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miércoles, 24 de mayo de 2023

PRIMEROS PASOS

 


PRIMEROS PASOS

El padre observaba el instante desde el otro lado la cámara que ya había disparado cientos de veces. A un fotógrafo ambulante que se pasaba los días de feria en feria solían escaparsele las imágenes realmente importantes y eso le dolía. Un instante que se hace esperar suele ser mucho más deseado y más querido. Y es que Pablito, su Pablito no andaba con un año, ni con dos y estaba a punto de cumplir los cuatro. 
¿Como era posible vivir con la incertidumbre? Pues si se vivía, se vivía con la rabia y con el miedo de los padres que tienen un hijo diferente.
El bitutor pesaba justo la cuarta parte del peso de Pablito aunque eso no fue ningún problema para el niño. En un plisplas pasó de arrastrarse por el suelo a enfilar su cuerpecito cogido de una silla. Y justo en ese instante el padre estaba allí, cuando el niño primero empujó la pierna buena para que esta fuera seguida por la mala con un caminar inseguro y titubeante para caer al suelo acto seguido. Ni él ni la madre tuvieron tiempo de reaccionar ya que Pablito se volvió a coger de la silla y comenzó un acto similar. No hubo fotografías de aquellos instantes ya que un velo de lágrimas llenaba los ojos del fotógrafo.
Fueron días de viajes al hospital, de avances lentos en la sala de rehabilitación però todos sabemos que el deseo de un niño lo arrasa todo. Meses más tarde, en uno de esos regresos del padre viajaron los tres a la finca del abuelo. El viejo quedó maravillado del milagro que había conseguido un bitutor unido al coraje del nieto. 
- ¿Y ahora que te gustaría poder hacer? 
Le preguntó el abuelo a un nieto parlanchín que no dejaba de imaginar las posibilidades que le daba el hecho de caminar.
- Pues subirme a ese árbol- dijo el pequeño al instante.
Fue así como Pablito con cuatro años y tres meses fue descubierto por el padre. Súbido al árbol sin sentir ya el peso del artilugio que cubría su pierna. Y ahora sí, enfocó la escena y realizó el disparo. Un instante que perduraría por siempre en la memoria de aquel niño ahora ya todo un señor llamado Pablo. 

10 comentarios:

  1. La perseverancia de un niño es inimaginable su fuerza y su tesón hizo que esa pierna malita no fuera obstáculo para poder andar.
    Muy buena instantánea de ese logro, que imagino que después vinieron mucho más.
    Una historia de valentía y coraje.
    Besos, feliz semana.

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  2. Un enfoque muy pedagógico, me gusta mucho esa resignación al principio y después esa complicidad entre todos como premio a este luchador innato.
    Hoy un señor llamado Pablo...
    -Te conozco del blog de Myriam y la verdad que pensé que eras un nene pero veo que no: que eres una nena Moli del Canyer jajaja.
    Un abrazo FELIZ FINDE

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  3. ...ENCANTADA DE CONOCERTE PAISANETA PETONS

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  4. Entrañable historia la que nos dejas, Inma. Se siente tan auténtica como emotiva. Puede sentirse que sabes de esos dolores y de esas alegrías. Todo un ejemplo de superación. Un abrazo

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  5. Un conjunto de circunstancias pueden lograr maravillas, cuando un bitutor es acompañado del animo de la inocencia y el cariño de quien nos ama.
    Que linda historia que es tan de la vida misma.
    Un abrazo :)

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  6. actitudes como la de Pablito han hecho que nada se nos ponga como imposible, basta admitir el desafio para que los sueños se hagas reales Un abrazo

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  7. A los niños no los gana nadie en testarudez y constancia! Son unos valientes! Un abrazote!

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  8. Siempre que escribes un relato con esos personajes y la polio me conmueves porque siempre eres capaz de sacar de esa tristeza un rayo de esperanza, de luz, de superación... felicidades y gracias por tu relato y convocatoria.

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  9. Que bella historia, de esfuerzo, fortaleza y perseverancia de aquel niño

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  10. Un relato muy tierno que muestra e carácter voluntarioso del niño. Besos

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