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viernes, 24 de julio de 2020

LOS NIÑOS QUE MURIERON (MEMENTO MORI)

LOS NIÑOS QUE MURIERON (MEMENTO MORI)


Durante años viví escuchando parte de la historia de mi abuela Vicenta a quien apenas conocí. Mi abuela paterna surge en mis recuerdos como una viejecita a quien le faltaba un ojo, una señora muy mayor de quien supe, sobre todo por ciertos comentarios de mi madre y porque mi padre siempre ante un plato de comida decía que nadie guisaba como su madre. Supongo que las actitudes, sobre todo de mi madre, me mantenían alejada de esta abuela, al igual que de esa parte de familia paterna que vivía en Membrilla y con la que no nos hablábamos. Yo nací la ultima de tres hermanos, mi padre era el pequeño de cinco, con una diferencia de años que iban del 1902 año que nació mi tía Gala y 1921 año en que nació mi padre Ramon.
En casa, a veces se hablaba de los hijos que murieron de mi abuela, yo notaba como si hubiera habido en ella una parte de descuido. Era como cuando a veces, ciertas personas hablan de las mujeres del tercer mundo diciendo eso de: es que no hacen más que parir hijos, total para que les vivan uno o dos...
Yo nací a finales de 1958 en plena pandemia de poliomielitis la cual se aferró a mi cuando tenia dieciocho meses. Dos mil niños no sobrevivieron a la polio en aquellos casi ocho años de vacunas negadas. Dos mil niños que se dice pronto. Pero lo que más recuerdo, son mis terrores de verano en los años sesenta y en un pueblo del interior. Los entierros de pequeños, el repiqueteo a glorias era algo normal en los veranos de calor. Las diarreas se llevaban por delante a miles de niños. Era espeluznante pasar por una calle y escuchar el llanto desesperado de una madre o ver pasar el coche funebre con un pequeño ataúd blanco, algo de lo más habitual.
Como digo mi abuela tubo seis hijos que llegaron a adultos, y un número que nunca me aclararon de niños que murieron. Decían que mi abuelo, tubo que incorporarse a filas e ir a la guerra de Cuba y que cuando regreso de cuatro hijos solo sobrevivió Gala, decían que en total mi abuela había parido quince hijos para que sobrevivieran esos seis, decían...
Hasta que en la familia surge un buscador. Un buscador es aquel que nace con el don de buscar en lo más profundo de la historia familiar, en principio para conocer, pero que en esa búsqueda recupera a los olvidados y con ello ayuda a sanar las raíces familiares y a allanar el camino de los que vendrán. En mi familia, este papel fundamental a surgido en la persona de Ruben el nieto mayor de mi hermana quien con solo catorce años no duda en buscar en lo más profundo de nuestra historia más desconocida: la de los Blanco y la de los Ramos, la rama paterna. Creo que ha llegado hasta 1730 en su búsqueda...
Y así, gracias a unos documentos antiguos conservados por una de mis primas mayores, salen a la luz aquellos niños que murieron. Ya no están solo Gala (la gran superviviente que sobrevivió a todos los hermanos llegando a los 103 años) y José, y Florencia, y Aurelia (quien murió en 1945 ya adulta) y Leovigildo y Ramón. En la historia familiar también aparecen unas ramitas precozmente cortadas: la primera Florencia que murió con cuatro años, el mismo año en que murió Brígida con dos añitos. También están los gemelos José Ramón y Juan Francisco que murieron con 18 días de diferencia y con solo siete meses y Leonor que nació años más tarde y murió con apenas un año. Personitas de mi familia, antecesoras mías y de Ruben. No os podéis imaginar la emoción que me produjo escribir estos nombres por primera vez hace unos días. Por fin tuve la certeza de que estuvieron aquí aunque su paso fue leve. No puedo imaginarme el dolor por el que pasó mi abuela, el dolor por el que pasaban miles de mujeres en aquellos años condenadas a parir hijos de los que solo sobrevivían con suerte la mitad. Son parte de nuestra historia familiar, en aquellos años incluso se les fotografiaba una vez muertos, era la única forma de conservar en el recuerdo la imagen de aquellos ángeles. Hoy mi homenaje va por esta abuela casi desconocida para mi y por esos cinco niños recuperados. Aunque no os conocí os quiero porque he podido recuperaros y ya formáis parte de mi.

5 comentarios:

  1. Hermoso homenaje para los niños perdidos en épocas en que la mortalidad infantil era bien alta.
    Siempre tengo presente a mi abuela paterna, cuando hablaba de su familia, siempre decía: " he tenido siete hijos y todos me viven"
    Como un mérito que añadir a su larga carrera de madre.
    Abrazos.

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  2. Que lindo lo que ha hecho tu sobrino, buscar a esos pequeños que existieron aunque solo fueran por un corto tiempo de vida. La familia aunque no se conozca forma parte de nosotros mismos llevan nuestra sangre y son como una continuación , nos gusta saber de dónde venimos y el porqué de muchas cosas.
    Gracias por compartir tu árbol genealógico con todos. Besos y muy feliz tarde.

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  3. Muy emotiva historia familiar que me ha sacado varias lágrimas. Un fuerte abrazo Moli y muchas gracias por compartirla.

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  4. Yo puedo imaginar el dolor de tu abuela porque se me murió mi primera hija en el parto, multiplicado, eso sí, por todps los hijos que perdió.

    Un abrazo

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  5. turbadora historia.
    ¿como serian nuestras vidas si esas ramas no hubieran sido cortadas a tan tierna edsd? como habrian influido y cómo seria mos nosotros mismos. ¿seriamos igual que somos?, estariamos en la misma posicion?
    da que pensar
    com ya dije turbador inquietante
    abrazos

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