CONVOCATORIA JUEVERA, jueves 16 de noviembre el amigo Pepe desde su blog DESGRANANDO MOMENTOS nos invita a hacer un ejercicio de introspección "Con los ojos vueltos".

BARCELONA Y YO

Tan lejos y tan cerca, intento hondear en mi interior a través de ti, la gran ciudad que lleno mis ojos de niña de once años, reflejada en mis pupilas, años de integración. Tenues recuerdos de calles estrechas descubriéndote gracias a mi hermano, no llegue amarte con la misma intensidad con la que llego a quererte el ¡que lastima! pienso ahora, cuando a través de ti intento navegar en mi interior.

Una imagen, la dulzura de uno de tus cientos sin techo, cuidando con ternura a un pequeño perro e indagando me llega una imagen de rabia e impotencia y yo llorando ante ella. Era un nadie, un paria a quien un grupo de defensa de animales le arrebataba su perro, su único amigo seguro, su única familia, también. Un señor con su barba blanca desecho en lágrimas y yo mirando el video llorando junto a él. Sera por esa imagen que esta otra me traspasa el alma, veo la magnificencia humana en pleno Paseo de Gracia. El sin techo, el perro cuidadosamente atendido y yo fundiendo mi ternura, solo por ver cosas como estas vale la pena vivir.

Lentamente se desplaza el coche de la Guardia Urbana, ante ellos un desfile de top mantas, ellos esperan a que los otros, mayoría africanos, recojan su mercancía, no hay persecuciones ni prisas, solo paciencia. Marcharan poco a poco, como si no hubieran visto nada ilegal. Los top manta volverán a estirar sus telas llenas de bolsos, pañuelos….cientos de artilugios, no ha pasado nada y yo me siento en paz.

Una sonrisa que me lleva a escenas similares, una anciana cubierta de palomas, son los típicos “colons” de la plaza Cataluña, aquellos que un día ocuparon la plaza y se negaron a marchar. Niños corriendo, parada de globos y alpiste, yo sentada en un banco aprovecho el calor del sol, mi corazón se va llenando de nostalgia: mis niñas corriendo en pos de las aves y el cielo llenándose de vuelos y de aleteos, momentos felices regresan con la música mágica de un carrillón.

Estoy sumida en una nube de tranquilidad, son momentos que salpican como gotas minúsculas de lluvia que se despliegan en mi interior en forma de felicidad. La ternura de aquel que nada parece tener hacia un pequeño animal, la paciencia y el dejar hacer de la guardia urbana, la sonrisa despegada de la anciana ante el vuelo de las palomas, es la música dando la hora del carrillón y soy yo y ahora sintiendo Barcelona, para mi otro gran amor.