ENTIERRO CON PRISAS
Fue una noche de enero cuando murió el señor Domínguez, su
socio y amigo el señor Morella no sabia avenirse. De carácter tranquilo y
apacible nadie en la cooperativa hubiera sido capaz de prever el deceso y más
cuando este de presento sin signos aparentes de enfermedad alguna. En todo caso,
el infarto, motivo por el que falleció el susodicho, hubiera sido más lógico en su socio de carácter mucho más inquieto
y espitoso.
Cuando Tere, nueva socia y responsable de la delegación de
Figueras, recibió la propuesta de su socio y superior, no lo pensó ni un
instante. De todas formas, era un orgullo acompañar al señor Morella al
entierro de Domínguez en representación de la empresa. La distancia entre las
dos delegaciones: la de Girona y la de Figueras, hacia que la relación entre
ambos fuera sobre todo vía telefónica por lo que Tere desconocía esa faceta de
Morella que le llevaba a dejar todo siempre para el último momento.
El sepelio se celebraba en un pueblecito del Ripollés.
Morella que aparte de ir siempre deprisa y atolondrado era también poco
previsor, fue en el ultimo momento a comprar una corona para el sepelio del amigo.
Escogió, en nombre de la empresa, una de las más grandes. Tan grande era que
apenas dejaba lugar en el coche para el jefe y Tere. Con la hora justa, enfilaron
la antigua carretera de Olot a Ripoll, una estrecha carretera de curvas. Apenas
empezaron a subirla cuando sin aviso previo vieron caer unos copos de nieve bastante
grandes.
--Tere ¿has traído cadenas?
Y Tere que se lo mira alucinando, ¿no se supone que las
cadenas van en el coche del conductor y propietario? El conductor y propietario era Morella. Tere niega con la cabeza, la nevada va
arreciando. La carretera queda intransitable.
--Tere, no nos queda otra que ir a pie, ven que yo conozco
un atajo…
Dos sombras se vislumbran desde la masía donde familiares y
amigos dan su ultimo adiós a Domínguez, sobre sus cabezas y a modo de trofeo
triunfal una inmensa corona de flores acompaña sus pasos. Familiares y amigos
(y yo creo que hasta el muerto) miran atónitos la estampa que aparece ante la
puerta recién abierta. Exhaustos después de una odisea de dos kilómetros caminado
entre la nieve, Morella y Tere dejan caer la corona de flores a los pies del ataúd.
Un inmenso lazo se extiende en la estancia, donde con letras claras se puede
leer: Con todo nuestro amor de tu mujer y tus hijos. La cosa no hubiera tenido
gracia si no fuera porque Domínguez nunca se casó ni se le conoció mujer
alguna. En cuanto a hijos, que supieran amigos y familiares tampoco había.
Anda que vaya tela la que formaron Morella y Tere, vamos que los familiares se tuvieron que quedar a cuadros.
ResponderEliminarHay despistes y prisas que son la guinda de cualquier evento que se aprecie.
Un besazo, feliz semana.
En verdad que hasta el muerto se quedo mirando atónito, entre las prisas y despistes, entre los unos y otros seguro se les fue el frío.
ResponderEliminarUn abrazo!
jaja eso pasa por ser improvisado y no chequear. A veces un minuto más en los preliminares, marca la diferencia entre el éxito y el fracaso de cualquier objetivo. Un abrazo
ResponderEliminarLas prisas es lo que tienen!! Pero estaba yo leyéndote y pensando "pues menos mal que es en Enero, porque llega a ser ahora con el calorazo, y más prisas todavía", jajaja
ResponderEliminarBesos.
Qué bueno y divertido. Me ha gustado. Y es que las prisas y el despiste van de la mano. Y por si fuera poco, la nieve y las cadenas, o la ausencia de ellas. Jajajaja.
ResponderEliminarEl final buenísimo.
Abrazos Inma.
Vaya cisco que se montó, imagino la escena y aún me estoy riendo. Lo que hacen las prisas de última hora, jajajajaj
ResponderEliminarVaya un entierro más accidentado! Y es que las prisas nunca nos buenas, y para situaciones delicadas como estas, menos! Je, je! Un abrazote!
ResponderEliminarJJjajjaj.Que bueno y divertido! ¿qué hariamos sin el humor negro?
ResponderEliminaraunque lo mejor ha sido lo de las cadenas: la cara de ella girandose lentamente hasta mirarlo de frente y él poniendo cara de "estos empleados..."
creo que con este personaje, aunque o hubiera sido con prisas la historia no habría variado mucho.
abrazooo Inma
No sólo hubo prisas y despistes, sino que conocían muy poco a Domínguez. De lo contrario, no hubieran elegido esa corona.
ResponderEliminarUn abrazo.