CONVOCATORIA JUEVERA PARA EL JUEVES 13 DE MAYO, LA AMIGA MONICA DESDE SU BLOG NOEGEMINIS, NOS INVITA A ESCRIBIR SOBRE: EL SINDROME DE LA CABAÑA
ALENA
Desde su ventana, veo cada día el devenir de una de las
muchas calles céntricas Madrid. Coincidimos en barrio aunque poco más de
cincuenta años nos separa en el tiempo. Mis mañanas amanecen con ella, alguien,
a quien si no hubiera sido por las redes sociales difícilmente conocería. La
señora mayor que sale a comprar carrito en ristre, el vecino amable que cada
día saca a su perro a pasear, la amorosa hermana que cada semana le lleva una
comida cocinada con muchísimo amor….La cotidianidad de alguien que antes de
todo esto del virus salía casi a diario y mostraba sus salidas en forma de coca
cola o cerveza con una de aquellas tapas estupendas que solo es posible
conseguir en Madrid.
Sus paseos con Charlie (el perro casi humano) formaban parte
de una vida en la que no faltaba la buena literatura, los conciertos y el
futbol. Una forma suave de vivir una vida en la que todo se valora por su valor
real y no por sucedáneos.
Se, que su infancia estuvo marcado por múltiples ingresos
hospitalarios y que más de una vez camino de la mano de la muerte, solo que tuvo
la suficiente fuerza de saber soltarse a tiempo. Los buenos libros han sido
desde entonces sus amigos incondicionales a la par que unos padres cariñosos
para los que la frase “tú no puedes” nunca existió. También se, que su vida a
pesar de sus múltiples limitaciones se desarrolló con bastante normalidad. Una
vida no exenta en ningún momento de un sentido crítico arrollador, que aún dura
porque quien tuvo retuvo…
Desde su ventana, se cuando llueve, truena o hace sol en
aquel Madrid de mi infancia que aún perdura en mi interior. Se de los
movimientos de un barrio que me es familiar, pero también se, o intuyo, sobre
las cosas que ha tenido que renunciar mi amiga virtual. Porque mientras yo
buscaba desesperada un resquicio por donde escaparme de un confinamiento que me
ahogaba. A ella no le quedó otra que la renuncia y ciertas renuncias cuando hay
una discapacidad por medio pasan factura.
Generosa en palabras y vivencias, no se imagina la cantidad de
palabras nuevas que me ha regalado y otras muchas que me ha ayudado a
recuperar. De las lecturas a las que he podido acercarme gracias a su pasión
por la lectura. De la riqueza de un mundo vivido entre las paredes de su piso y
del confort que es capaz de transmitirme a través de sus descripciones y de sus
imágenes.
Y hoy que tengo que escribir sobre el síndrome de la cabaña,
por una asociación de ideas he pensado en ella. En esa cabaña en forma de piso
donde habita, en esa luz encendida que comparte cada noche y en todas esas
personas que comparten sus luces con ella. A veces el encierro no es cuestión
de elección ni de una cuestión psicológica. Miles de personas permanecen en sus
pisos sin salir por cuestiones de salud, por vulnerabilidad o lo peor de todo
porque sus edificios no son accesibles.
Qué valioso este relato con tantas reflexiones que muchas veces se nos escapan mirando la realidad desde una perspectiva sesgada y egoísta. Gracias por sumarte a esta nueva propuesta juevera Moli. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarSiempre tocas el alma con tus textos... una maravilla.
ResponderEliminarBss
Has escrito una crónica tan real de la vida cotidiana de muchas personas con problemas de movilidad; que solamente puedo añadir:
ResponderEliminarEnhorabuena .
Un abrazo.
Has tocado un tema que es muy importante es cierto que muchas personas mayores sobre todo se quedan aisladas porque sus hogares carecen de ascensor y no pueden permitirse bajar a la calle por sus dolencias o enfermedades..es una forma de aislamiento. Muy buen texto. Un fuerte abrazo .
ResponderEliminarMuchas Gracias!
ResponderEliminarConmovida por tus palabras.
Un texto que te hace reflexionar sobre situaciones realmente graves de personas que permanecen en el anonimato, olvidadas de todas.. o de casi todos.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Un abrazo :)
Has tocado la realidad de personas que por diferentes circunstancias están casi siempre en casa y que de pasan totalmente desapercibidas. Así es la sociedad que tenemos: lo que no se ve, parece que no existe.
ResponderEliminarMe ha gustado tu relato por poner la atención en esa minoría para la que el confinamiento por la pamdemia no es una novedad.
Bss.
Tienes toda la razon. ahora nos han igualado a la fuerza a personas que viven asi toda su vida (bueno, segun sean las circunstancias) Yo pienso a menudo, en cosas que la gente hacia y que tras esto ya no hara mas, porque... bueno no importa viajar, vr a gente concreta...
ResponderEliminaroye... Te ha comentado la preotagonista en persona...
MCHOSS bESOSSS iMMA
Magnífico, como todo lo que haces, además has focalizado el relato en aquellas personas que por desgracia de su imposibilidad, están confinados por una pandemia que es aún peor a lla que estamos viviendo, porque se suma a ella. Es interesante lo que refieres a lo que puede suponer su relación con el exterior a través de esta ventanita a la que nos asomamos diariamente.
ResponderEliminarTe felicito Molí
quién no tiene cerca como vecino o convecino de barrio a una persona disminuida Y tienes toda la razón del mundo, se modifican aceras, se reservan aparcamientos para ellos, ascensores para acceder a el metro. Todo lo necesario sigue siendo poco por que ellos tienen mayor capacidad de solidaridad con los que tengan este síndrome. Besos
ResponderEliminarUna reflexión preciosa, de esa mujer en su burbuja, pero que no se siente sola. De hecho, como dices, la soledad depende de la actitud ante ella.
ResponderEliminarUn abrazo
Buenas tardes, soy Franziska, una de esas habitantes de la cabaña porque, además, no encuentra refugio más seguro en estos momentos de la Covid19. Me ha gustado el relato mucho. Trato de retomar la publicación de mis blogs para no perder más de trece años de trabajo.
ResponderEliminarO los mantengo activos o me los eliminan. No sé si me recuerdas porque nuestro contacto fue muy breve. Me alegra reencontraros.
Dura experiencia sin duda vivir la vida del barrio y propia desde su ventana.
ResponderEliminarUn placer leerte
Beso