- Convocatoria juevera para el jueves 17 de mayo, el amigo Pepe desde su blog DESGRANANDO MOMENTOS nos invita a......
UN PUNTO DE LOCURA
“EL SOL DE OTOÑO”, estaba claro que el lugar no hacia
honor a su nombre, cuando cruzabas las puertas de lo que de entrada parecía un cálido
lugar te dabas de bruces con muchísimas caras tristes, vidas que no esperan más
que el invierno frio que está por venir, compartiendo su tiempo entre partidas
de parchís, laminas para colorear y de forma excepcional el bingo de cada
viernes. Ya conocían cada historia (o la que cada cual decidía contar) cada
gesto, cada ritual, porque la vida en una residencia de ancianos en el fondo es
eso: rituales que raramente se rompen, horarios metódicamente calculados por
otros más jóvenes que creen conocer al dedillo hasta la más mínima necesidad de
un viejo.
- - ¿Has visto a la nueva educadora? Y ante la negativa
pasmosa continua – Pues ya verás lo que nos espera esta parece una bruja peor
que las de los cuentos.
La sala permanece en penumbra, las palabras suenan de
forma armoniosa, pausadas, tranquilas…..
- - Esta es tan vaga que nos quiere hacer dormir……- piensan
la mayoría.
Aún está presente la humedad de los últimos días de
lluvia, María le da a la cuerda en el lado opuesto está Elvira. Alicia salta
como loca, pronto se van sumando Carmen, Pilar, Lola y aquella de los
tirabuzones ¿quién es? Ah! Sí que es Laura que despiste….Los chicos juegan al
balón a veces este se les escapa con furia y las chicas les gritan alguna
impertinencia. Paco y Luis como casi siempre han iniciado una pelea absurda.
Casilda, la de las pecas empuja con fuerza el columpio donde grita Martita, es
tal el jolgorio y alboroto que un vecino que trabaja de noche, sale gritando.
- - ¿Por qué no vais a molestar a vuestros padres?
Unos segundos de silencio y vuelven los gritos, las
carreras, las patadas al balón y los saltos a la comba…..
-
Al pasar la barca, me dijo el barquero, las niñas bonitas
no pagan dinero…..
Durante meses, nadie en aquel tranquilo barrio llego a
comprender la algarabía de cada noche en el parque. Aquel lugar que cada día
era un remanso de paz, se transformaba por la noche era cual si un puñado de
criaturas jugaran como si en ello les fuera la vida. Ni policías, ni técnicos ambientales,
ni la vieja médium que tiraba las cartas, nunca hubo una explicación lógica. De
la misma forma en la vieja residencia de ancianos nunca se pudo aclarar el porque de aquella paz que nació de un día para otro, de las sonrisas y aquellas caras
de felicidad que irradiaban los ancianos. Este estado natural duró el mismo
tiempo que trabajo en el centro la educadora con cara de bruja, un tiempo en el
que casi nunca fue necesario dar pastillas para dormir a los ancianos.
Hoy nos has dejado un relato misterioso , que quizás sea más fácil de descubrir ..en mi entender creo que lo importante de ese silencio y ese alboroto en el parque es la magia de la locura que nos hace sentir ese punto de irrealidad ...pero tal vez la educadora tenía algo que ver ...
ResponderEliminarUn abrazo y feliz resto de semana.
Me gusta mucho tu relato. Me parecen muy tiernos los ancianos y muy triste que se tengan que acoplar a todo...
ResponderEliminarSerían capaces de escaparse al parque por las noches? Al menos, con seguridad que soñarían con ello, con jugar como cuando eran niños...
Muchos besos, es un tema que me toca el alma...
HOLA INMA: Como se nota que conoces el medio. has descrito a las mil maravillas el ambiente de un geriatrico y los juegos de los niños en el parque, que aparecen misteriosametne por las noches, alborotando a los vecinos y dejando tranquilo aquel lugar, antesala de la muerte que se llamaba "SOL DE OTOÑO"
ResponderEliminarQue contraste , que imagen!!Los dos extremos de la vida
ResponderEliminarContraste entre silencio y ruido, ancianos y niños...Intrigante.
ResponderEliminarBeso de dos mitades.
Me ha invadido la tristeza al leer tu relato, con esa poética dicotomía entre el silencio y el ruído, la vejez y la niñez.
ResponderEliminarA pesar de ello, me ha gustado.
Besos.
La dicotomia se da gracias a la educadora bruja que es quien les da su punto de locura a los ancianos: viejos de dia, niños de noche.....
EliminarQué bueno sería si algún hada buena llegará con su magia a inundar y liberar con su magia esos lugares. Más de una vez he tenido oportunidad de recorrerlos y no hay uno que no sea espantoso. Entrañable tu relato. Un abrazo
ResponderEliminarMe ha encantado eso de la desvinculación del cuerpo y el alma... Y es que no hay nada mejor que un alma libre.
ResponderEliminarMe ha encantado esa ida de volver a ser lo que fuimos sin tapujos, con la algarabía de la niñez y la inocencia.
Un beso muy grande.
Precioso... la locura de la vejez,volver a ser niños...
ResponderEliminarBss
La magia convierte, más que a las personas, las situaciones. Donde cunde la seriedad y el aburrimiento la tendencia del individuo es a imitarlos, si la alegría reina en el ambiente también contagia felicidad, esa quizá sea una magia más modesta peo ayuda a vivir.
ResponderEliminarEs bonito pensar en tu relato.
Gracias. Besos.
Me encantó esta bruja que era capaz de hacer surgir del interior de cada anciano
ResponderEliminarel niño que lleva adentro. ¡Hay que ver como las apariencias engañan, más que bruja era
un hada madrina o ángel!
¡Qué necesario es tener maestros, coordinadores, entrenadores, educadores, etc.,
creativos y humanos (sean del sexo que sean, se entiende)!
Besos, Inma
Hacer brotar al niño interno no es mágico, si lo logra una persona o una bruja está sobrado, lo importante es el resultado.
ResponderEliminarHabía una maestra que en aquellos mis tiempos quería las cosas en riguroso orden, casi machacabas libros para memorizar porque no debía faltar una sola coma en el examen, como si fuera una copia del libro, pero había un maestro que te dejaba ser, sus clases eran enérgicas y llenas de emotividad y es lo que mas se recuerda y aprecia.
Beso, tu relato es exquisito
Disculpa, quise decir que es mágico que lo logren.
ResponderEliminarEl "no" se me coló
Ponga una bruja en su vida. A veces la aparición en nuestra vida de un ser de luz, nos devuelve el espíritu jovial que nunca debimos perder.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracis Inma por sumarte a mi convocatoria.
ResponderEliminarMuy bonito. Esa manera de "resucitar" a los ancianos haría ejemplar ese centro y a la educadora una figura.
ResponderEliminarEllo si las cosas se valoraran como se debería, porque queda la idea de que su contrato no fue renovado.
Y buen retrato de los ancianos ingresados en residencia.
Besos, amiga.
¡Qué bonitoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!
ResponderEliminarQué escena más curiosa nos planteas, Molí. Me imaginé a todos esos niños y niñas jugando, la algarabía, el caos... y luego la calma. Fue casi una escena mágica, si bien es la más normal del mundo.
ResponderEliminar¡Besos!
Ya dicen que el hacerte mayor te vuelve niño, en este caso fue de verdad con la ayuda de esa estupenda educadora.
ResponderEliminarGran relato amiga.
Un abrazo