EL FINAL DEL VERANO
La fiesta de la sal es el pitonazo de salida del verano, pero
para Xima que ha vivido su infancia entre tradiciones es mucho más. Sabe que de
forma inexorable cada día habrán menos turistas paseando por L’Escala[i]
y que pocos restaurantes se mantendrán abiertos, cada verano es lo mismo: la
avalancha de turistas que comenzaban su peregrinar a principios de junio y que
a mediados de septiembre van desapareciendo.
Xima, sabe que su nombre proviene de Ibiza y que fue un
antepasado suyo, antiguo trabajador en las salinas de aquella isla quien un día
embarco hacia la península instalándose en l’Escala, así fue como cambió la sal
de las salinas por el oficio de salador de anchoas.
Xima continúa la tradición de saladora, la unión con
anchoas y sal es algo que muchos escálenses llevan en la sangre: o son
pescadores de anchoas o san saladores. A la familia de Xima le toco esta bendición
de la que casi todos se sienten orgullosos.
Xima baja a la playa del pueblo, la que conoce casi desde
que abrió por primera vez sus ojos, la misma en la que se rebozaba en la arena,
en la que se apilonaban las barcas. Ha
visto infinidad de fotos ya que ella es demasiado joven y ese tiempo no llego a
vivirlo. En la playa apenas cinco personas paseando es día de tramontana, y si
en algún lugar se siente su fuerza es en l’Escala.
Le gustan esos días de quietud en los que solo en viento
se hace sentir, su pelo al aire, sus pies descalzos, su falda luchando contra
el viento.
Son esos días de final del verano en los que una inmensa
sensación de pertenencia la embarga, van marchando los olores de cremas y otros
potingues y la playa huele a sal. La misma que Xima roza apenas con su lengua
intentando humedecer sus labios, la que envuelve su piel, sus cabellos y sus
ropas, ahora realmente la playa vuelve a ser suya.
* Todas las fotografias son sacadas de internet y muestran diferentes momentos de la Fiesta de la Sal en L'Escala.
Llegada de las barcas de sal.
Descargando los sacos de sal.
Salando las anchoas.
Zurciendo las redes
Danzas en la playa
Panoramica de noche
Preparando el baile del dragón.
Baile del dragon
Un buen relato donde nos dejas muchas claves , al menos entendí que esta bien esos turistas que viene a la playa pero ella desea también que llegue el día que su playa vuelva a ser un poco más suya ..y vuelva a sentir su verdadero olor y a cremas de sol ..
ResponderEliminarBellas muy bellas las imágenes .
Un abrazo y feliz semana
Interesante oficio y lo maravilloso del orgullo de sus tradiciones.
ResponderEliminarUn abrazo
Precioso. Realmente me has hecho sentir esa sensación de pertenencia de la chica; su amor a su tierra y a su trabajo, la libertad de la playa solitaria y libre, el viento...
ResponderEliminarEs muy luminoso. Felicidades.
Precioso. Realmente me has hecho sentir esa sensación de pertenencia de la chica; su amor a su tierra y a su trabajo, la libertad de la playa solitaria y libre, el viento...
ResponderEliminarEs muy luminoso. Felicidades.
Tu relato es verano con los cinco sentidos... sal, sabores, viento, calma... Precioso
ResponderEliminarBss:)
Qué preciosidad de post *__* Xima, la fiesta de la sal... Ahora tengo muchas ganas de poder vivirla con mis propios ojos. A ver si algún verano es posible.
ResponderEliminarUn besazo
Y gracias por anfitrionar estos Relatos Jueveros, Molí
Qué hermosa entrada, querida amiga… Bellísimo el relato, así como la exposición de fotografías que, sin duda, muestran maravillosamente esos momentos de la fiesta de la sal.
ResponderEliminarNo la conocía, pero leyéndote y viendo estas hermosas imágenes, me ha llevado a vivirlo… y sentirlo, desde esa devoción y amor de Xima, hacia ella.
Un placer, querida amiga.
Un abrazo grande 😘
Tu entrada nos sumerge en los colores, los sabores y sobre todo en la claridad de esa sal mediterránea que tanta riqueza nos dío y que a veces es tan denostada.
ResponderEliminarBesos.
Enriquecedora tu entrada, con unas imágenes preciosas, zurciendo redes, salazando anchoas...
ResponderEliminarMe ha gustado tu relato y el nombre de Xima es muy bonito.
Un placer haber participado en tu interesante convocatoria.
Besos enormes.
Los que habitan, los que se quedan cuando los cientos de turistas se van, esos conocen bien la riqueza de la historia del lugar y los que valoran su pertenencia. Buen punto narrativo para ubicar tu historia. Un abrazo
ResponderEliminarMe ha interesado mucho lo que cuentas y las fotos que nos muestras
ResponderEliminarLas fotos recogen perfectamente todo lo que esconde esa festividad, esa tradición.
ResponderEliminarXima es un nombre precioso.
Además, la fiesta de la sal, con el valor que la sal ha tenido siempre, sobre todo para nuestros ancestros.
Has elegido una buena historia y un buen homenaje.
Un beso enorme.
Que maravilla de festividad, no la conocía. Nos dejas un relato turístico con una escala de fotografias hermosas. Como apetece estar allí disfrutando esos momentos! Genial, Moli
ResponderEliminarAbrazo!
Me ha gustado mucho como nos has mostrado este bello pueblo y sus costumbres, tanto que me gustaria visitarlo y conocerlo.
ResponderEliminarBesos.
Al final la playa vuelve a su dueña.
ResponderEliminarBeso de sal.
He pasado varias veces por l'Escala y ahora me has permitido mirar más allá de la visita relámpago. Muchas gracias y un abrazo salado.
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