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miércoles, 13 de abril de 2022

DOLOR

 CONTANDO SEMANAS CON SINDEL....

SEMANA 15

PALABRA: DOLOR 


DOLOR

Casi no llegué a verla ya que pasó rápida como un rayo. Mi grito puso en alerta al resto, cuando en su volar giratorio dejo su huella en forma de punzada.

-        --  ¿Cómo era? – preguntaban unos

-         -- ¿Grande, negra y peluda? —decían otros

-         -- Y yo que se—fue mi respuesta, mientras aspiraba un llanto incipiente.

-         -- ¿Pero ha salido de las matas o iba volando?

Héctor se acercó a mi en silencio, hacía pocos meses que asistía a la escuela y había llegado de uno de esos pueblos imposibles de encontrar en el mapa escolar. Fue a causa de  esa pose entre tímido y callado que los veteranos comenzaron a llamarle “el paleto”.

Suavemente estiro de mi brazo, intentando buscar rastros del atacante, un pequeño punto iba elevándose, mientras el decía con su voz tranquila.

-         -- Abeja no ha sido, porque si no aquí tendríamos su saquito con el veneno… una avispa seguro…

-         -- ¿Y que se puede hacer para que no duela tanto? Le pregunte mientras el soplaba sobre el pequeño montículo.

-        --  Hay un remedio, es algo asqueroso y puede que no te guste—fue su respuesta.

-         -- ¡Lo que sea! – le dije gritando.

Se dirigió a un rincón del camino y cuando se giró de espadas, solo llegamos a escuchar el fluir de su orina. Con un palo hizo una mezcla entre orín y tierra y cogiendo un pegote de este barro lo coloco con bastante maña en la marca de la picadura.

-          ..Un ratito y se pasa—fue lo único que dijo.

Fue curioso ver los rostros del resto de la clase, mezcla de asombro y asco. Pero a mi tanto me daba porque en minutos ceso el dolor y la quemazón.

En aquellos años, la mayoría de amistades y noviazgos, se iniciaban con unos pequeños cortes y mezclando la sangre. Yo me uní a Héctor gracias a una mezcla mágica con componentes inusuales. Los dos teníamos doce años, a la semana siguiente ya nos juntábamos como novios. A los quince nos entregamos él uno al otro acelerados por la pasión. Aquella primera vez también me dolió, pero ya había aprendido que el dolor acompañado de ternura y amor se hace sentir menos.





8 comentarios:

  1. Hermosa historia! Dos dolores distintos uno que es inicio de un amor.
    besos

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  2. Me has recordado mi infancia, cuando estábamos en el campo y nos picaba una mi abuela ponía en práctica ese remedio y si, funcionaba. Un abrazo de colores

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  3. Que manera más original de escribir sobre el dolor!!! Nunca se me habría ocurrido pensar en lo que duele un aguijón. Lo otro tampoco pero también es cierto.
    Un abrazo.🐝💘

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  4. Ya te digo que es cierto , todos los años hasta que tuve al menos 14 años me picada una avispa en el brazo o la cara como un monstruo de hinchada y lo peor era el dolor que provoca . Un besote

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  5. Muy tierna historia nacida de la pureza ante un pinchazo doloroso! Un abrazo, Moli

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  6. Recuerdos de la infancia me trae tu aporte lleno de belleza a pesar del dolor. Besos

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  7. Qué bonito Molí,
    Tu frase última es definitiva.
    Muchos besos.

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  8. Genial las primeras picaduras siempre crean un dolor..... pero con amor pasan rápdo

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