POLIOS, CUANDO LO QUE CREEMOS URGENTE NO DEJA LUGAR PARA
LO IMPORTANTE
Hoy es uno de esos
días en los que tengo rota el alma, miles de partículas difusas van dando
vueltas a mi alrededor, me cuesta tanto expresar lo que siento que tengo que ir
arrastrando las palabras en mi mente para hacer las preguntas pertinentes
¿rabia? ¿Impotencia? ¿Dolor?. Hay una
gran pena que va recorriendo todo mi cuerpo de los pies a la cabeza, de la
cabeza a los pies…..y así dando vueltas de forma recurrente con unas frases que
no para de golpearme:
- - Durante mucho tiempo
me dedique a ver películas sobre el holocausto nazi, intentando comprender, ver
si en alguna de aquellas películas podía tan solo vislumbrar parte del horror
que yo viví, pero no lo vi……
Y vuelvo a hablar de
la polio, bueno concretamente de los polios y de toda esa parte oscura que
parece por siempre enterrada pero que está ahí, en las pesadillas que nos han
estado acompañando noche tras noche, en las depresiones recurrentes, en la
sensación de peligro inminente, en la fobia al sentir el olor de los
hospitales, en el odio a la ropa blanca que la mayoría evitamos usar, pero hay
más mucho más que se silenció y quedo escondido tras la pupila de algunas niñas
(si porque en esto como en todo parece que las niñas llevaron la peor parte)
que tuvieron que esconder calladas el horror de lo incomprensible e
innombrable, con una pena inmensa carcomiéndoles el alma de por vida, una vida
por siempre determina no solo por la polio, porque eso era lo de menos, sino
por el horror que nos hicieron vivir algunas de aquellas que debían cuidarnos.
No quiero explicar los
hechos más terribles que han llegado a explicarme en una noche de confidencias,
no quiero ni puedo porque para mí la amistad está cubierta por un enorme manto
de lealtad, solo decir que ante ciertos hechos verídicos silenciados, parte de
aquel dolor por el que muchos polios nos lamentamos pasan a ser menudencias al
menos respecto a mí.
Un día, fui capaz de
escribir sobre los malos tratos físicos pero sobre todo psicológicos que
sufrimos las niñas polio en el hospital Beata María Ana de Jesús, se que este
fue un hecho que se dio en la mayoría de los hospitales, pero alguien de Madrid
me dijo hace años que este hospital y con diferencia era llamado la cámara de
los horrores, ayer tuve la certeza absoluta de que fue así.
Los polio, en este afán
nuestro de liderazgo y protagonismo, siempre vamos un poco a ver quien la tiene
más grande (ya sé que es una ordinariez pero….) los que nos creemos más víctimas
entre las victimas somos primero y ante todo los no vacunados, aquellos a
quienes ataco la polio cuando ya existía la vacuna Salk pero que el régimen franquista,
muy dado a negar todo, negó que había una epidemia que estaba machacando a los
niños ya que el superávit del estado era necesario para honrar a vencedores y
construir el Valle de los Caidos. Pero este hecho no es único en las dictaduras
ni fascistas ni comunistas porque en esto de sobreponer lo importante a lo
urgente todas las dictaduras son igual (según he podido constatar últimamente nos
están llegando a España muchas personas más jóvenes afectadas por polio procedentes
de países del este donde tampoco se les vacunó). Bueno a lo que vamos, lo que
yo intento remarcar es que polios hay de los anteriores a la vacuna, de los
vacunados con vacunas en las que se rompió la cadena del frio, de los
posteriores a la vacuna y de aquellos que no sabemos porque la vacuna les hizo
el efecto contrario. Vamos que victimas, victimas lo somos todos por igual y si
no estamos de acuerdo plegamos (como se dice en catalán).
Y si hablamos de malos
tratos en hospitales y otras instituciones, os aseguro, que los que se llevaron
la palma fueron los primeros, aquellos que cogieron la polio en los años 40 y
principios de los 50, vamos años de postguerra y escasez en la que los padres
(pero sobre todo las madres) tenían que morderse la lengua y tragar con las
mayores atrocidades que pudieran vivir sus hijos polio, porque aun gracias que
los tuvieran en hospitales cuando en casa no había nada que comer.
Y aquí esta una de las
partes más oscura, vamos que los que entramos después y pasando por todo lo que
pasamos os aseguro que fueron
menudencias, pero por desgracia, aquellos que sufrieron lo indecible (que por
cierto eran las más vulnerables) seguro que ya no están en este mundo, es
imposible sobrevivir a aquel horror. Es una olla en ebullición en las
consciencias de aquellos ojos que vieron cosas terribles que nunca quisieron
ver, y que por siempre callaron porque era todo tan terrible que pensaron que jamás
las creerían y de hecho aún reciben aquellos consejos que no sirven para mucho.
-
Con los años que han
pasado, tienes que aprender a olvidar……
Y de maltrato en
maltrato, las mujeres polio (de los hombre no se mucho por lo que me abstengo
de hablar) pasamos del maltrato en los hospitales, a intentar superar sensaciones
de abandono en familias idealizadas que después se nos hacían extrañas
(sentimientos de culpa en ambos lados), con problemas para conseguir tener
amigas, con amigas adolescentes para las que éramos un estorbo a la hora de
ligar y por fin, la mayoría con algo de retraso, encontramos a nuestro príncipe
azul y aquí viene la segunda parte de nuestras zonas oscuras.
Tanto si acabamos casándonos (hablo de boda porque en aquellos años no había
más posibilidad) con una persona “normal” como con discapacidad, hay un número
incontable de casos de maltrato tanto físicos como psicológicos, porque con
estos sentimientos de abandono que nos acompañaban ¿Quién no se aferraba a un
compañero de vida aunque este fuera un hierro candente? He escuchado relatos de
malos tratos que yo tampoco he llegado a ver ni en las películas de terror,
horror y más horror que en la mayoría de los casos no acaba ni con decisiones tardías,
en las que muchas mujeres polio se encuentran cubiertas por un manto inmenso de
soledad.
Conozco a polios a
quienes no se les permitió trabajar, a quienes maridos las tuvieron engañadas
trabajando en empresas propias pero sin cotizar por ellas, mujeres polio que
ahora afectadas por el SPP apenas reciben alguna pequeña paga o ayuda que les
ayude a sobrevivir y el dolor sigue. Mujeres polio en las que aquel que reparte
la salud les ha ido dando la peor parte y que ahora lidian con enfermedades aún
mucho más graves que la polio o el SPP en sí.
Con este escrito como
casi siempre intento reflexionar, no me limito a escupir mi impotencia, sino
intentar comprender y mirar que es lo que yo puedo aportar. Últimamente, como
sucede de vez en cuando en nuestro colectivo, escucho gritos de desesperación,
estos gritos, suelen provenir de aquellos que acaban de descubrir con horror la
existencia del SPP y que quieren que se arregle todo a la voz de YA.
Si algo he aprendido a
lo largo de los años es a tener paciencia, a escuchar, respetar y comprender.
Comprendo y respeto a aquellos pioneros que llevan años luchando para conseguir
las pocas migajas que se nos han otorgado, no es mucho pero a ellos les ha
costado tanto! Que no puedo menos que quitarme el sombrero por su empuje y su valentía
y porque aun y estando muy solos, siendo bastante criticados (por no conseguir
las cosas con la rapidez que los otros querrían) continúan ahí aun al límite de
sus fuerzas y de su paciencia. Comprendo y respeto a todos aquellos nuevos luchadores que tienen la capacidad de ponerse delante y proponer hazañas que a otros nos
pueden parecer absolutas o inalcanzables, ellos son parte de la luz de nuestro
colectivo, a los que gritan casi solos en el desierto, a los que se desesperan,
a los que viven la polio y sus circunstancias como un agravio personal, a los
que nos ayudan con sus conocimientos de medicina, a los que han investigado
solos, a los que ponen toda su voluntad en hacernos visibles…….los respeto,
comprendo y admiro a todos.
Solo una cosa más (que
soy muy pesada cuando me enrollo) si algo admiro de los polio que fueron
capaces de encontrarse en México el año pasado, es esa red invisible y visible
que han creado entre todos ellos. Esa red de solidaridad y de cuidados que les
llevan a estar pendientes de aquellos más vulnerables porque aparte de estar
limitados físicamente están muy solos y que les proporcionan un calor que ningún
tipo de lucha puede suplir.
Si hay algo que les
duela más a muchos polio es la soledad, es intentar vincularse con otros
compañeros para poder salir, conversar o simplemente tomar el sol juntos. Por
otro lado, se que en el hospital Beata María Ana de Jesús quedaron 9 mujeres
polio que JAMAS pudieron librarse de sus pesadillas de infancia y que han
tenido que adaptarse a la “solidaridad” de las monjitas. Este hecho puede que también
se este dando en otros hospitales. Son también polios olvidadas en la que la mayoría
cuando entramos en el ombligo de la desesperación no pensamos.
Como última reflexión,
tiro esta pregunta en el aire: si no somos capaces de dar un poco de nosotros a
aquellos polios solos y olvidados ¿creéis que es posible llegar a conseguir
algo más? O ¿tenemos justamente lo que nos merecemos?
Buenas noches Molí , te doy mi enhorabuena por este mensaje que nos hace reflexionar sobre todo lo que has escrito , gracias a tu relato me enterado de esta enfermedad que se ignora y no se le da el apoyo necesario que debería darse. No conozco el tema pero al menos ahora tengo una idea y solo puede decir que hiciste muy bien en contar lo que ocurrió años atrás y de alguna manera o mejor dicho de todas la culpa es siempre de los mismo , en aquel entonces del poder fascista que gobernada , por no administrar las vacunas a tiempo , hubo muchos pequeñ@s que les afecto dicha enfermedad y no solo eso sino lo cuentas de los maltratos ahí si que me has dado fuerte en el alma como puede haber personas que maltraten a niños en un hospital...
ResponderEliminarSolo decirte que la lucha debe continuar para que estas cosas se sepan y al menos si ya no se pueden arreglar si hacer que vivan en mejores condiciones tanto físicas como afectivas.
Recibe un fuerte abrazo y te deseo que consigas lo que te propongas.
Terrible lo sucedido y terrible lo que, según cuentas, aún siguen sufriendo quienes fueron victimas de la ignorancia o la dejadez de aquellos tiempos. Deseemos que al menos saber lo sucedido sirva para que nunca más vuelva a repetirse algo similar. Beso grande
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