--Que ley, ni que niño muerto—añadió Antonio—que a mi Antoñito que nos mira desde el cielo, le hicieron igual. Dos años en silla de ruedas y los cabrones de mi otro piso hasta nos volvían la cara y tó por un puto ascensor. Pero ya le juré y perjuré a mi Antoñito que ni por él ni por mis muertos iba a volver a pasar nada semejante…

A lo largo del mes siguiente, sucedieron una serie de extrañas sucesos a los que Pedro al principio no le prestó mucha atención. El mismo día de la reunión Carmen la del cuarto fue atropellada por un autobús que de forma extraña desvió su camino. Las dos caderas rotas requerirían múltiples operaciones, durante años. Pepe el del segundo se cayó por las escaleras dos días después rompiéndose tibia y peroné. Cada día había que contar una caída nueva: resbalones en la casa, caídas tontas pero todas con consecuencias en la movilidad. El último caso fue el de doña Natalia, quien justo después de la fatídica reunión sufrió un ictus que la inmovilizo de cintura para abajo. Ante esta serie de desgracias, el nuevo presidente decidió aplicar la ley de forma tajante. Un mes más tarde, un nuevo e impecable ascensor subía y bajaba por el edificio y todos los vecinos habían pagado la derrama sin rechistar.

--¿Qué tal Paquita? ¿Se está bien en la calle?—le decía Antonio mientras le guiñaba un ojo.

--¿Hace un heladito?—dijo ella por toda respuesta.

Y los dos pasan hablando de forma animada, camino de la heladería.

 

 



9 comentarios:

  1. El relato es magnífico, Moli y es para reflexionar y muy bien narrado. Ante gente tan poco empática, la solución que encontró el gitano fue tajante y expeditiva. Un juicio hubiera tomado mucho tiempo, lamentablemente la Justicia camina con pasitos de tortuga. Mil gracias por haberte sumado a mi convocatoria.

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  2. Te aplaudo porque aunque se haya cometido una mala acción hay personas que en verdad se lo merecen , por la poca empatia que tienen con los demás , y hasta que no les llega a ellos se resisten , Bien hecho , mira me digan lo que quiera pero hay situaciones que como no sea de ese modo la vida pasa para otros encerrados en cuatro paredes por no pagar una derrama por el bien común, porque recordemos que todos si antes no nos morimos llegaremos a necesitar ese ascensor . Un besazo Moli me has dado en toda la fibra jajaja. es que me pueden las injusticias.

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  3. Es que cuando no se padece, la mayoría no lo comprende. Excelente relato para este tema juevero, Moli. Un abrazo

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  4. Un estupendo relato con ese trasfondo de realidad que existen en muchos pisos de vecindad y que es una verdadera pena.

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Bueno, eso tiene dos caras. En la comunidad de un amigo de solo 5 vecinos, habia uno incapacitado no sé en que grado, que obligo a todos los otros a poner el ascensor con derramas importantes por ser tan pocos vecinos. Una vez instalado, vendió el piso, por mucho mas vslor del que lo hubiera hecho sin ascensor.
    Aqui el que no corre, vuela.
    Buenos dialogos.
    Besosss inma

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  7. Está buenísimo, muchas veces hay que tomar el toro por las astas y proceder para lograr los objetivos. Aplica para cualquier propósito bueno que se tenga y que las gente nula obstruye. Saludos.

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  8. Muy bueno, porque gente sin simpatía ni empatía va a haber en todos los edificios :-)

    Un abrazo

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