CONVOCATORIA JUEVERA PARA EL JUEVES 24 DE SEPTIEMBRE, LA AMIGA MAG DESDE SU BLOG LA TRASTIENDA DEL PECADO, NOS INVITA A ESCRIBIR.....
ENCUENTRO CON MI PASADO
EL ADIOS
Atravesé las
diferentes puertas con prisa, con la misma celeridad con la recorrí los pasillos
sin percatarme apenas de quien me acompañaba en mi recorrido. Te encontré
estirada y tapada en aquel box que te habían asignado como último cobijo en
espera de una habitación. Cuando me acerque a ti, Víctor me dijo que
seguramente que no te enterarías de que habíamos llegado porque hacía unos
minutos que te acababan de sedar. Pensé que aún y con la sedación hay un vínculo
de amor que une a una hija con su madre, me acerqué a tu oído y te susurre lo
mucho que te amaba, lo mucho que te había querido a lo largo de mi vida a pesar
de una adolescencia complicada y de otros desencuentros normales en las relaciones
madre e hija.
Estábamos
todos allí, de la forma en la que a ti tanto te gustaba. Porque si había algo que
te hiciera realmente feliz era encontrarte en medio de ese revoltijo de hijos y
nietos. Poco que ver con esos últimos años de residencias a las que nunca
acabaste de adaptarte del todo.
Sabía que te
ibas, que ya no había marcha atrás posible. Mi experiencia me hacía conocer
todos los síntomas, la muerte no se presenta de golpe como erróneamente creemos,
nos vamos muriendo poco a poco, pero aún y así me deje engañar.
No sé si fue
esa pastilla inútil que puso la enfermera en tu boca siguiendo el ritual de tu
medicación habitual, o ese esperar una habitación. La cuestión es que pensé que
nos quedaba algo más de tiempo y salí cinco minutos a hablar con los que
estaban fuera y a comerme una manzana que reposaba en mi bolso. Antes de eso,
tu abriste tus ojos y miraste a tu alrededor sonriente y le dijiste a Ruth después
de lo de la pastilla.
--Anda a ver
si puedes despistar a esa enfermera y nos vamos todos a tomar un chocolate con
churros…
Si tú también
me engañaste, de la misma forma que lo hacías cuando escondías tus lágrimas en
mis entradas al hospital o cuando ibas a visitarme y todo ese día se convertía
en un día de fiesta, te llevabas mis risas en la sepulvedana mientras tus lágrimas
rodaban cara abajo. Aunque yo eso, lo de tus lágrimas, lo supe mucho más tarde,
cuando ya no estabas entre nosotros.
Tenía que
haber sabido, que era el despertar de tu último aliento. Te bese y te dije un:
ahora vuelvo. Y cuando volví ya había pasado todo. Me he dicho tantas veces a
lo largo de estos seis años que maldita manzana y malditas casualidades. Supongo
que necesitabas el sosiego de Víctor para iniciar tu nueva etapa. Tu hijo,
puede que el más miedoso ante la muerte, estuvo a tu lado acompañándote y eso
aún hoy me reconforta.
Después,
cuando no estabas y estabas, cuando mis lágrimas se mezclaban en tu rostro,
cuando miles de imágenes se filtraban en un momento y un espacio, aprendí que
hay adioses que no acaban de verse nunca. Mis hermanos y yo somos tus frutos
que ya hemos echado nuevas raíces, hay nuevos frutos, nuevas raíces y así hasta
el infinito gracias a ti que un día exististe.
Que bonito recuerdo no dejas de ella, mujer luchadora y amante de sus hijos como esa gallinita que recoge a todos sus polluelos. Molí recuerdos de una vida, y en ella la muerte también está presente. Un abrazo con todo mi cariño.
ResponderEliminarMaravilloso, a la vez que triste recuerdo, como solo puede escribirse, desde el dolor y recuerdo de la madre que nos deja.
ResponderEliminarBesos.
Gracias por compartir algo tan personal.
ResponderEliminarGracias por compartir ese amor único, como el que se le tiene a una madre, y a los hijos.
Muy sentido recuerdo.
Un abrazo:)
Qué entrañable texto! Realmente conmovedor. Te doy gracias por compartir desde lo más íntimo de tu corazón este texto. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarGracias por abrirnos tu corazón con estos emotivos recuerdos que brotan de tu alma…
ResponderEliminarUn abrazo grande, Molí 💙
Que bonito!!! que bién te has expresado. Nuevamente te felicito muy sinceramente y te doy las gracias por compartir tu intimidad
ResponderEliminarUN abrazo
JO, Molí
ResponderEliminarMe temo que esto no es ficción.
Es una pena sin arreglo.
Me ha turbado, que supongo que es lo que se pretendía
Abrazos y besosss
Gracias por compartir algo tan íntimo y personal. Duro pero, como vislumbras tus letras, también hermoso. Se fue como siempre había sido. Tiene frutos que darán frutos y, como mencionas, será infinito.
ResponderEliminarMi abrazo y un beso.
Mil gracias por sumarte también a mi convocatoria y con un tema, que está muy presente estos días...
Entrañable y conmovedor relato que surge de lo más profundo de tu corazón. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Pd. Inma, Creo que tu madre se depidió de tí antes, pero al irse quiso protegerte como lo hizo siempre, por eso se fue justo cuando saliste, así que no culpes a la manzana. Creéme. De joven fui unos aňos enfermera y acompañante de morbundos y te lo digo por experiencia. 🌹
Un lindo homenaje a tu madre.
ResponderEliminarA veces nos perdemos el ultimo suspiro, pero lo importante es haber estado durante toda la vida.
Un placer leerte
Beso
Precioso homenaje a tu madre. Con es apartida que no por esperada fue sentida. Muy tierno el post.
ResponderEliminarUn abrazo