EL AMIGO GUS - JULIANO EL APOSTATA NOS CONVOCA ESTE JUEVES SU PROPUESTA ES : OLVIDO
OLVIDO ENTRE LOS OLVIDADOS
Olvido, entreabre los ojos siguiendo el resquicio de luz que se cuela tras
la persiana. Hace horas que no duerme y muchas más que esta en la cama. Se
incorpora lentamente palpando la vieja colcha y logra enfundarse su bata de
verano, pone los pies en las zapatillas
y de forma pausada se dirige al lavabo. Mira sus greñas enredadas a través
del espejo, ardua tarea estirar sus cabellos pero nunca le gusto el estilo garçon
de sus tiempos.
Largo día de verano cuando sabes que ni por asomo alguien cruzara el umbral
del piso, palabras que se amontonan dentro cuando no tienes con quien
compartirlas.
- - Estamos a cinco de julio – piensa mirando el calendario.
Si hay algo que aterrorice a Olvido es el sentirse pérdida en el tiempo y el
espacio.
Juana, la voluntaria de Cruz Roja hace dos días que marcho para su pueblo y
hasta septiembre no vuelve. En verano es difícil encontrar alguien que pueda
venir a visitarla, le han dicho.
Su caminar lento la lleva infinidad de veces hacia la ventana abierta,
Olvido es capaz de prever cada movimiento en el ir y venir de los vecinos del
barrio. Al mediodía le cuesta comer con el calor tan intenso, difícil tarea la
de cocinar cuando pesan los años y no hay a quien agasajar con un buen plato de
comida.
Fotos sonrientes colocadas en repisas y paredes la llevan a otros tiempos
junto a aquellos que ya no están y que poco a poco la dejaron envuelta de esta
soledad no deseada. Solo alguno de aquellos sobrinos que ella cuido con tanto
esmero aparece algún día cercano a Navidad pero para eso ¡falta aún tanto
tiempo!
Recostada en el sofá ante el televisor va viendo pasar caras desconocidas,
hace tiempo que no puede leer pues no la acompaña la vista. Escucha el zumbido
del ventilador mientras se queda dormida, tantos sueños que se borran, tantas
caricias perdidas, ¿Cuánto hace que nadie peina su cabello enredado? Tanto que
ya no lo recuerda.
Antonia sale como siempre con prisas de casa, no están las cosas como para
llegar tarde al trabajo. El ascensor vuelve a estar averiado y tiene que bajar
cuatro pisos por las escaleras. Antes de llegar al segundo siente el gran
barullo. ¿Qué puede haber pasado? Hay de todo, servicio médico, bomberos, policía….
- - Espere un momento señora – escucha a sus espaldas.
Se mantiene quieta en el último escalón cuando ve salir la camilla donde reposa
un pequeño bulto cubierto por una manta color aluminio ,le sigue, un olor
terrible y putrefacto hasta ahora para Antonia desconocido.
- - ¿Qué ha pasado? Se atreve a preguntar
- - Lo de siempre señora, este verano ya llevamos más de
veinte – le responde un bombero – Una señora que vivía sola y que ya debe hacer
más de un mes que ha muerto.
Antonia cubre su rostro horrorizada.
- - ¿Cómo es posible que no se hayan dado cuenta antes? ¿Es
que su familia no se hacía cargo de ella?
- - Por casualidad ¿usted la conocía?- le pregunta uno de los
policías.
- - Ni idea – responde Antonia – si no tengo ni tiempo de
respirar, de casa al trabajo y del trabajo a casa. Por cierto ¿puedo irme ya? Es
que llego tarde al trabajo……
* Hace pocos meses una noticia me puso los pelos de punta, supongo que es algo que puede ocurrir en cualquier ciudad, en cualquier lugar del mundo: LOS BOMBEROS DE BARCELONA HAYAN CADA AÑO A MÁS DE CIEN ANCIANOS MUERTOS EN SOLEDAD - NADIE LOS HECHA DE MENOS.....
Uno solo ya me parece mucho pero cien es una barbaridad. Supongo que cada caso tendrá una explicación, hay personas que no tienen a nadie, no tuvieron hijos, enviudaron y ya no les quedan hermanos ni sobrinos. Muy triste. Abrazos
ResponderEliminarEl olvido más crudo, el olvido de los seres que decimos amar y que nos han dado tanto. El olvido que jamás debería ocurrir.
ResponderEliminarDuro relato, más real que ficticio.
Un beso.
Ay Dios mío! Qué cruel realidad nos has contado en tu relato...qué tristeza que no haya nadie que te eche de menos!
ResponderEliminarUn beso
Ay Dios mío! Qué cruel realidad nos has contado en tu relato...qué tristeza que no haya nadie que te eche de menos!
ResponderEliminarUn beso
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarA mí me da mucha rabia estas cosas, pena y más rabia.
ResponderEliminarToda una vida para morir de este modo.
Un beso muy grande.
Vaya texto tan duro... y tan real. La primera parte me pareció una contraposición entre el nombre del personaje y todo un oleaje de vida, de toda una vida que recuerda y que se queda en un erial de presente. En fin... qué voy a decir. Un abrazo.
ResponderEliminarSe me ha puesto el alma de punta, ¡qué estamos haciendo' o mejor ¿qué no estamos haciendo'
ResponderEliminarSe me ha puesto el alma de punta, ¡qué estamos haciendo' o mejor ¿qué no estamos haciendo'
ResponderEliminarSe me ha puesto el alma de punta, ¡qué estamos haciendo' o mejor ¿qué no estamos haciendo'
ResponderEliminarTriste pero real. La soledad es lo peor que hay, y cuando esta acompaña la vejez, terriblen, sin embargo pasa muy a menudo.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo has narrado con tanto realismo que era como si lo viera (y lo sintiera). Estremecida me dejas. Perfecto en todos los detalles que van contagiándote esa tan honda tristeza. Y por desgracia, real. Cuántas personas abandonadas, cuánto dolor nos rodea en este mundo sin valores...
ResponderEliminarGenial trabajo, que además agita la conciencia.
Un abrazo :)
El olvido al que muchas veces sometemos a nuestros mayores explica gran parte de los dramas que vivimos. La falta de amor y de solidaridad deja huella en nuestras sociedades. y así nos va...
ResponderEliminarUn abrazo
Horrible es poco... y no sé si es olvido o desinterés... igual da. Algo que no debería ocurrir, y basta.
ResponderEliminarUn beso.
Opino como Tracy, ¿qué diablos no estamos haciendo? La soledad está cada vez más extendida. En la era de las comunicaciones, de internet, de avances de todo tipo, nuestros mayores mueren en la más insondable soledad. ¿Que no estamos haciendo?.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Creo que muchas veces necesitamos estar ocupados para no ver la realidad. Hay que tener coraje y enfrentarse a lo que nos rodea por desagradable que sea. Pasar unos minutos al día con una persona solitaria y cercana debería estar en nuestro ADN... y todos tenemos a alguien así cerca.
ResponderEliminarBeso, compi.
Cruel realidad. Ya nadie se preocupa por el vecino.
ResponderEliminarUn saludo.
No, no es ciencia ficción, es la realidad de muchos ancianos, aparcados a la orilla del mundo. Terrible.
ResponderEliminarBesos
No, no es ciencia ficción, es la realidad de muchos ancianos, aparcados a la orilla del mundo. Terrible.
ResponderEliminarBesos