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miércoles, 4 de septiembre de 2019



CIGÜEÑAS


Como cada septiembre asisto admirada a la despedida de las cigüeñas, durante varias semanas observo su ir y venir. Algunas se posan en unos árboles altos que es difícil vislumbrar desde la salida de mi casa, escucho su crotoreo que según tengo entendido es su forma de saludarse, pero que yo pienso que son largas conversaciones que mantienen.

Supongo que preparar el camino de regreso debe de ser complicado, que se reúnen para debatir el mejor camino, los posibles lugares de descanso. Desde hace unos años mi pequeña ciudad es uno de esos lugares que se llenan de cigüeñas porque fijas, fijas solo debe de haber tres o cuatro parejas, como mucho.

A veces, desde las vidrieras de la puerta de acceso a mi patio, veo pasar la sombra sinuosa de alguna de estas aves en vuelo. Me es imposible no quedarme admirada ante tan inmensa belleza, a diferencia de otras aves las cigüeñas dominan el arte de volar cual pintor desplaza su brocha por un inmenso lienzo.

Subidas en los lugares más inverosímiles ya que cada día más las torres de las iglesias con sus extraños diseños son algo ajeno a ellas, eligen acercarse a las zonas estratégicas elegidas por sus hermanas las cigüeñas de Banyoles. Así sus crotoreos han pasado a ser uno de los sonidos habituales de l’estany[i] y sus concentraciones cerca del agua nos lleva a los banyolines a pasear por los alrededores donde se situan. Pienso que en estos días de septiembre no debe haber ningún famoso más fotografiado que ellas.

Ayer, una de ellas, paso en vuelo rasante delante de mis narices para posarse justo al borde de l’estany donde algunos trabajadores se afanaban en colocar las vallas para el triatlón que tendrá lugar este fin de semana. Nos miraba aturdida mientras una familia de patos nadaba a su alrededor ella mantenía su pose ante todos aquellos que no podían evitar coger su móvil y fotografiarla. A veces esta familiaridad con las que ciertas aves se habitúan a los humanos me preocupa. Los verderones de l’estany no paran de perseguirnos pidiendo comida, están gordos y rojizos (bueno más bien verdijos) y se han transformado en aves exigentes e insolentes que te persiguen con sus graznidos.

Pero ha llegado septiembre y los patos tendrán que acostumbrarse a cantidades más escuetas de comida ya que los niños que los alimentan regresan a la escuela. Las cigüeñas seguirán concentradas unos días más y después sin aviso previo las perderemos de vista hasta el próximo año. Solo las parejas banyolinas pasaran el invierno aquí en los lugares habilitados para ellas, aún no logro comprender que extraño mecanismo lleva a unas cigüeñas a emigrar y a otras a acomodarse entre los humanos.



[i] Ningún banyolin que se tercie me perdonaría que a l’estany lo llame lago….





7 comentarios:

  1. Que lindas las cigüeñas por tantas cosas , son grandes , blancas y negras y su vuelo elegante .Ellas nos traen a la memoria cuando nuestros padres nos decían " la cigüeña nos va a traer un hermanit@" ..Este mes es lindo por tantas cosas que ocurren en él , siempre digo que a pesar de ser el novenos mes , bien podría ser el sexto en como la mitad del año donde termina un ciclo y comienza otro .
    Un fuerte abrazo y muy feliz resto de semana.

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  2. No solo para nosotros es el comienzo de una vida distinta y necesaria.
    Una de la cosas malas que tienen las grandes ciudades, comparándolas con los pueblos, es que parece que les han prohibido el paso y la estancia a las cigüeñas.
    Besos.

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  3. He disfrutado viendo cigüeñas en sus nidos, en mi paso por España, y tu relato, me ha conmovido y provocado añoranzas. Un fuerte abrazo Inma, y gracias por tu participación frecuente en estos jueves entrañables.

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  4. En Córdoba continuan casi todo el invierno las parejas que tienen propiedad en las farolas de la carreteras cercanas a la ciudad, no sé si en enero se irán o se plantearán que para qué hacer la mudanza para tan poco tiempo.

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  5. No tenemos cigüeñas por aquí. Por eso quizás me resultan casi legendarias, imaginandolas portadoras de algún bebé en el pico, jeje. Gracias por compartir

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  6. ¡Me encantan las cigüeñas! Cerca de mi casa hay una torre con un nido de cigüeñas, así que son como unas vecinas más. Es bonito que lo hayas hilado con la llegada de Septiembre.
    Ah y gracias por la convocatoria.
    Un besazo

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  7. Que lindo texto! las imagenes de un cuento imaginado nos dejas donde las cigueñas cotorrean bajo el sol, deambulan entre las casas del pueblo, planifican su viaje, aventureras y elegantes, y los humanos, observando
    Hermoso septiembre el tuyo Inma, gracias! beso

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