LUCEROS

 CONVOCATORIA JUEVERA PARA EL JUEVES 21 DE NOVIEMBRE, ESTA SEMANA LA AMIGA DOROTEA DESDE SU BLOG LAZOS Y RAICES NOS INVITA A PONER TRES METAFORAS EN NUESTRO RELATO....

LUCEROS

-         - Tus ojos brillan cual luceros- le dijo mientras paseaban en la opacidad de la niebla.

La noche estaba al caer y no había tomado la precaución de coger una linterna ya que en el barullo de la conversación ella había salido de casa con un cabreo descomunal. Él la siguió siempre a la saga cual perro que persigue una ristra de chorizos. Sabia que ahora o nunca y él que era un Dios con las palabras no podía dejar perder esta oportunidad.

Llevaba días observando su ir y venir nervioso típico de una chiquilla y en sus frases dichas de forma entrecortada y a destiempo pudo captar lo que ella quería, que no era precisamente lo que ese novio atolondrado podía darle.

Amor del bueno, pensó eso es lo que esta niña necesita y para eso es necesario ante todo labia para convencer. Él, ya hacía años que había pasado de los cuarenta y tenía dos divorcios a sus espaldas aparte de infinidad líos de faldas, por eso se consideraba todo un don Juan. Ella tenía la edad de una de sus hijas, tampoco es que le importara mucho, el amor dura lo que dura no es un chiclé que se pueda estirar.

-        -  Yo te comprendo—le dijo—porque, aunque te creas que soy mayor estoy acostumbrado a tener amigas más o menos de tu edad es por eso que conozco a fondo vuestros sueños….

Ella lloraba metida en su mundo adolescente, no lograba entender que pasaba con los mayores ¿es que estaban todos locos? ¿Por qué narices no querían madurar? El hecho de que no la dejaran ir a repartir comida entre los mendigos del parque no tenía sentido alguno, que le prohibieran conversar con ellos aún menos. Tenía unas ganas inmensas de crecer para intentar cambiar el mundo. Sentada en el suelo, pensaba en la vida vacía de muchos adultos. Sus padres eran un claro ejemplo: su padre persiguiendo a chicas jovencísimas, su madre con un amante detrás de otro…. Un sin sentido total.

Se acercó a ella é intentó cubrirla con su chaqueta mientras le susurraba el oído:

--El azabache de tus ojos me tiene nublado el sentido….

Ella lo separó de un empujón, ya hacía rato que la tenía nerviosa. Había huido buscando la soledad obviando que la última adquisición de su madre la perseguía….

-          Estas demasiado verde para mi---

Dijo ella y ante la cara de extrañeza de él, le grito ya desde la distancia.

-         - Nada, que tienes que volver al árbol a ver si se te ilumina el alma porque lo único que tienes maduro e iluminado hasta ahora es la antorcha olímpica que habita entre tus piernas.

Él se quedó allí plantado y pensando que con esta nueva generación lo tendría difícil.