CONVOCATORIA JUEVERA PARA EL JUEVES 23 DE MARZO, ESTA SEMANA LA AMIGA MAG DESDE SU BLOG LA TRASTIENDA DEL PECADO NOS INVITA A ESCRIBIR SOBRE: LA AUSENCIA
ME FALTA TU OLOR
Me concentro en la nitidez de tu color rosa pálido y en la vivencia de los días más extraños que he vivido, aparecías tu regalándome con el embrujo de tu olor miles de notas, mientras abajo, en la calle, se expandía el silencio del espacio árido de personas. De lo que no parecíamos muy conscientes era de que la vida seguía. Que a pesar de la quietud, de la falta de ruidos y aglomeraciones, los pájaros seguian despertándome con sus cantos los cuales en el silencio parecían más limpios.
Ausencia humana que fortalecía a una naturaleza deteriorada. En esos días comprendí que si la raza humana se extinguía el resto de vidas en la tierra no tenían mucho que perder.
Pero allí estabas tú, el único superviviente de una mudanza que me obligó a dejar atrás a tus compañeros de espacio. Es lo que tienen los pisos pequeños en los que un escuálido balcón es el único lugar donde sobreviven pequeños trazos de vida.
Y en tu humildad de pequeño rosal, te mostraste exuberante y me regalaste tus rosas más preciadas. Rosas rosa con el olor más exquisito que he podido encontrar aún y ampliando mi mundo. Fue solo ese año, en esos meses de confinamiento tú te esforzaste al máximo y se produjo un milagro en aquel pequeño balcón.
Los siguientes veranos tórridos vencieron la fuerza de aquellos meses sin humanos y aunque sé que te resististe te fuiste apagando hasta que quedaron de ti unas leves ramas. No valieron mis cuidados, tu destino era alegrar unos días, llenarme con tu fragancia y sucumbir.
Y ahora, cuando miro el gran jardín del nuevo piso, siento aquella nostalgia de lo que pudo haber sido y no fue. Del gran espacio que te hubiera acogido y del gran número de rosas rosa olorosas que me faltan, ahora que han pasado ya dos años de todo aquello.
Qué forma más bonita de expresar cómo la vida de un rosal se enraíza con los momentos que vive la protagonista. Me gusta el modo en que reflejas la decisión, el ambiente calmo que rodea a ambos y, sí, ya lo vivos durante la pandemia, la naturaleza no nos echó de menos.
ResponderEliminarMil gracias por sumarte a la convocatoria de este jueves y plasmar un relato diferente.
Un beso enorme.
Muy emotiva evocación de una pérdida no humana que aún así, significó compañía cargada de espiritualidad. Muy bella historia, Moli. Un abrazo
ResponderEliminarHermoso y triste, me hiciste sentir el dolor en el pecho por ese rosal y su corto tiempo
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué dulce y sentido homenaje a ese rosal que te acompañó tanto durante la pandemia y ya no está!
ResponderEliminarBesotes
Ese rosal te regaló más olores y más belleza de lo que harán los que habitan ahora tu nuevo jardín. Porque era todo para ti, y todo para ti, y su sola compañía te colmaba.
ResponderEliminarNo tienen que ser personas lo que echamos de menos.
AbrZoo
Las rosas no serán iguales, pero una planta baj es una planta baja, eh?
ResponderEliminarMuy emotiva tu prosa poética, con nostalgia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dicen los entendido que el sentido del olfato es el que tiene más capacidad para guardar el recuerdo de los olores y tú has dado fe de ello en tu poético relato de como te remueve por dentro el olor de aquellas flores de tu terraza que ahora recuerdas.
ResponderEliminaraños para el recuerdo del que personalmente me sirvieron para enriquecer mi personalidad ciñiéndome a lon que nos impusieron. Fueron tiempos de intimidad de recreo en los pequeños detalles Un abrazo
ResponderEliminarHay plantas que tienen alma... me has recordado al pino que tenía en mi jardín (pequeñito pequeñito) que se secó durante el confinamiento después de 16 años conmigo... fue como si la tristeza de no ver gente le hubiese afectado.
ResponderEliminarMuy bonito tu relato.
Bss