Larga noche en la oscuridad del amanecer, las seis de la
mañana, pura ironía de una penumbra que lo envuelve todo. A diferencia de mis
ojos, el día perezoso se hace rogar. Odio el invierno por esa batalla ganada de
antemano entre las tinieblas y la claridad a beneficio de las primeras. El
extenso crepúsculo ocupa unas horas que pertenecen a la luz del sol, aunque este se hace suplicar, su batalla es otra; contra las nubes e incluso a veces
contra los vendales de nieve. Pero cuando parece que la desesperación por una
opacidad perpetua parece ganarle la batalla al ánimo, aparece un tenue guiño
que hace despertar al día. Amanece, da lo mismo el lugar o la hora, siempre
amanece y lo más preciado del invierno son sus radiantes amaneceres.
Al principio son solo segundos, el sol comienza a ganar en
esa lucha diaria del despertar con luz. La luz tenue de la alborada se cuela paso
a paso tras las cortinas. El frio aún es intenso la mayoría de los días, pero a
veces, el astro rey despliega sus brazos con furia intentando emular a los días
rabiosos de la próxima estación. El milagro de estas auroras tempranas se deja
ver en forma de gotas de rocío que resbalan en un colorido de flores
magnificas. El aire, por fin perfumado, se filtra en cada paseo ya que ahora ya
es posible levantarse temprano con el fin de disfrutar de una claridad muy
deseada. Amanece y este sol que muchos días parpadea en los días de lluvia hace
la firme promesa de que durante unos meses no nos dejará.
A las seis de la mañana ya lo tengo aquí, acariciando mi
rostro. Un halo de felicidad despierta mis sentidos los cuales cual alba
despiertan con fuerza. Es el presagio de calores extremos, los cuales saboreo
con toda su intensidad. Soy del sur y no me asustan ni los cuarenta grados a la
sombra, estos días largos para mí significan la vida en todo su esplendor. Ahora,
los paseos mejores son los que acompañan a una alborada que muchos días nos
regala un frescor inusual para los meses estivales. Amanece con furia como un
vendaval y el sol sobre el mar regala a este sus mejores bordados de oro.
Acepto que las noches se alarguen, de alguna forma intuyo
que ese sol radiante de los meses anteriores necesita un descanso. Vuelve la
normalidad, todo parece colocarse en su sitio, ordenarse: los niños regresan a
la escuela, las playas se vacían de sombrillas, chiringuitos y personas. Un
frescor ondulante se cuela con furia preparándome para los meses más duros.
Amanece algo más tarde y muchos días el sol es casi una copia del de los días
pasados, aunque nunca será igual porque cada día es diferente. Cada despertar
del día siempre es distinto aunque parezca lo mismo. La única realidad palpable
es la magia del amanecer que nunca me defrauda
Y has hecho nada menos que cuatro. Todos preciosos y bellamente narrados, menos el último; bellamente narrado pero de odioso contenido. Vuelta a las obligaciones (normalidad) , y lo peor de todo, que afortunadamente no has mencionado:el cambio de hora.
ResponderEliminarBesoss Inma (no sé si ponerte Imma o Inma, ahora que me has hecho ver que eres del sur )
Qué bien has definido cada amanecer, según el momento del año en que les toca irradiarnos ganas de seguir andando!
ResponderEliminarUn abrazo
Sea en diciembre u octubre, intenso, colorido, radiante o tenue, cada amanecer es maravilloso.
ResponderEliminarAbrazo
Me gusta todo lo que te cuenta el sol al salir según las estaciones. Tienes una sensibilidad delicada, amante de lo cálido y de la larga luz... Ésa que se hace rogar en invierno. Menos mal que el amanecer no nos falla :)
ResponderEliminarUn abrazo :)
Los amaneceres nunca cansan.
ResponderEliminarLos tuyos menos.
Abrazo.
Fotos lindíssimas que me fascinou ver.
ResponderEliminar.
Poéticos cumprimentos
Cuide-se
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Nos has dejado los amaneceres de las cuatro estaciones todos ellos bellos cada uno con su magia ,..Lo importante es ver cada día ese sol que nos da alegría, calor, y mucha cosas más. Un besote grande,.
ResponderEliminarLa descripción que haces de la salida del sol en sus variantes determinadas por la estaciones en que suceden, nos transportan a un montón de sensaciones llenas de color y de sentimientos. Aparte de hacer unas exposiciones de un valor artístico inmesurable por la belleza de las palabras y las expresiones.
ResponderEliminarPermites vivir la esencia de cada uno de los momentos.
El trabajo que has hecho muestra el alma de magnífica escritora que acompaña seguro todas tus creaciones.
Gracias por este impresionante regalo
Cuatro estaciones y cuatro amaneceres intensos de sentimiento y belleza. Son una maravilla, Inma, gracias. Besos
ResponderEliminarCualquiera de ellos es precioso. Yo abogo por los amaneceres, de cualquier tipo, porque me encanta la vida.Y las segundas oportunidades.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola, Molí!
ResponderEliminarYo también prefiero el verano, con sus días largos y el calor. Me encantaron tus amaneceres por estaciones. Mil gracias también por anfitrionar.
Un besazo :3
Un bonito repaso por las estaciones y amaneceres, llenos de tus sensaciones y la belleza de estos. Siempre en favor de la luz y la lucha del sol por ganarle terreno a esa opacidad que describes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bien narrado los distintos períodos del año, con sus diferentes amaneceres. Y tus emociones.
ResponderEliminarBien contado.
Un abrazo.
Uy, qué bello. Hace rato que no escribo y me pierdo de deleitarme con tan lisndos relatos.
ResponderEliminarAbrazo
Beautiful blog
ResponderEliminar