UNICA
A ninguna de las allí presentes pareció
importarle el contraste, en el barullo del otro lado del escenario nadie
preguntaba, estaban demasiado acostumbradas a los diferentes rostros y los
cuerpos esbeltos o redondos, semidesnudos o desnudos eran en aquel lugar el pan
de cada día. La mayoría hijas de la belle epoque vivían intensamente el final
del siglo XIX, orgullosas y felices de haber tenido la suerte de vivir en el
Paris de Le Moulin Rouge.
Angelé provenía de una familia aristocrática
que vivía desde hacía un siglo en decadencia, aparentar y no mostrar la miseria
que se vivía tras los muros de una vieja y destartalada mansión.
Conocía a Henri desde su más
tierna infancia, sabia de sus vicios y sus desdenes ya que era ampliamente
criticado por todos aquellos que bien seguro tenían mucho más que ocultar.
Montmartre era el infierno ya que traspasar sus calles llevaba a las jovencitas
por el camino de la perdición. Nunca había estado en el barrio rojo de Pigalle,
nunca hasta aquel día en que sintiéndose defraudada al saber que el hombre
quien creía que la amaba pasaba la mayoría de sus noches en el Moulin Rouge.
Fue su amigo Henri quien la
acompaño, disfrazada ella para evitar ser reconocida a ver de cerca aquel
lugar de pecado. También fue Henri quien días más tarde la introduzco en las
artes amatorias haciéndola conocer el inmenso placer del pecado. Desde ese
momento no pudo evitar quedar eclipsada por todo lo que se movía por Pigalle.
Fue también Henri quien le hablo
de las posibilidades que ofrecía ser una más de las bailarinas del Moulin Rouge.
- - Tienes un cuerpo
precioso, una sensualidad única y a pesar de tu poca experiencia en la cama
eres mejor que muchas de mis amantes. Tienes el mundo en tus manos pero lo
más importante es que dejaras de vivir en la miseria y podras ser realmente tú.
Y aquí estaba Angelé dispuesta a
salir al escenario con un su vestido rosa, un vestido que le tapa desde el
cuello hasta los pies. En el jolgorio de la noche sus compañeras y amigas saben
que respecto a los hombres lo importante es el factor sorpresa, algo que Angelé
domina a la perfección.
Completamente tapada sale
creando con su sola presencia un clima de expectación. Mientras canta con una
voz sinuosa, va dejando caer la ropa llevando a los hombres al éxtasis y a la
desesperación, porque Angelé la única capaz de mostrar un desnudo integral a
pasado a ser el sueño de la mayoría, sus amantes se cuentan por cientos, vive
al son que le marca su cuerpo esbelto y bello, aunque ella ya ha pasado de la
cuarentena.
Que linda historia nos has contado a través de ese cuadro y sus protagonistas ..en verdad excita mucho más el insinuar que el mostrar los encantos ..eso ya llegará y es necesario esa espera que lo hace mucho más excitante y hermoso como ella supo sacar partido a su cuerpo .
ResponderEliminarMe gusto mucho el planteamiento que has hecho felicidades .
Abrazos y muy feliz verano ..nos leemos a la vuelta .
Una historia arrobada con poética pinceladas que diluyen con encanto la dureza de una vida marginal que debió ser muy difícil. Muchas gracias por participar Moli. Un abrazo
ResponderEliminarMe ha encantado cómo has tomado el reto. Hay mujeres que necesitan sentir que están vivas, si con ello acaban por encontrar su lagar, miel sobre hojuelas.
ResponderEliminarPrecioso texto. Un abrazo
Una cruda realidad retratada con ternura. Por cientos, y entre tantos, la sífilis. Terrible.
ResponderEliminarBesos, Molí
¿Que diría esa familia que vive de apariencias cuando descubriera como se ganaba la vida? Pagaria por verlo jajaja! Me han divertido tu relato.
ResponderEliminarBss.
¡Hola! Que tierno como cuentas el relato, me ha gustado ese tono de la narración hasta que ella encuentra aquello que la despierta, que precisamente, es justo el punto de quiebre de su vida anterior.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Perfectamente hilado, hay que dejar vislumbrar más que enseñar, jejejejej
ResponderEliminarUn relato que podía muy bién ser verdad. Lo has escrito con mucho realismo y frescura. Unn abrazo amiga Imma.
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