DESPERSONALIZACIÓN
Con solo dieciséis años no fui capaz ni de
intuir lo que se me venía encima, llevaba dos semanas trabajando en las
oficinas de una famosa marca de pastas alimenticias, de lo único que era
consciente era de mi soledad. Cuatro viajes en metro de casi una hora con
trasbordo y yo allí ante la máquina de escribir y convencida de que no era eso
lo que yo deseaba pero con todo lo que había luchado mi madre para que llegara
allí no podía insinuar que no me gustaba ni el trabajo ni el lugar.
Ocurrió una tarde, de golpe todo perdió
sentido para mí, era como si mi vida no fuera mi vida como si yo solo estuviera
allí como una mera espectadora, me fui al lavabo, me mire en el espejo pero no me reconocí. Solo
fui capaz de acercarme a un superior, uno de mis jefes y comentar que no me
encontraba bien, después todo pasó como a cámara lenta: mis padres vinieron a
buscarme, me llevaron a casa y allí conseguí tranquilizarme, al día siguiente paseando
con una amiga me ocurrió un episodio similar.
Visitas a urgencias, médicos, psiquiatras, ansiolíticos,
antidepresivos…..ni siquiera era capaz de explicar lo que ocurría a mí
alrededor, era tan aterrador que seguro que no había nombre para aquello pero
mi vida se paró allí. No salía a la calle sola porque tenía miedo de que los
episodios se volvieran a repetir, no era capaz de quedarme mucho tiempo sola en
casa porque me embargaba la ansiedad. Era todo tan irreal que nada tenía
sentido, me molestaba la luz y llevaba dos pares de gafas de sol unas sobre las
otras, sentía alteradas mis percepciones auditivas, olfativas i táctiles, mi
cuerpo no me pertenecía pero como era cosa de locos era incapaz de verbalizar
aquello que sentía.
A lo largo de mi vida estos episodios han ido
apareciendo varias veces, en momentos en los que había algo que me impedía
sentirme bien. En mi caso la angustia daba paso a la depresión, al hecho de
sentirme limitada por el miedo y la ansiedad. Años después, siendo tutora en un
centro de formación, acompañaba a una alumna para unas prácticas en un psiquiátrico,
en una mesita habían unos cuantos dípticos abrí uno de ellos y leí:
-
Trastorno de despersonalización o desrealización…….- y encontré que todos los síntomas raros a los que nunca nadie les dio nombre
existían. No fue tranquilizador pero si me alivio bastante.
En mi vida ha habido otros momentos de crisis
y hace unos años encontré a mi psicólogo,
ahora sé que dicho síndrome es mucho más frecuente de lo que pensamos. Que
una persona como yo, que pase parte de mi infancia en un hospital donde sin
pedirme permiso ni explicarme se me sometió a varias operaciones era lógico que
hiciera como una especie de disociación. Total que cuando estoy en un lugar en
el que no quiero estar, cuando me toca vivir o hacer algo que no deseo hay como
un mecanismo de defensa que se dispara y paso a ser una mera espectadora de mi
vida. No es un consuelo, pero ahora se muchas cosas que están en mi mano y que
puedo evitar, ahora he encontrado mis propios recursos para salir del bucle, sé
que no estoy sola en esto, que hay muchísimas personas que han vivido lo que yo
y que lo viven cada vez más en este mundo que cada uno va a su bola. Pero ¿porque
siendo tan común me hicieron sentir tan sola?
Impresionante lo que nos describes , la única respuesta que encuentro al que se hicieran sentir tan sola , es que tal vez los que te rodeaban no sabían cómo poder ayudarte . Piensa que el enfermo el que tiene ese trance en el que ni él mismo sabe lo que le ocurre es muy difícil poder ayudarle , y aunque segura estoy que lo hacen no está como para darse cuenta en esos momentos críticos.
ResponderEliminarDe todos modos una vez que se sabe el síndrome que es se puede actuar en consecuencia .
Un fuerte abrazo y muy buena tu exposición.
Es tremendo, especialmente esa angustia durante el tiempo de desconcierto, de incertidumbre.
ResponderEliminarSin embargo finalmente es comprensible, un rechazo sentido desde lo más profundo.
Besos, amiga.
Hola de nuevo.
ResponderEliminarEl rlato esta publicado desde el dia 22-7 en mi blog
Gracias
Desde luego que es impresionante lo puede pasar por nuestro cerebro y que nosotros ni entendemos.
ResponderEliminarUn abrazo
Conocemos tan poco de nuestro cerebro y de sus cortocircuitos que esta historia parecería el perfecto guión para una película de esas de terror o de ciencia ficción. Si no fuera por lo que supone a nivel emocional casi podría decirse que es una experiencia interesante. Es como un viaje astral pero con otras consecuencias.
ResponderEliminarUn beso.
Por ignorancia, desconocimiento, y miedo también, supongo, lo cierto es que tenemos montones de mecanismos de defensa que implementamos casi sin sospechar y ese desconocimiento nos llena de miedo y no sabemos como actuar. Creo que al descubrir de qué se trata uno consigue abrir la puerta a la esperanza de poder normalizar esa situación que nos desequilibra. Es un gran avance. Un abrazo 😊
ResponderEliminarInma, cada vez que conozco parte de tu vida, te admiro mas...eres una mujer guerrera, con guáramo como se dice en Venezuela, tu vida desde muy temprano, estuvo ligada a episodios dolorosos pero, sobreviviste a ellos y aunque la despersonalización haya aparecido en tu adolescencia pudiste también con ella...y lo mejor de todo es que estás capacitada para ayudar a otros que pasan por lo mismo... Creo que no se debía llamar desrealización en tu caso, sino una maravillosa realización de mujer...un beso muy especial
ResponderEliminarMe has impresionado mucho con tu relato porque suena a verdad vivida, a episodios por los que nadie quisiera pasar pero no sabemos lo que nos espera mientras avanzamos por este camino maravilloso y agobiante que es el día a día. Todo lo que he leído de ti es prueba de la gran fuerza y del gran esfuerzo por el cual has superado crisis y baches. Enhorabuena, Inma, un beso
ResponderEliminarHe llorado con su relato. Mi mama no esta bién. Nos ha criado a los cuatro con todo el amor del mundo pero hay veces que se siente indefensa. Odia que le digan que no está bien y ella, la pobre, vas a terminar sus días como la enferma que siempre ha sido.
ResponderEliminarGracias por este relato autobiográfico tan sincero y conmovedor. Es increíble como nuestro organismo crea mecanismos para poder sobrellevar las situaciones más adversas. Además, el tuyo es todo un ejemplo de voluntad y superación.
ResponderEliminarUn abrazo bien fuerte, Inma