SOMBRAS URBANAS

 Convocatoria JUEVERA para el jueves 16 de mayo, está semana la amiga Mónica desde su blog NEOGEMINIS, nos invita a escribir...

SOMBRAS URBANAS

No se muy bien si el texto que edito se dice mucho con la propuesta. La verdad es que llevo unos meses triste y con problemas de concentración, a veces me siento como las sombras de la convocatoria y es por eso que comparto este escrito en mi blog. Esperando que vengan tiempos mejores y que la inspiración regrese...

EXRESIÓN CORPORAL Y DISCAPACIDAD

Hace unos meses que buscando algunas actividades para llenar parte de mis vacíos, apareció ante mis ojos el nombre de un curso que parecía quedarme lejano o imposible para mí cuerpo no normativo. Desde que tengo consciencia, siempre he sentido atracción por lo imposible, no se si fue este hecho, o el hecho de que mi cuerpo, cada vez más limitado me parece algo ajeno a mi. Las personas con movilidad reducida, nos acostumbramos a la reducción de movimientos o a que estos sean sobre todo una fuente de dolor y no de gozo. A caminar por un mundo de movilidades cual una sombra¿Cuantas veces he lamentado no haber bailado lo suficiente? ¿El no haber aprovechado el pequeño lapsus de fuerza que me dio mi adolescencia y mi juventud? Todo parecía más importante, me limitaba a trabajar para sobrevivir y mi cuerpo, cuando sufría épocas de disociación era tan ajeno a mi como podría serlo el de cualquier desconocido. 

Años de trabajo y lucha, mi cuerpo como medio de producción y subsistencia. Y cuando todo empeoró, cuando el Síndrome Postpolio hizo acto de presencia, no me quedo otra que aceptar. Aceptar el dolor, aceptar el flaqueó de fuerzas, aceptar el agotamiento extremo y a la vez aprender a través y dentro del agua nuevas formas de movimiento. Aprender a ser sirena, para una vez fuera del agua volver a ser consciente de mis limitaciones.

Y estamos en el presente, en el Casal Cívico de Banyoles y yo pidiendo la posibilidad de congratularme con mi cuerpo y estoy ante una persona que no mira mis limitaciones y ante una profesora que se arriesga y dice que si, que puedo, que pruebe...

El primer día fue un auténtico éxtasis, una más dentro de un grupo donde se me acepta, se me suma, se me mira como a una más de ellas, diferente pero una más. Mis ejercicios los hago sentada o utilizo los bastones, a veces me ayudan a apoyarme entre ellas, pero siempre, siempre cuentan conmigo como una más. Y la música fluye de nuevo por mi cuerpo y siento este de nuevo fluir. 

No se que hace que una actividad funcione o no. Que del auge de los primeros días, las personas dejen de ser constantes. Pero resulta que lo que a mí me subyugaba parecía no llenar las expectativas de las otras y así de una semana a otra pasamos de ser 12 a ser 4 en un curso solo subvencionable con un numero determinado de alumnas. El último día y como una especie de despedida, realizamos ejercicios de biodanza con una profundidad que me emocionó. Para la próxima semana, aquel sueño que se hizo posible durante unas semanas, se habrá convertido en una clase de Aerobic, algo menos extraño y demandado, algo más acorde con cuerpos normativos... Y yo seguiré alejada de aquellas sensaciones que nos veta nuestro propio cuerpo a las personas con problemas de movilidad, seguiré pululando cual sombra urbana arrastraré mi tristeza de este último tiempo en el que los lunes por la tarde fluía un rayo de luz.