GALDERIC, EL PEQUEÑO DE CAN GALDERIC
- - Yo he visto
cosas que vosotros no creeríais – acababa de decir Galderic mientras Pedro le escuchaba atento.
Hacía apenas una semana
que acababa de mudarse a aquella vieja masía
buscando un poco de soledad así es que Galderic era al primer vecino que
conocía.
Galderic que nombre tan
extraño en sus oídos para un personaje tan singular. Después de años de
compartir casa con un grupo de neo rurales venidos de Barcelona era justo lo
que necesitaba, tener vecinos así, del pueblo, conocedores del campo, curtidos
por el sol que sigue el duro trabajo.
Le hablo del arado con
los mulos, de los apeos del campo, de cómo arrastrar los troncos….de todas
aquellas cosas que de forma ingeniosa había visto escrito en los libros de
algún iluminado. Cosas que él quería poner en practica pero que por más que las
leía no había forma de que salieran bien. Y ahora se encuentra con Galderic
quien demuestra tener muchísima experiencia en este tipo de labores ya
olvidadas y que Pere intenta rescatar.
- - Cuando se
murió La Bruta, no sabía cómo hacerlo, que mula aquella, tan fina! Tan
obediente! Es que fue buena hasta el final, no había visto a nadie morirse tan
bien, Que irse! Que apagarse! Con que elegancia se murió la jodida.
Y no paraba de hablar,
tomaron algunos vinos de unas botellas antiguas que encontró Pedro por la
masía, después saco una baraja de cartas y jugaron a la butifarra, fue Galderic
quien gano todas las partidas. Y así fue pasando la tarde, tranquilamente, sin
frases complicadas, ni reglas concretas, como hacía tiempo que no le ocurría.
Al anochecer se
despidieron, Pedro quien estaba encantado con reanudar esta amistad espontanea
le grito cuando ya le veía marchar.
- - Galderic! De que
masia me has dicho que eres?
- - Era en
pequeño de Can Galderic, así me conocían.
“Que forma de hablar la
de este hombre” pensó, “siempre habla en pasado”. Pero como el no dominaba
mucho el catalán pensó que podía ser que él no tradujera muy bien.
Pasó más de una semana
sin que Galderic volviera, así que Pedro se desplazó hasta Can Galderic, la
casa donde suponía vivía su amigo. Su sorpresa fue nada más llegar pues se
encontró las ruinas de lo que antaño había sido una gran masía.
“Puede que esté
equivocado” pensó, así que lentamente bajo al pueblo y comenzó a preguntar.
- - Can Galderic?
Pues si está cerca de donde tú vives, pero poco vas a encontrar ya, son todo
ruinas…..
En la tienda fue donde
concretó:
- - Quiero
encontrar a Galderic, a el pequeño de Can Galderic…..
Silencio y después risas.
- - Pero tú sabes
de quien hablas? – dijo Marta la tendera
- - Si de
Galderic, hace unas tardes estuvo en casa compartiendo unos vinos.
-
Ahora lo
entiendo – respondió Marta – con unos vinos todo es posible, hasta hablar con los
muertos.
Pedro se quedó perplejo,
después de mucho insistir, supo que un tal Galderic había vivido en Can
Galderic hasta 1920 año en que murió. Des de entonces y por líos con la
herencia nadie volvió a habitar Can Galderic.
“ Pues si que estamos
buenos” pensó, recordando que uno de los principales motivos que le llevó a dejar
la otra casa, fue por las las neuras de Laura una de las compañeras quien la última
frase que cruzo con él le comento casi llorando:
- En ocasiones veo muertos, y vivir con esto
no es fácil.
No supo más que reír
entre dientes y marchar hacia la vieja masía.
Sin palabras... así he quedado Molí.
ResponderEliminarUna historia que atrapa, y has entrelazado tan bien las diferentes frases, que parecen parte todas de una sola cosa.
Maravilloso es poco!!!
Un beso.
No, no es fácil vivir con esas experiencias pero en sentido positivo son una gran experiencia pero también agota. Como experiencia ocasional es algo increíble. Y, es que hay lugares a los que nos apegamos por toda la eternidad.
ResponderEliminarEstos relatos así me gustan mucho y lo has hilvanado muy, muy bien, para verme reflejada en ese chico.
Besos. Nos vemos el jueves y gracias por tus palabras.
Genia! Has encajado las frases perfectamente para hacer un relato con misterio pero a la vez con un toque de humor. Te felicito. Muchas gracias por participar. Un beso
ResponderEliminarTuvo más suerte que Laura, fue agradable conversar con ese muerto.
ResponderEliminarSi ya es complicado incorporar una frase determinada a un escrito guardando una cierta coherencia, incorporar varias es notable. Te ha quedado un magnífico relato pleno de sentido, misterioso y, como dice Charo, no exento de humor. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un relato denso e intrigante que se adapta a
ResponderEliminarla frase que elegiste pero no la necesita, anda solo y cómo. Me ha gustado mucho. Un abrazo.
Me ha resultado muy grato todo el relato: la situación inicial, las pinceladas con la información justa, el ambiente, la trama, la sorpresa final; y todo ello engarzando varias de las frases propuestas de una forma tan natural que sorprende que hayas partido de ellas para construir el relato y no al revés.
ResponderEliminarFelicidades, muy bueno.
¡Me encantó tu relato! Esos caminos rurales por donde transitan los del mas allá y esa historia costumbrista tan bien hilvanada.
ResponderEliminarUn besazo
¡Me encantó tu relato! Esos caminos rurales por donde transitan los del mas allá y esa historia costumbrista tan bien hilvanada.
ResponderEliminarUn besazo
¡Me encantó tu relato! Esos caminos rurales por donde transitan los del mas allá y esa historia costumbrista tan bien hilvanada.
ResponderEliminarUn besazo