TÚ

 CONVOCATORIA JUEVERA PARA EL JUEVES 14 DE OCTUBRE, ESTA SEMANA LA AMIGA MÓNICA DESDE SU BLOG NEOGEMINIS NOS INVITA A ELEGIR DOS FRASES PARA ESCRIBIR UN RELATO. YO QUE SOY ALGO EGOISTA LAS ELEGIDO TODAS (TODAS ME GUSTABAN...)

TÚ

Aprendí a no creer en ti al unisonó que dejé de quererte. Tenía apenas doce años cuando bajaste de golpe del pedestal al que te tenía subido. A veces, entre sueños aún te veo solicito y amoroso leyéndome alguno de aquellos cuentos que yo tenía por preferidos. En esos momentos, una nube de añoranza me rodea por doquier e incluso siento en mi frente un cálido beso tuyo.

-          Buenas noches cariño, que sueñes bonito….

Quiero saber que fue real, aunque saberlo no cambie nada, puede que todo fuera tan idílico y tan bello como lo sentía, pero hace ya demasiado tiempo que caí de mi sueño.

Tenía doce años la primera vez que te vi pegarla, entonces comprendí que en mi inocencia no había sabido ver que tu forma de tratarla no era broma, como tú decías sonriendo. A veces me culpo por no saber ver, por no intuir, por no valorar sus silencios ni sus lágrimas.

-          Mamá es demasiado sensible—me decías --- y no tiene la capacidad de soportar bromas.

Pero esa noche lo vi todo claro, tus insultos, tus gritos, tus ojos impregnados en un odio nunca visto. Vi como la pateabas y como ella apenas gemía. Fui cobarde y tuve miedo, esa será mi culpa por la que me arrepentiré siempre. Nunca pude volver a verte igual, de padre ideal pasaste a ser un monstruo y así nacía mi secreto.

Es curioso porque justo diez días después nacía tu heredero, tú que tanto la maldejiste por ese motivo y mi madre a cambio de aquella paliza te regalo con el varón que tanto deseabas. Y todo cambió de nuevo, pero a mí ya no me podías engañar.

Pedro fue el niño más dulce que nunca pude imaginar y él aprendió a amarte como yo o mucho más. Nunca lo supo porque confiaba en ti ciegamente. No supo cuando regresaron las palizas, los insultos, los menosprecios y que estos también se ciñeron sobre mí una adolescente que te cuestionaba. La noche en que a golpes partiste mi cara, ella ya no aguantó. Escapamos por el camino de los cipreses como un preámbulo de lo horas más tarde sucedería. Un haz de luz cruzo el cielo como partiendo en dos aquella noche maldita.

Llevábamos un buen tramo recorrido cuando pensamos en Pedro, el terror solo nos llevó a escapar. Nunca volvimos a verlo, no hubo manera. Tú jurabas y perjurabas que nos lo habíamos llevado con nosotras. Días después cerca de la laguna encontraron rastros de su ADN. No costó mucho saber que aquel fue el lugar donde murió su inocencia respecto a su padre filicida.

Tu que decías amarlo tanto no dudaste en gritarnos con tu sarcasmo.

-          Ahora si que os he dado donde más os duele….

Quince años después regresé al lugar como una forma de terapia. Mamá había muerto ya, el dolor se la llevó por delante. El lugar triste y desolado se mostraba sin rastros de lo que alguna vez fue vida. Maldito lugar, pensé y maldito tú a quien nunca podré perdonar. Dejé en el lugar exacto de su martirio un ramo de margaritas blancas, mientras el sol me inundaba con un halo de paz y mientras los patos revoloteaban en la laguna de la misma forma en que lo hacían cuando Pedro y yo poníamos barquitos de papel a navegar.