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miércoles, 15 de noviembre de 2023

ABEL

 CONVOCATORIA JUEVERA PARA EL JUEVES 16 DE NOVIEMBRE, ESTA SEMANA LA AMIGA MONICA DESDE SU BLOG NEOGEMINIS NOS INVITA A ESCRIBIR....

RINCONES


ABEL

Las palabras sonaban en sus oídos cual ecos zumbantes y él, el pequeño de la casa, se arrinconaba en si mismo. Para ello, buscaba un lugar recóndito en su habitación donde reinaba el silencio. Si se centraba en él, perdiéndose en su interior, lograba tranquilizarse, lo que más lo calmaba eran esos círculos pequeños que marcaba meticulosamente en el suelo con su pequeño dedo índice.

Su mundo, era un lugar inaccesible para los otros, pero sobre todo un desespero para sus padres. A menudo, el mundo, ese mundo indescifrable para él, se le venía encima como un peligro insalvable ante él cual el crío gritaba despavorido mientras con sus puños cerrados golpeaba partes de su cuerpo, aunque raramente se mostraba agresivo con los otros a quienes veía como entes ajenos a él.

Las palabras definen diagnósticos, entre muchas otras cosas. El diagnóstico de los profesionales dieron algo de luz a unos padres desesperados. Trastorno del aspectro autista, le llaman en la actualidad a aquello que durante años fue definido simplemente como autismo. De todas formas son palabras que caen como una losa en los miles de progenitores que tienen hijos con esta condición.

El niño vive en el entramado de un mundo sin sentido, palabras, gritos, sonidos chirriantes, gestos imposibles de descifrar. Los otros, lo que producen los otros son algo ajeno. Aunque a veces hay algo capaz de romper el inmenso aislamiento y dar equilibrio y paz dentro del caos.

En el caso del niño de esta historia hubo un antes y un después de la entrada de Abel en su vida. Abel es tranquilo, cariñoso, dulce y achuchable. Abel tiene la capacidad de acurrucarse en el rincón tranquilizador y posar su cabeza suavemente en las rodillas del niño, a veces incluso a conseguido tranquilizar el miedo contenido a base de caricias con su lengua.

Abel es peludo, ladra suavemente (aunque lo hace pocas veces) y emite gruñidos de satisfacción cuando nota que su pequeño amigo va tranquilizándose. Abel no ha necesitado el extraño mundo de las palabras para entrar de lleno en esa alma pura, aunque distinta a las demás, y paliar ese corazón que vivía en soledad los entresijos de un mundo incomprensible.

Y es que Abel, un perro adiestrado para este fin, está consiguiendo en días lo que meses de terapia no consiguieron. 

En la quietud del atardecer una imagen se remarca con las últimas luces del día: en el centro de la habitación, un niño sentado en el suelo abraza a su leal amigo, mientras de sus labios van saliendo las primeras sílabas con una musicalidad tranquilizadora. El rincón oscuro permanece vacío mientras un mundo de sensaciones se abre.




14 comentarios:

  1. Lo has reflejado tan bien y con tanta sensibilidad...chapó.
    Un abrazo.

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  2. Un rincón donde dos seres vivos de distinta especia se hacen compañía mutuamente . Una maravilla de texto . Besos.

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  3. Sentido y gratificante relato que nos lleva del dolor y la tristeza a este final esperanzador y risueño, que seguramente pocos humanos pueden igualar.
    Enhorabuena.

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  4. Qué bonito relato. Lo has descrito muy bien como es el mundo de un niño autista. Es muy duro para los padres, por suerte hoy en día se ha avanzado mucho en este tema. Mi sobrina tiene un niño autista y al principio fue terrible, perdió un montón de quilos, no podía salir de casa por su agresividad cuando le daban esos ataques que eran incomprensibles. Sin embargo, ahora tras llevar dos años acudiendo a un colegio especial, es un niño tranquilo, ya habla y se explica cuando quiere algo. Es increíble el gran trabajo que hacen con estos niños los profesionales. Disculpa me enrolle, pero me tocó la fibra familiar. Un abrazo

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  5. Waw,! Inma. No sé si te toca de cerca el tema o no, pero en cualquier caso has escrito un relato con mucha alma, precioso y para los profanos bastante esclarecedor.
    Siempre se ha dicho que las personas con autismo son incapaces de transmitir sus emociones, aunque si sentirlas. Creo que somos los del espectro corriente los incapaces de sentir como lo hacen ellos. Abel, siendo un perro, si percibe cuando el niño se relaja.

    Me ha encantado leerte.

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  6. Que bonita historia! Sin duda la relación que tenga una mascota con un niño siempre es enriquecedora, y en un caso tan especial como este aún más! Un abrazote!

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  7. Es precioso Inma! Y lo bien de la presencia de Abel, un amigo que lo tranquiliza, lo ayuda, lo acompaña. En los tratamientos de estos niños, además de los profesionales el incluir animales, algunos lo hacen también con caballos, es impresionante como le mejora la calidad de vida.
    Gracias por este relato, me ha emocionado.

    Un abrazo :)

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  8. Hola Molí es un hermoso relato, tierno por la llegada de este perro a la vida del niño.
    Realmente es conmovedor, el mundo de estos niños realmente a veces es insondable, conozco casos cercanos, uno desearía abrazarlos y contenerlos pero muchas veces no es posible y un perro o un gato logre lo que otro ser humano no pueda.
    Me gustó mucho leerlo, un abrazo.
    PATRICIA F.

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  9. Al final se abre un rayo de esperanza para demostrar que a veces es posible que estas personas puedan expresar emociones

    Un abrazo

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  10. Bonito relato. Has reflejado muy bien las características de un niño autestito y la tierna relación con su perro. Un abrazo!
    lady_p

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  11. Un relato que desprende un puro sentimiento de cariño en el acercamiento del perrito al chico. La ausencia de un mundo real para el niño se transforma en un haz de luz esperanzador que es muy bienvenido.
    Gracias por compartir la magia de la palabra escrita.
    Mi aportación a este reto es:
    https://marcosplanet.blog/la-formula-de-la-inmortalidad/

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  12. Siempre creí que las letras eran mi refugio... Parecía ser autista, pero era un escritor.
    Gustab

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  13. Qué linda historia, Moli. Todo es posible si se nos mete un Abel, entre nuestros rincones oscuros, para guiarnos y poder salir. Un abrazo y gracias por participar.

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  14. siempre hay una ventana abierta cuando parece que una puerta se cierra. Necesitamos amar y ser amados, cada uno de una manera y tu Abel ha conseguido esa respuesta mutua Un abrazo

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