ESENCIA DE AZAFRAN

ESENCIA DE AZAFRAN

Cuando era pequeña e intentaba imaginarme el olor de los sueños, no pasaba por mi imaginación que estos pueden tener el olor de las paginas de un libro. Las escritoras, bueno las que se supone que lo seremos en el futuro, pasamos parte de nuestra infancia entre dos mundos: el real que no siempre nos acaba de gustar y el imaginario que nos guste o no va siempre de la mano del real. Cuando eres pequeña, no eres demasiado consciente de la riqueza y la magia que existe en ambos mundos. Tienes que crecer para que aquellos perfúmenes que en tu inocencia no podías captar (o al menos no podías captarlos con todos sus matices...) lleguen hasta ti y se vuelquen llenándote toda a rebosar.

Viví intensamente miles de aventuras sin ser consciente de que todo aquello podía emanar de mí, la primera vez que verbalicé que quería ser escritora apenas tenía doce años y mi madre a mi lado solo supo decir: Tienes demasiados pájaros en la cabeza... Es curioso que dijera aquella frase la persona que con más ahínco y a través de sus historias me incitara a escribir.

El día 24 de septiembre del 2014 murió mi madre, mujer luchadora e imaginativa sin que ella fuera muy consciente de ello. En mi tristeza, me quede sola paseando en aquel piso vacío que ella amo con desesperación. Y fue a partir de entonces que fui consciente de que yo era como una especie de baúl lleno de historias, de costumbres, de olores, de sabores... de miles de sensaciones que quería derramar, así empezó a nacer este libro.

Fueron años de búsquedas, de lecturas, de descubrimientos en los que al igual que en mi infancia el mundo real se iba mezclando con el maravilloso mundo de la imaginación. Laminas en blanco que cogía y que dejaba, hasta que un día me puse seria conmigo misma y me matriculé en el Aula de Escritura de Girona pero como todo no puede ser perfecto apareció el COVID. 

Días de confinamiento haciendo clases por gmail a base de correos electrónicos y la oportunidad de conocer a fondo la grandeza y humanidad de un profesor. Fue Quim Noguero quien me abrió un nuevo mundo y quien dos cursos después se convirtió en mi tutor. Meses con reuniones quincenales online en los que Esencia de azafrán se hizo también suyo y que ha aportado al libro un precioso epilogo. Pero como las casualidades no confluyen solas, de golpe apareció Rubén, el nieto de mi hermana mayor. 

Rubén chico tímido de apenas quince años fue el investigador perfecto para seguir el hilo de las historias familiares. En sus manos no hubo documento perdido que no apareciera, traductor de las letras más ilegibles hizo de las raíces familiares durante aquellos meses parte de su vida.

Una escritora no es solo ella, lo que piensa, crea, fabula, escribe... muchas veces hay otros a su lado. Aparte de los que nos marcaron el camino o de los que estando a nuestro lado nos hacen más fácil las horas ante el ordenador, están aquellos que se implican de forma especial como sucedió en mi caso, personas cercanas que hacen sentirte en un compas de descubrimientos constantes en el arte de escribir.

Esencia de azafrán a quien aún no he podido palpar en papel, es mi primera novela. Es una novela con tintes autobiográficos pero que va mucho más allá. Esencia de azafrán habla de otros tiempos, pero lo hace desde el punto de vista de la infancia. Para que podáis comprender lo que explico, aquí os dejo un pequeño resumen del libro, eso que hasta hace poco no aprendí: la sinopsis de la historia que es el principio de mucho más...

"Esta es la historia de dos niñas y de dos épocas. Espino vive y siente de forma intensa todo lo que acontece a su alrededor en su pequeño pueblo manchego y aunque podría ser cualquier niña de principios de los sesenta, su vida ya viene señalada por la diferencia y es que Espino es una más de las miles de niñas que en su más tierna infancia fueron atacadas por el virus de la poliomielitis, la cual marcó a Espino como “la cojica” del pueblo.

A mediados de los años treinta otra niña, Rocío, con siete años se ve obligada a dejar su pueblo manchego y a emigrar a Córdoba junto a su madre y a sus seis hermanas, allí las espera Juan, el padre, quien tuvo que huir unas semanas antes al ser amenazado de muerte por defender sus ideas políticas.

Con nueve años, Espino, se ve obligada a dejar su pequeño oasis entre Membrilla y Córdoba para adentrarse en Madrid donde vivirá, como muchas niñas más, el drama de ser separada de los suyos junto al miedo que para ella supone ser operada repetidas veces en un hospital madrileño.

 En julio de 1936, Rocío quien ya se siente una cordobesa más, vive con horror los cañonazos de ataque de los sublevados contra el Gobierno Civil de su ciudad, la guerra civil ha empezado y ella, con solo nueve años, vivirá el horror de las sirenas que preceden a las bombas.

Dos miradas desde unas infancias en las que la ilusión y la fuerza del amor familiar superaran con creces los horrores de dos momentos vitales que cambiaran por siempre las vidas de las dos protagonistas."

No solo os invito a comprarlo, sobre todo os invito a leerlo, no os arrepentiréis.

Ante todo doy las gracias a la editorial CON M DE MUJER por haber creído en mi y darme esta oportunidad. ¡Gracias gran equipo1