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lunes, 13 de abril de 2020

AE. EL NARRADOR OBJETIVO: ELLA

AULA DE ESCRITURA DE GIRONA
PROFESOR: JOAQUIM NOGUERÓ

7- EL NARRADOR OBJETIVO




ELLA

Pablo leía el diario cuando el sonido de unos pasos rápidos le hicieron levantar la vista. Desde la entrada, Eva pasó ante él ante el como gato persiguiendo a un ratón. En un instante, abrió la puerta del balcón sin ni siquiera cruzar su mirada con la de él.
Pablo siguió su silueta cortando el halo de luz que se escapaba del sol. Frente a él, el color raído de una fotografía tomada con una antigua Kodacrome, mostraba a una chica sonriente con flores en el pelo y en cuya camiseta se veía dibujada con una enorme lengua, emblema inequívoco de The Rolling Stones. Más a la derecha, en otra fotografía y en el mismo mueble, aparecía el mismo rostro mirando hacia abajo mientras amamanta a un recién nacido con un cuerpo escultural que aún no ha perdido. Otra fotografía ya de estudio, muestra a Eva junto a Pablo ambos sonrientes con dos niños de entre cuatro y cinco años.

Pablo levantó la vista sin dejar de mirarla. La larga melena rubia de Eva, le caía por la espalda mostrando reflejos brillantes. Eran estos los efectos de la luz matinal. Su cintura delicada, quedaba perfectamente marcada a pesar del pantalón del pijama. El trasero, lo mantenía en una posición equidistante, mientras frotaba de forma casi imperceptible las dos piernas. Dobló ligeramente la cintura, mientras dirigía su mirada hacia abajo, justo a la acera que quedaba a la entrada del edificio.

Se giró hacía el y mientras se miraban, ella entorno levemente los ojos. Siguió recorriendo el piso de punta a punta. De la entrada a la cocina, de esta a la habitación de los chicos… volvió a pasar ante él y fijó su mirada en el reloj del salón. Eva, giró sus pasos de nuevo hacía la cocina, recogiendo en el camino la cafetera antigua que unos minutos antes juntos habían vaciado.

En la madrugada que precedía al día, Pablo respiraba pausadamente haciéndose el dormido, había notado los movimientos constantes de Eva, su ir y venir al cuarto de baño y a la cocina. Se habían levantado con las primeras luces del día tomándose juntos aquel primer café.

A lo lejos, se escuchó el sonido de un motor. Ahora sí, ella salió de nuevo al balcón de forma precipitada fijando sus ojos en el inició de la calle, cuando entró de nuevo una amplia sonrisa iluminaba todo su rostro.

            --¿Ya están aquí? – preguntó el quitándole importancia.

            -- Si por fin—respondió ella con un suspiro.

Se sentó junto el en el sofá y apoyó su cabeza en el hombro de Pablo, ahora sí que su respiración iba acompasada a la de él.

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