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jueves, 5 de noviembre de 2015




EL CALEIDOSCOPIO 






Han pasado tantas cosas des del momento mágico aquel en el que Violeta se enamoró del chico del clarinete. De entrada como suele suceder, no fue fácil, Violeta tenía hecha su vida, o al menos entre lágrimas y decepciones pensó que nada tan bello podía depararle esta.

Te amé desde el instante en que mis ojos se cruzaran con los tuyos, des de que vi tus miedos y inseguridades semejantes a las mías. Te amé más cuando vi aquel clarinete medio abandonado y tu amor por la música, sobre todo por el jazz y yo rockera empedernida, no pude dejar de subyugarme al encanto de Chet Baker o Benny Goodman.

Todo pareció complicarse menos el amor de Violeta, vida complicada cuando ya se tienen marido e hijos. El chico del clarinete se alejó por un tiempo y ella comenzó a escribir una historia mágica sobre aquel amor imposible.

Lo fantástico del jazz es la improvisación, el instante el que el músico parece ir por libre y en su libertad acaba arrastrando al resto de los músicos. Una buena improvisación nos llena el alma de sonidos perdidos en tiempo y espacio, y todos los sentimientos del músico traducidos en notas libres y acompasadas nos van llenando del amor que transmite a través de su instrumento.

En su historia Violeta comparaba el amor que sentía con un caleidoscopio, mirar a través de tan fantástico aparato hace que la vida se torne de múltiples formas y colores. Así las lágrimas durante muchos años derramadas se desparramaban ahora brillando por múltiples chispazos de ilusiones.

Desde que comencé a amarte supe que eras tú tan etéreo como aquel jazz que siempre te acompañaba, eras fantasía, improvisación, alegría inmensa que llenaba mi corazón, me tratabas con una dulzura y un amor nunca antes sentido, comenzaste a amarme a mí y a la vez querías inmensamente a mis hijos.

Mientras escribía su historia no dejaba de escuchar jazz, la música envolvió cada instante en la vida de Violeta, después vino lo del caleidoscopio, un día pensó  que no habría un regalo mejor cuando regresara el chico del clarinete. Los días pasaban y no sabía nada de él, ni una llamada por teléfono, nada.  Ella continuaba escribiendo y dibujando a la vez que buscaba el caleidoscopio, ardua tarea! En aquellos años era aquel un aparato olvidado en los recuerdos de algunas personas tan locas como ella.

Veinticinco años juntos, amándonos a través de la libertad y del respeto, algo que creía inexistente, existe a través de ti y de mí.
Te amo por todos los años compartidos,
Te amo porque me diste alas para volar y me acompañaste en el camino,
Te amo por los descubrimientos mutuos del día a día.
Te amo porque aun cruzas con dulzura tu mirada con la mía.
Te amo por tus caricias cálidas con las que me transmites tanto amor
Te amo porque en tu valentía fuiste capaz de llorar conmigo en los momentos difíciles.
Te amo porque al abrirme la puerta del jazz pude descubrir infinidad de músicas que me acompañan cada día.
Por estas cosas y muchas más T’ESTIMO



Un día los sueños imposibles se cumplieron, su mejor amiga apareció con el caleidoscopio deseado y aquella misma noche como por arte de magia reapareció el chico del clarinete de  nuevo en su vida. Des de aquel día Violeta decidió ya su destino, tuvo que tomar muchas decisiones, todas ellas más que acertadas. De toda esta historia hace ya casi veinticinco años y aún siguen juntos Violeta y el chico del clarinete.


UN REGALO PARA LOS OIDOS





EL AMIGO ALFREDO DESDE LA PLAZA DEL DIAMANTE ES QUIEN NOS INVITA A ENAMORARNOS EN ESTE JUEVES, OS ANIMO A LEER MÁS ENAMORAMIENTOS.

13 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Unir el jazz con el amor y la libertad de amar a través de un caleidoscopio, me llena de sensaciones, todas hermosas.
    La improvisación, algo tan propio del disfrute que da hacer música, sin partitura. Y ni hablar si es de a dos....Una historia de a tramos, que suma una cantidad de años que le dan solidez al sentimiento y al relato. Me voy a ritmo de jazz, en busca de mi clarinete, porque se me ha perdido un do, y a sugerencia de tu relato, es preciso encontrarlo.
    besos Molí

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  3. Un calidoscopio... un sin fin de colores, de posibilidades... Lo mueves, esperas unos segundos y observas... Repites, y mismos colores pero con otros matices, otros dibujos... Así es el amor de Violeta y el chico del clarinete: Notas... notas de colores..., de sentimientos...

    Abrazos y besos...

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  4. Un montón de razones para amar y todas bien sentidas.

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  5. Un montón de razones para amar y todas bien sentidas.

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  6. Me gustó todo... el relato, su historia, la música... el jazz tiene ese no sé qué que enamora... el caleidoscopio, me encantan y me he hecho hacer varios... el amor...
    Bien por Violeta y el chico del clarinete!

    Un beso.

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  7. Una mezcla de sentimientos, de emociones que unidas dan lugar a que el amor se materalice y viva en esos veinticinco años.
    Besos.

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  8. Amores que aunque parecen imposibles, si se lucha por ellos pueden hacerse realidad, como en este caso, el sueño se hizo realidad.
    Un abrazo

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  9. Esa historia es la prueba que el destino existe y que a veces tiende sus hilos algo enredados jeje.
    Saludos.

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  10. Que buen sabor de boca deja tu relato Molí, el amor es algo tan mágico como el caleidoscopio... con sus colores, tonos y matices...
    Besines...

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  11. Una bonita historia, que me ha gustado como has contado, con esos párrafos más íntimos y los otros compartidos. Es precioso que la historia tenga un final feliz, leyéndote no lo pensaba.
    Muchos besos.

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  12. Moli, sobre el tema de la foto para la tarjeta, en lo posible, necesito que sea de cuerpo entero o medio cuerpo, a color, y con aceptable definición. Me alegra saber que la propuesta e haya interesado. espero entonces tu envío.
    un abrazo

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