Mi relato de esta semana está basado en la cruda realidad que se vive en el día a día del Hospital Josep Trueta de Girona pero son historias que se repiten en cualquier hospital de nuestro país. Pido disculpas ya que me he alargado bastante más de las 350 palabras pero creo que merece la pena.....
UN
HOSPITAL CUALQUIERA
Octava planta: Oncología y cuidados paliativos. Nueve de la
mañana, comienza la rutina.
- - ¿Ha venido alguien a visitar al señor de la 810?
Teresa mira como su antecesora de la noche niega con la
cabeza. Sabe que están en el punto final, toca sedarle y seguro que ya no
despertará. El eterno dilema de saber que alguien marchará para siempre sin
nadie a su lado, nadie de quien despedirse.
- - ¿Lo sedamos ya? – Una vez puesta la inyección
solo Teresa la auxiliar permanece unos minutos a su lado.
La rutina continua y
hay otros enfermos esperando, antes de los recortes cuando en la planta había
más auxiliares, Teresa podía estar pendiente del enfermo terminal que estaba
agonizando, pero ahora Teresa debe continuar 15 enfermos terminales a su cargo
no son pocos. Con un nudo en la garganta, Teresa sigue con su trabajo, robando
trocitos al tiempo cuando pueda pasará a acompañarlo.
Sexta planta: Unidad coronaria y urología. Once de la mañana.
Parece una mañana tranquila pero cuando se trata del corazón,
nunca se sabe. Pedro enfermero va recorriendo cada una de las habitaciones y
controlando la medicación, intenta no interferir en el trabajo de las auxiliares aunque sabe
que en coronarias las cosas pueden cambiar en cuestión de minutos. La noche
anterior hubo dos ingresos por infarto, por suerte llegaron a tiempo. Hoy
parece un día tranquilo, pero nunca se sabe…..
Cuarta planta: Ginecología. Una del mediodía.
La chica sumamente pálida se mantiene estirada en la camilla,
por más que intenta evitarlo, las lágrimas le ruedan por las mejillas. Es el
segundo año que Laura lleva como residente en ginecología y son tantas las
historias que podría explicar!
- - Ya sabes – escucha la voz de la titular- con esta
medicación no nos necesitas para nada, te vas a tu casa, ya verás que
expulsaras el feto por ti sola, si no hay nada de nuevo vuelves de aquí a tres
días.
Laura no acaba de acostumbrarse a estas nuevas prescripciones,
por la experiencia de su hermana sabe del inmenso dolor que produce el hecho de
perder un hijo aunque sea en los primeros meses de embarazo, de la necesidad de no dejar sola a la paciente. Según lo que
ella había estudiado un aborto requiere de un seguimiento. Según le dice su
titular es que la medicina avanza a pasos agigantados. Se acerca a la chica y
la abraza mientras no puede evitar que dos lagrimones bajen por su cara, la
paciente, ahora sí, llora desconsoladamente.
Tercera planta: Pediatría y UCI pediátrica. Cinco de la tarde.
El ataque de ansiedad de una madre ha vuelto a alzar las voces
de gran parte del equipo. Llevan más de dos años reivindicando una UCI en
condiciones, la actual está más que obsoleta, casi siempre esta colapsada y hay una gran falta de profesionales. Todo esto hace que sea necesario separar a los niños de sus padres, parece no
tenerse en cuenta la angustia que este hecho produce ni el enorme trauma psicológico.
Se decide por unanimidad denunciar todos estos hechos ante dirección a través de una carta la situación es insostenible.
Segunda planta: Quirófanos. Siete de la tarde.
Durante la mañana se han estado realizando las operaciones programadas
y justo cuando queda una cirugía llaman desde urgencias. Dos muertos y tres
heridos graves en un choque frontal, imposible cerrar los quirófanos a pesar de
las órdenes dadas desde la gerencia. Juan, traumatólogo titular deja a medias
su consulta en la planta baja y rápidamente se cambia de ropa. Sabe que le
espera una larga noche.
Planta baja: Urgencias. Nueve de la noche.
- - Necesitamos un box, es muy urgente!
Diferente voz, sonando como un eco.
Con pocos minutos de diferencia dos box colindantes quedan
vacíos, los pacientes que hasta ese momento los ocupaban esperan estirados en sus camillas por el pasillo. Pasillos saturados,camas con enfermos por doquier. Paco, celador en
el turno de noche cada día se hace la misma pregunta ¿Qué pasa a partir de las
nueve de la noche que los pasillos están colapsados?
María está en sus minutos finales, lo último que vera será las
paredes blancas del box, el único rincón de intimidad que han podido asignarle
para morir acompañada de su familia. Su último adiós será justo en ese rincón,
su sonrisa tenue se va apagando mientras ve a los suyos alrededor. En minutos
lágrimas y llantos.
- - ¿Pero cómo es que no has traído pañales?
Fátima se encoge de hombros, para pañales esta ahora justo
cuando su cuarto hijo esta coronando. Como en los dos anteriores partos no ha habido
tiempo de subir a la sala de partos, así que su pequeño nacerá en el box de
urgencias. En minutos tiene a su hijo entre sus brazos, rojizo, redondo
sano…….Antes de los recortes y mientras estaba en el hospital los pañales eran
gratis y ahora no. Aun gracias, le han dicho, que podrá estar en el hospital
dos días. En estos tiempos difíciles, con un parto fácil como el de Fátima, la
parturienta no está ingresada más de 24 horas.
Impresionante relato. en el que lo único malo es que es totalmente creíble, sabiendo el maltrato que viene recibiendo la Sanidad en los últimos años. Una barbaridad que, como cuentas, tiene que ser muy dura para los profesionales conscientes de su labor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un hospital es un mundo, personas de todas las edades y en todos los estadios de enfermedad, situaciones y realidades distintas y siempre los médicos y auxiliares pendientes de los pacientes.Un abrazo
ResponderEliminarOjala pudiera escuchar el sonido de mis aplausos......BRAVOOOOOO!! ha sido una narracion magnifica...demasiado sensible que logra hacer que el corazon se me encoja como si estuviera presenciando cada momento...ademas, que no es muy diferente a lo que se vive en el hospital de mi ciudad en donde los medicos y enfermeras trabajan con las uñas para poder ayudar a los pacientes....te envio un beso enorme....
ResponderEliminarDesde luego que han cambiado las cosas para peor. Oyendo estos casos , da una verdadera pena que unos profesionales como los médicos tengan que trabajar en esas condiciones, y por supuesto como siempre toca pagar a los pobres pacientes.
ResponderEliminarUn abrazo
Magnifica radiografía de la Sanidad, que nos queda después de los recortes y que ha venido muy bien para que, amparándose en esas estrecheces dinerarias, hagan lo que siempre han pretendido: privatizar la sanidad.
ResponderEliminarMenos mal que nos siguen quedando un nutrido grupo de personal sanitario que lucha enconadamente contra esas pretensiones y esos recortes.
Un beso.
Yo todavía no me he dado con algo así. No sé si es suerte o destino pero sí sé que hay cientos de historias negras, tristes y sobre todo indignantes... pero seguimos pagando...
ResponderEliminarUn abrazo muy grande.
A la hora de comparar, siempre habrá algún caso peor que el que nos toca, pero cuando se han conocido tiempos mejores, servicios de más calidad, duelen el doble las carencias. Lamentable que el tema de la salud pública esté retrocediendo por aquellas latitudes. Un abrazo
ResponderEliminarEs un relato excelente, fuerte y que roza muy bien la realidad de los hospitales. Allí transcurre la desidia tantas veces, el abandono. Pero otras veces se produce también el milagro de la vida. Y eso es lo que nos da fuerzas de seguir a todos los que trabajamos en un nosocomio, de cualquier labor que se haga allí. Un beso.
ResponderEliminarTremendo, se me ha puesto el vello de punta y lo peor es que puede ser real.
ResponderEliminarTremendo, se me ha puesto el vello de punta y lo peor es que puede ser real.
ResponderEliminarCuando se sale de casa y se va a trabajar a un hospital, hay que ponerse una coraza para no echarse a llorar.
ResponderEliminar¡Triste es esa realidad que se vive en muchos hospitales!
Es un tema para reflexionar largo y tendido.
Lo has desarrollado como una experta.
Cariños en el corazón.
Kasioles
Hola Imma. Estas cosas deben de pasar seguramente, aunqeu yo no me he encontrado con niguna. Cierto que hay que atenerse a las colas y esperar, desde los famosos recortes presupeustarios,pero una vez te atienden lo hacen con mucha simpatia y amabilidiad. Sin mirar el reloj para nada. El relato es muy bueno y esta bién estructurado pero exageras amiga mia. todos estos casos ue cuentas se dan, es verdad, pero nunca en un dia y en mismo hospital. Y que conste que como enferma crónica, voy por allí a menudo. Tenemos una mútua pero siempre vamos a la Seguridad Social. Me sabe mal decontradecirte, pero es así.Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarLa verdad es que me ha impresionado la realidad que describes, es terrible si algo así sucede... Afortunadamente yo no he tenido que pasar por ninguna situación como las que cuentas pero has conseguido que me lo imagine perfectamente y me produzca una tremenda indignación y admire más al personal que tiene que trabajar en esas condiciones.
ResponderEliminarUn beso
Una impresionante narración, Moli. Es la dura realidad por la que están pasando los hospitales. Todo lo van reduciendo, eliminando y en las peores circunstancias.
ResponderEliminarBeso
Una impresionante narración, Moli. Es la dura realidad por la que están pasando los hospitales. Todo lo van reduciendo, eliminando y en las peores circunstancias.
ResponderEliminarBeso
Buenisima explicación y narración de como funciona un hospital , a veces es duro ver la realidad pero es lo que hay .Un buen fin de semana y saludo
ResponderEliminarMagnífica explicación del funcionamiento de un hospital (uno de tantos), sometido a tremendos recortes. Parece que importan más las cuestiones de presupuesto que las vidas humanas y la salud de los ciudadanos. Una sinrazón que incomprensiblemente no pasa factura a quienes así proceden.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Impresionante... y habrías podido ser aún muchísimo más dura, todos lo sabemos. De todas formas excelente relato!
ResponderEliminarUn beso.
Mientras te leo, recorro inmente todas y cada una de las plantas en el hospital de mi memoria. Desde los cuidados paliativos al nacimiento de una nueva vida... No se si llorar. Tanta razón...
ResponderEliminarUn beso
Mientras te leo, recorro inmente todas y cada una de las plantas en el hospital de mi memoria. Desde los cuidados paliativos al nacimiento de una nueva vida... No se si llorar. Tanta razón...
ResponderEliminarUn beso