EQUILIBRIO EMOCIONAL
No sé quién dijo que los polos opuestos se atraen,
tampoco aún hoy logro comprender que me llevo
a aquel lugar. Yo, que como un día dijo Mara soy como una brújula sin rumbo, me encontré
un día en un lugar difuso en una clase
de meditación. Recuerdo que lo viví como un suplicio, en mi pose flor de loto parecía
picarme hasta el alma. En ese día y en días sucesivos comprobé que ni la
meditación ni el yoga eran lo mío, aunque lo que necesitaba para ser una
persona más o menos equilibrada estaba lejos de mí.
A diferencia de mí Mara, a quien conocí justo en aquel
lugar remoto, hacía tiempo que se había marcado un camino, su yo, su esencia
era su trabajo. El equilibrio y el desequilibrio dándose un abrazo, porque a
partir de ese día se fue forjando y con fuerza nuestra amistad.
Cinco años después allí estaba yo tan perdida como
siempre, con mis crisis interiores, con mis histerias, dando bandazos de aquí
para allá, una vida de búsqueda constante sin saber ni hacia donde ni hasta
cuando, perdida en mi desequilibrio interior.
Mara en ese tiempo encontró pareja y llego a ser madre,
mujer equilibrada como pocas, perfecta cuidadora de los suyos y de los demás. Vivía
con su pareja e hija en una especie de comuna ocupada en clases tántricas y de
meditación. Mara cuya forma de hablar y de caminar por la vida ya te cubría con
un halo de tranquilidad, Mara que no parecía inmutarse ante nada era el alma
que mantenía en equilibrio aquella pequeña comunidad.
A mí, bastante terrenal yo, no me costó mucho observar
que en aquella comuna había muchos místicos que en su misticismo no le daban un
palo al agua, entre estos iluminados se encontraba Enol el compañero de mi
amiga. Durante días estuvimos las dos trabajando como posesas preparando unas
jornadas de yoga tántrico (algo que a mí me sonaba a chino pero bueno) y
llegaron los participantes y seguimos trabajando sin parar que hasta yo acababa
agotada con lo movidita que soy…..
Cuando vi aparecer a Sol, pensé para mí: “Esta es una lagartona
pero a lo asceta”, Mara en su inocencia no se lo vio venir y cuando vino ya lo
tubo encima. Yo observaba a Mara aguantando mi rabia mientras ella como en un
mantra iba diciendo:
- -Yo mantengo mi equilibrio, estoy por encima de todo lo
terrenal……
Y mientras Enol se pasaba los días probando las múltiples
posturas del kamasutra con su nueva amante.
No podría decir como paso, por alguna extraña razón me
encontraba abstraída intentando meditar, cuando Mara se levantó dejando ir un
grito casi sobrehumano que no me dejo ni reaccionar:
- - ¡Se acabó!
Y en un instante empezaron a volar todo tipo de
cacharros, vamos que en menos de diez minutos en aquel lugar no quedo entero ni
un plato ni un vaso, que los cristales de cada una de las ventanas quedaron
convertidos en puro polvo trasparente.
Después sin escuchar palabras que abogaban por la
tranquilidad y el equilibrio, como en una ráfaga de viento metió parte de su
ropa en una mochila, cogió a su niña en brazos y mirándome con una sonrisa me
pregunto dulcemente:
-
¿Nos vamos?
Aún hoy, cinco años después de lo que los místicos
llamaron “su locura” continua nuestra amistad, Mara continua siendo una mujer
tranquila a quien le encanta mezclarse bastante a menudo en mi desequilibrio
emocional.
Preciso texto que nos cuentas hoy , desde luego que es cierto que los polos opuestos se atraen , sino mirate como siendo totalmente opuestas tu amiga y tú congeniáis a la perfección , ella te da tranquilidad y tu le ofreces tu locura de alegría y vitalidad que mejor mezcla ( tanta meditación no es buena) ...Un fuerte abrazo me encanta leer tus historias están llenas de vida .
ResponderEliminarUn dúo perfecto la locura y serenidad
ResponderEliminarMe encanta. Todo el mundo tiene ese punto de desequilibrio que ojo! también nos hace humanos... Y es que no hay nada perfecto y convivir con ello es de valientes.
ResponderEliminarSiempre nos traes unos relatos llenos de corazón. Gracias.
Bss
Dicen que el signo más cierto de la sabiduría es la serenidad constante, pero entiendo que una vida sin ramalazos de locura, es una vida vacía.
ResponderEliminarBonita historia.
Besos.
Hermoso y muy real. Un ejemplo de que tu amiga, en su sosiego, te aporta paz y tranquilidad y tú a ella, en tu desequilibrio mental, la visión terrenal que ella no tiene. Hermoso relato lleno de encanto
ResponderEliminarGracias por participar
Un saludo
Bellamente contado, estas paradojas, esas atracciones, es algo que se da mucho en la elección de pareja sentimental, casi siempre coincide con alguien del que no serías amigo.
ResponderEliminarSaludos.
Estoy de acuerdo que los polos opuestos se atraen.
ResponderEliminarBesazos.
Los polos opuestos se atraen y a veces se complementan.
ResponderEliminarBeso en equilibrio.
Enhorabuena por tu relato. Me ha emocionado.
ResponderEliminarCuentas una historia de decepción, y lo cuentas de una manera ilusionante: evitando palabras que transmiten prejuicios o críticas. Tu escribir tiene mucho de esa tranquilidad que te transmite tu amiga.
Encuentro curioso que la mejor manera de recuperar el equilibrio fuera para Mara recurrir a un desequilibrio focalizado en exteriorizar con ruido su rabia, y en plasmar su decepción con un alejarse sin un adiós.
Un gran abrazo, Molí.
Una duda, ¿tomaste nombres del Mara-Verso? Mara (Mara Laira), Sol (Sol, amiga de Anita Zinc y pareja de Luz?) ¿O es una casualidad?
ResponderEliminarMe gusta tu historia, el equilibrio entre el equilibrio y el desequilibrio de esa amistad. Puede que haya momentos oportunos para ambos comportamientos.
Un abrazo.
El toque de locura de tarde en tarde tiene su encanto, en este caso un desequilibrio que sirvió para unir a dos personas.
ResponderEliminarBesos.
UN EXEMPLE DE LQ QUE POT SER ES EL SENY I LA RAUXA.
ResponderEliminarBona entrada. Petons.
A veces hay que animarse a romper con todo para arribar al equilibrio 😊 muy original tu historia. Un abrazo
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