LIBERTAD
Atravieso la puerta y justo en ese instante
soy consciente de que entro en un lugar donde la palabra libertad pasa a ser
eso: una sola palabra, un deseo…Mi sensación se ve inmediatamente corroborada
cuando la puerta se cierra tras de mí, nunca en mi vida había sentido tal
desasosiego, el sonido de la puerta metálica quedara por siempre enlazado en los
confines más profundos de mi alma, cualquiera que haya traspasado el portón de
una prisión sabe de ese entresijo de sentimientos. El poder del Ius puniendi
sobre la persona ejerce el derecho de quitarle la libertad en base a unos
delitos claramente tipificados.
Son poco más de 200 presos en prisión
preventiva, la mayoría son hombres, en mi mano mantengo la lista con sus
nombres y el delito cometido, necesito muy poco para darme cuenta que el mayor
delito que han cometido es ser pobres. Exceptuando cuatro o cinco presuntos
homicidas, la mayoría están en espera de juicio por delitos relacionados con la
salud pública (pequeños trapicheos con drogas) robos y alguna violación incluso
los miembros de una banda que trafica con diamantes. Uno o dos años de mediana
en espera de juicio donde se demuestre su presunta culpabilidad. Aunque la ley
defiende a ultranza la presunción de inocencia el hecho de mantenerlos
encerrados deja claro que es más importante la presunta culpabilidad o el hecho
de no disponer de un capital económico solvente con el que pagar la
correspondiente fianza.
El famoso traficante de diamantes nos sigue
con pasos inseguros, cada puerta que traspasamos, en cada pequeño rincón se
para y nos pide permiso para continuar. Es si más no curioso observar a ese
hombre grande y de rasgos duros con esa actitud de sometimiento que va más allá
de la humildad.
El preso político quien por una u otra causa
ha permanecido en prisión décadas después de la amnistía nos mira con desdén y
en la entrevista deja ir alguna amenaza sutil. Lo he observado en el patio y se
comporta como un auténtico dandi y es que el miedo a que de alguna forma
interrumpa la placida convivencia carcelaria ha llevado a que se le otorguen
diferentes privilegios, este hecho le lleva a tratar con una cierta soberbia a
los comunes, en el fondo él ha atracado algún banco, pero lo ha hecho por la
causa.
M nos trata con el respeto que se le
dispensa a las mujeres blancas y licenciadas. Lo detuvieron en plena violación
pero no comprende el porqué.
-
Si ella era una mala mujer, era
una yonki….. – no deja de decir – yo no musulman, yo beber vino y comer carne
de cerdo……
¿Cómo hacer comprender que el delito no es
su religión sino un acto deleznable que no se considera tal en su cultura?
Los cargos de una cierta responsabilidad se
les dan a algunos presos ya juzgados y con sentencias largas. Los homicidas
suelen ser ordenados, constantes y responsables, los traficantes de drogas
(quienes normalmente consumen) no.
En los últimos días de mi estancia se decide
salir con doce internos a una visita cultural, es un permiso penitenciario
sorpresa del que solo se avisa en el último momento. En la ciudad, sus rostros
tienen otro matiz: chispitas de ilusión y de alegría. Hacemos la visita y al
final vamos a comer unos bocadillos a un precioso parque. En un rincón dormita
un indigente, carne de cárcel, por segundos se organizan: parten bocadillos y
comparten aguas. A los pies del sin techo dejan una bolsa con seis bocadillos y
seis botellas de agua.
- - Él lo necesitan más que nosotros
– me dicen.
Mi tutora lleva meses trabajando temas de
derecho con un grupo. Nos encerramos en la clase con ellos. Hoy la clase la
llevo yo, mi idea es proponerles una serie de palabras y que ellos vayan
contestando lo primero que se les ocurra, o que sientan, o que piensen.
LIBERTAD
Escribo con grandes letras en la pizarra, la
respuesta fueron pocas palabras y muchas lágrimas, el aire se podía cortar.
LO QUE LA MAYORÍA DESCONOCE DE LOS EFECTOS
DE LA PRISIÓN SOBRE LAS PERSONAS…….
-
Acostumbrarse a vivir muchos
años sometidos a unas normas que rigen los aspectos más comunes e íntimos lleva
a que la persona se desresponsabilice de ellos así volver a la vida normal es
bastante difícil y necesita de un proceso de adaptación que no siempre se da ya
que el presó sale de prisión a veces porque se conmuta su pena o porque se
acaba su condena sin que este proceso se haya llevado a cabo.
-
Después de años de encierro les
cuesta caminar por la calle, es bastante normal que una gran mayoría haya desarrollado
miopía (la vista trabaja solo en pequeñas distancias) por otro lado han perdido
la facultad de medir distancias y es bastante común que puedan ser atropellados
al intentar cruzar solos la calle.
-
Cosas tan básicas como abrir un
gripo y ser incapaces de cerrarlo o abrir la luz y apagarla les cuesta ya que
durante años han estado supeditados a ordenes en cualquier aspecto de su vida.
-
En prisión el tiempo esta
meticulosamente ordenado: levantarse, ir a la celda, comer, dormir……fuera de
estos esquemas les cuesta improvisar o resolver problemas de su vida cotidiana.
-
La mayoría esperan anhelantes el
momento de salir y vivir en libertad la lastima es que una vez fuera no saben
que hacer con ella. Por eso no es difícil que vuelvan a delinquir.
·
“No
se puede llamar precisamente justa (vale tanto decir necesaria) la pena de un
delito cuando la ley no ha procurado con
la diligencia el mejor medio posible de evitarlo. Perfeccionar la educación
constituye el medio más seguro, al mismo tiempo que el más difícil. De evitar
los delitos” DE LOS DELITOS Y LAS
PENAS - CESARE BECCARIA
Muy duro lo que relatas, todo lo que se de las cárceles es lo que he leído en libros, imagino que es una vida triste y desesperanzada, por eso me cuesta creer que cuando salen delinquen de nuevo y vuelven a entrar. Abrazos
ResponderEliminarExtenso e interesante, además de crudo y real. Abogo por el último párrafo: “Perfeccionar la educación constituye el medio más seguro, al mismo tiempo que el más difícil”
ResponderEliminarMuy buena entrada, querida amiga. No deja indiferente.
Un abrazo grande 😘
Un texto duro , terrible y mil cosas que se me ocurren decir ..pero visto desde la lejanía y releyendo más de una vez tu texto , me creo que esos presos que pasan la mayor parte de su vida en ella , la vean como su hogar y esas normas del día día formen su libertad , fuera de esas rejas quizás es ahí donde está su verdadera cárcel .
ResponderEliminarUn fuerte abrazo , feliz semana .
La privación de libertad, la cárcel es una experiencia totalmente determinante para el futuro del preso. Mandela estuvo tres décadas y salió lúcido, sabio y con nula capacidad de venganza, pero no nos engañemos, como dices, con el encierro se pierde cordura, amigos, capacidades físicas y lo más preciado, la libertad de ir donde quiera y con quien quiera.
ResponderEliminarMuy buen texto y referencias, Un abrazo y feliz jueves.
Extraordinaria ventana la que nos abres, Moli, a ese submundo tan difícil de imaginar para quienes no lo hemos pisado -por fortuna-. Hay otra realidad, también, menos "blanda"si se quiere. En cárceles como en las de aquí, se sabe que los delincuentes salen más peligrosos e irrecuperables de lo que entran. El tema de la prisión preventiva es mucho más complicado e injusto aún cuando se aplica para delitos comunes. Tengo entendido que se puede aplicar cuando hubiese riesgo de fuga, de eliminación de prueba o de intervención en el justo proceso de la causa. Lo vemos bastante seguido en casos de mucha gravedad y corrupción política.
ResponderEliminarUn abrazo
Te doy toda la razón, la prisión es necesaria, pero su misión es la de reinsertar, y como dices tú la mayoría no lo hacen y al salir vuelven a delinquir, regresando al que seguramente será siempre su hogar. Triste, pero es así.
ResponderEliminarUn abrazo
Un relato real, crudo, emotivo. En un entorno tan perverso como la prisión, la recuperación parece destinada al fracaso para reintegrarse a la sociedad.
ResponderEliminarAbrazo
Moli me ha parecido un relato muy conmovedor, un manifiesto excelente, trasmite emociones que le sobrevuelan como la nostalgia, tristeza y una cerrada opresión
ResponderEliminarBeso Moli y buen finde
Ha sido agobiante ir siguiendo la lectura de tu relato, parecía que yo misma estaba privada de libertad y sobre todo esas magníficas fotografías en las que ves cerrarse la puerta poco a poco. Escalofriante.
ResponderEliminarMuy duro debe ser estar en la cárcel perder la libertad, la verdad es que me has recordado a una película que vi hace años sobre la cárcel.
ResponderEliminarExcelente tu relato.
Besos.
Impactante, me ha dejado sin palabras. Un abrazo
ResponderEliminarMe hiciste recordar una película que creo se llamaba "Sueños de libertad" en donde un preso el cual había cumplido como 50 años en prisión, sale y delinque al día siguiente. Cuando regresa a prisión le preguntan porque? si el presentaba buena conducta y responde que toda su vida, vivió preso y ahora no sabía vivir afuera..es triste lo que escribes, pero es parte de nuestra sociedad...
ResponderEliminarBesossss
La de historias que hay detrás de un portón carcelario, y todas ellas tiene el denominador común de estar privadas de libertad. Sin embargo, no me dan pena, cada uno recoge lo que siembra (salvo esas historias mínimas que condenan al inocente, claro).
ResponderEliminarBss.
Las prisiones son ese lugar donde uno sabe que no debería entrar pero son las consecuencias de los actos los que llevan ahí, no siempre, y no entraremos, de forma igualatoria pues la tipificación de los delitos y, en consecuencia, las penas, son como son... pero...
ResponderEliminarHay carne de cárcel y hay carne de libertad. Esa es la verdad.
Un beso y buena historia.