EL CALEIDOSCOPIO
Han pasado tantas cosas des del momento mágico aquel en el que Violeta se enamoró del chico del clarinete. De entrada como suele suceder, no fue fácil, Violeta tenía hecha su vida, o al menos entre lágrimas y decepciones pensó que nada tan bello podía depararle esta.
Te amé desde el instante en que mis ojos se cruzaran con
los tuyos, des de que vi tus miedos y inseguridades semejantes a las mías. Te
amé más cuando vi aquel clarinete medio abandonado y tu amor por la música,
sobre todo por el jazz y yo rockera empedernida, no pude dejar de subyugarme al
encanto de Chet Baker o Benny Goodman.
Todo pareció complicarse menos el amor de
Violeta, vida complicada cuando ya se tienen marido e hijos. El chico del
clarinete se alejó por un tiempo y ella comenzó a escribir una historia mágica
sobre aquel amor imposible.
Lo fantástico del jazz es la improvisación, el instante
el que el músico parece ir por libre y en su libertad acaba arrastrando al
resto de los músicos. Una buena improvisación nos llena el alma de sonidos
perdidos en tiempo y espacio, y todos los sentimientos del músico traducidos en
notas libres y acompasadas nos van llenando del amor que transmite a través de
su instrumento.
En su historia Violeta comparaba el amor
que sentía con un caleidoscopio, mirar a través de tan fantástico aparato hace
que la vida se torne de múltiples formas y colores. Así las lágrimas durante
muchos años derramadas se desparramaban ahora brillando por múltiples chispazos
de ilusiones.
Desde que comencé a amarte supe que eras tú tan etéreo como
aquel jazz que siempre te acompañaba, eras fantasía, improvisación, alegría
inmensa que llenaba mi corazón, me tratabas con una dulzura y un amor nunca
antes sentido, comenzaste a amarme a mí y a la vez querías inmensamente a mis
hijos.
Mientras escribía su historia no dejaba
de escuchar jazz, la música envolvió cada instante en la vida de Violeta,
después vino lo del caleidoscopio, un día pensó
que no habría un regalo mejor cuando regresara el chico del clarinete.
Los días pasaban y no sabía nada de él, ni una llamada por teléfono, nada. Ella continuaba escribiendo y dibujando a la
vez que buscaba el caleidoscopio, ardua tarea! En aquellos años era aquel un
aparato olvidado en los recuerdos de algunas personas tan locas como ella.
Veinticinco años juntos, amándonos a través de la
libertad y del respeto, algo que creía inexistente, existe a través de ti y de
mí.
Te amo por todos los años compartidos,
Te amo porque me diste alas para volar y me acompañaste
en el camino,
Te amo por los descubrimientos mutuos del día a día.
Te amo porque aun cruzas con dulzura tu mirada con la
mía.
Te amo por tus caricias cálidas con las que me transmites
tanto amor
Te amo porque en tu valentía fuiste capaz de llorar
conmigo en los momentos difíciles.
Te amo porque al abrirme la puerta del jazz pude
descubrir infinidad de músicas que me acompañan cada día.
Por estas cosas y muchas más T’ESTIMO
Un día los sueños imposibles se
cumplieron, su mejor amiga apareció con el caleidoscopio deseado y aquella misma
noche como por arte de magia reapareció el chico del clarinete de nuevo en su vida. Des de aquel día Violeta
decidió ya su destino, tuvo que tomar muchas decisiones, todas ellas más que
acertadas. De toda esta historia hace ya casi veinticinco años y aún siguen
juntos Violeta y el chico del clarinete.
UN REGALO PARA LOS OIDOS
UN REGALO PARA LOS OIDOS
EL AMIGO ALFREDO DESDE LA PLAZA DEL DIAMANTE ES QUIEN NOS INVITA A ENAMORARNOS EN ESTE JUEVES, OS ANIMO A LEER MÁS ENAMORAMIENTOS.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUnir el jazz con el amor y la libertad de amar a través de un caleidoscopio, me llena de sensaciones, todas hermosas.
ResponderEliminarLa improvisación, algo tan propio del disfrute que da hacer música, sin partitura. Y ni hablar si es de a dos....Una historia de a tramos, que suma una cantidad de años que le dan solidez al sentimiento y al relato. Me voy a ritmo de jazz, en busca de mi clarinete, porque se me ha perdido un do, y a sugerencia de tu relato, es preciso encontrarlo.
besos Molí
Un calidoscopio... un sin fin de colores, de posibilidades... Lo mueves, esperas unos segundos y observas... Repites, y mismos colores pero con otros matices, otros dibujos... Así es el amor de Violeta y el chico del clarinete: Notas... notas de colores..., de sentimientos...
ResponderEliminarAbrazos y besos...
Un montón de razones para amar y todas bien sentidas.
ResponderEliminarUn montón de razones para amar y todas bien sentidas.
ResponderEliminarMe gustó todo... el relato, su historia, la música... el jazz tiene ese no sé qué que enamora... el caleidoscopio, me encantan y me he hecho hacer varios... el amor...
ResponderEliminarBien por Violeta y el chico del clarinete!
Un beso.
Una mezcla de sentimientos, de emociones que unidas dan lugar a que el amor se materalice y viva en esos veinticinco años.
ResponderEliminarBesos.
Amores que aunque parecen imposibles, si se lucha por ellos pueden hacerse realidad, como en este caso, el sueño se hizo realidad.
ResponderEliminarUn abrazo
Esa historia es la prueba que el destino existe y que a veces tiende sus hilos algo enredados jeje.
ResponderEliminarSaludos.
Tanto tiempo y tanto amor.
ResponderEliminarUn beso.
Que buen sabor de boca deja tu relato Molí, el amor es algo tan mágico como el caleidoscopio... con sus colores, tonos y matices...
ResponderEliminarBesines...
Una bonita historia, que me ha gustado como has contado, con esos párrafos más íntimos y los otros compartidos. Es precioso que la historia tenga un final feliz, leyéndote no lo pensaba.
ResponderEliminarMuchos besos.
Moli, sobre el tema de la foto para la tarjeta, en lo posible, necesito que sea de cuerpo entero o medio cuerpo, a color, y con aceptable definición. Me alegra saber que la propuesta e haya interesado. espero entonces tu envío.
ResponderEliminarun abrazo