UNA PUERTA EN LA OSCURIDAD
Intento recordar el momento en el
que llegue a este lugar, suele ocurrirme que me pierdo en la ranura que se abre
justo cuando comienzo a atravesar un sueño.
Siento una humedad que atraviesa hasta mis
huesos, un olor mezcla de verdura hervida junto con podredumbre. Y allí estoy
yo intentando vislumbrar un pequeño rayo de luz en aquel lugar lúgubre, mientras
mis ojos se van acostumbrando a la oscuridad.
Por la estrecha calle se van
entrecruzando pequeños callejones. A mi derecha una puerta de madera oscura y
de fuerte consistencia, se muestra ante mi entreabierta, el marco que la
envuelve también es de madera recia. Me paro ante ella y vislumbro un pequeño
claro de luz, dudo si entrar o no, mi
decisión se acelera cuando logro ver a un grupo de ratas famélicas que corren acercándose
a mí.
TRAS LA PUERTA
Mi entrada rápida parece no haber
roto la cotidianidad de la estancia, esta se mantiene en semi penumbra
iluminada por la pequeña llama de un quinqué que da pequeños toques de luz a
otras puertas de alrededor.
- - Ya poca cosa puedo hacer
– la frase sale a través de una máscara en forma de pico. El personaje que la
porta no deja de aterrorizarme, va vestido con una túnica de tela gruesa
encerada y cubre su cara con dicha mascara.
Susurros, lamentos y llantos,
tras la puerta de alguna de las habitaciones se escuchan rezos.
- - Doctor – es una voz
entrecortada – venga aquí, es Annie, mi pequeña.
Como parece que paso desapercibida, me acerco al tétrico personaje y lo sigo hasta
una pequeña cuadricula que hace de dormitorio. Lo siento aspirar fuerte y en
ese instante compruebo que el único lugar donde el olor es aguantable es a su
alrededor. El doctor de la máscara de pico exhala fragancias de hierbas y
especies.
Un pequeño colchón en el suelo acoge
a varios pequeños, la mayoría muestran sus ganglios supurantes e inflamados, en el
centro la más pequeña esta agonizando.
-
Mi muñeca – escucho,
como en un suspiro – quiero mi muñeca…….
Solicita se acerca la mano de quien
parece la madre, en la otra mano sostiene un montoncito de paja envuelto en un
vasto trozo de lana. El rostro de la niña se ilumina y muere en un suspiro
antes de poder coger su preciado juguete.
Mi corazón se encoje escuchando los
gritos de impotencia de la madre.
- -Porque Dios mío, porque
te la llevas, si es lo único bello que tengo en mi vida…..
Justo en ese momento entran diez o
doce hombres en la estancia.
- -No hemos podido hacer
nada – oigo decir – han tapiado todo el close[1],
dicen que no quieren que la peste se extienda por la ciudad…….
- -Pero aquí encerrados, vamos a morir
todos como ratas……
Gritos de dolor, llantos de
impotencia, rezos a un Dios que frecuentemente parece olvidarse de los más
pobres.
-
Mi muñeca, quiero mi
muñeca……-
Un grito en la oscuridad, una voz
que se repetirá durante siglos en la penumbra de Mary King´s Close, el
laberinto de las calles tapiadas que resuman el hedor de la muerte bajo la
Royal Mile.
Cuando por fin logro atravesar la
puerta y salir me encuentro con este paisaje……
[1] Serie de callejuelas
situadas en lo más profundo del centro de Edimburgo, el lugar donde vivian los
más pobres, a mayor pobreza se vivía a una mayor profundidad tierra abajo.
Leerte a tí es muy estimulante. Pero hay que tener tiempo.Te reservo para mañama. Buneas noches!
ResponderEliminarRecortar las imágenes ha sido un truco de efecto genial, luego nos metes en tu sueño y ya nos quedamos dentro, un abreazo
ResponderEliminarAterradora noche ... miedo ,temor enfermedad , relato idóneo para una noche de terror , gracias por tu relato y preciosas imágenes. Un abrazo .
ResponderEliminarhttp://campivampi.blogspot.com.es/ os dejo mi relato un saludo y muchas gracias .
ResponderEliminarTú siempre acaparas toda mi atención cuando entro a tu blog...Siempre me voy con algo lindo..o nuevo...o interesante ..o ..hasta tan emotivo que me haces llorar con tu sensibilidad..Esta vez me has llevado de paseo a lugares lejanos tanto en kilometros como en el tiempo...y lo he disfrutado a pesar de lo tragico del tema...besossss
ResponderEliminarEse final donde nos llevas de luces y claridades,es en contrapunto perfecto para tu lúgubre y aterrador relato.
ResponderEliminarPerfecto.
Un beso.
Hola Molí: Te he leido con detenimiento, y tu naración aunque terrorífica y aterradora esta muy bien pensada y mejor escrita. ¿No sera la proximidad del dia de las ánimas la que te ha inspirado? Sea como fuere e salido de aquel agujero feliz por volver a respirar aire puro. Un abrazo amiga.
ResponderEliminarAl principio me sentí dentro de la obra de Espronceda, el estudiante de Salamanca, en la que las calles se deforman a medida que camina Félix de Montemar. Luego, la puerta y su interior, un ambiente muy angustioso. Sinceramente, has revivido un lugar muy mágico y lo has sabido transmitir. Un abrazo.
ResponderEliminarUn relato dramático y trepidante, poco a poco entramos en tu sueño. Tiempos malos sobre todo para los pobres.
ResponderEliminarUn abrazo
Terrorífico relato.
ResponderEliminarQuede atrapada con tu narración, me guió paso a paso por ese lugar siniestro, abatido por esas plagas que arrasaron sin misericordia a tantas almas. Magnifico relato!
ResponderEliminarBeso
Un relato fantástico, donde he podido respirar esos olores y sentir el terror de aquel lugar. Menos mal que al final nos has dado el regalo de salir de allí hacia la luz. Muchas gracias Molí por participar en mi primera convocatoria juevera
ResponderEliminarUna muy buena historia en un tétrico lugar, que leyendo me los he imaginado muy dramático
ResponderEliminarUff, un montaje terrorífico y bien planteado.Me ha llamado la atención tus notas de Edimburgo, cuanto más pobres más abajo vivían. En el Titanic, los que murieron antes eran los que pagaron un camarote más barato. Como se ceban con los pobres :(
ResponderEliminarUn beso
Qué buen relato!! ...y ese final me encantó, lo hace real.
ResponderEliminarUn beso.
¡que concepto tan errado de como debe ser una ciudad y vivir en ella! particularmente si pensamos en otras culturas y los debates que hoy se dan
ResponderEliminarMe ha parecido muy interesante e intenso el relato que encontré tras esa puerta, que nos lleva de tu mano a adentrarnos al corazón de la ciudad y nos pone frente a un pequeño gran drama de la humanidad
Beso
Es triste pero es una leyenda muy marcada en los vecinos de Edimburgo. Realmente sucedió que murieran tapiados ya que no debieron pensar mejor cosa que cerrar esa parte de la ciudad para evitar el contagio al resto.
ResponderEliminarLa historia de la nena... pues ahí queda... real o no, con fundamento histórico o no, pero dicen que se pueden oír todavía los lamentos de la pequeña Annie por no tener su muñeca. Muchos niños murieron se llamaran Annie o Perla.
Se hicieron tantas cosas más que aún hoy podríamos lamentarnos.
Precioso relato, la verdad.
Un beso enorme.
¡Ay que tengo el corazón encogido! Lúgubre tu relato pero magnifico.Has conseguido meternos en la historia por esa puerta que atraviesas en sueños.
ResponderEliminarUn beso
Qué historia más buena de tan solo un hilo...estremecedora. Cuando estuve por Edimburgo no fuimos por ahí...lo que tiene ir con niño...
ResponderEliminarAbrazos