HISTORIAS SECUNDARIAS el amigo IBSO des de su bloc CAMINO A AUTOPIA nos invita a entra dentro de la historia, yo aunque tarde no he podido resistirme al reto. Como dijo Roseau creo firmemente que el hombre es bueno por naturaleza, que salvo casos extraños una persona no nace cruel sino que se hace, que prevenir en la infancia es preferible a tener que castigar en la edad adulta. La mayoría de las veces dar amor y comprensión a un niño es la mejor forma de evitar males mayores, para muestra un botón....
EL BASTARDO
El día acabo como siempre, ya lo sabía hiciera lo que hiciera siempre le
pegaría. Marcho de la sala, cabizbajo, sin derramar una lágrima con rabia y con
los puños cerrados. Los golpes ya no le dolían, también se había hecho
insensible a las palabras de su madre, para qué? Ya no la creía, día a día Clara se quedaba
arrinconada permitiendo que él lo golpeara y le gritara.
Lo único que le dolía a Adolf eran las palabras, sentir como le llamaba
bastardo ante las risas de sus hermanos pequeños. Ahora ya tenía doce años y
comprendía lo que significaba esta palabra: Bastardo, hijo sin padre. Pero él
ya lo sabía des de siempre aunque claro, le dolía.
La maldita palabra la sentía cada día en la escuela, incluso a veces el
maestro la repetía. Adolf aprendió a no bajar la cabeza a mirarlo a los ojos, a
retarlo con la mirada aunque a veces su actitud comportara nuevos golpes, pero
bueno a eso ya estaba acostumbrado.
Un día, cuando era más pequeño, Clara, su madre, le explico que el tenía un
padre especial, que era muy bueno y que le quería, que tenía mucho dinero
porque era judío, que un día vendría a buscarlos y que todo aquel horror se
acabaría. El corazón de Adolf se llenó de esperanza y espero, y espero y
espero…..pero no se hizo el milagro. Muchos días cuando miraba sus zapatos
rotos y la falta de comida, pensaba en aquel padre rico que lo había olvidado y
entonces si lloraba, con dolor y con rabia.
No tenía amigos, tampoco los quería, los demás niños solo lo insultaban o
se burlaban, así que aprendió a sobrevivir solo, sintiéndose cada día más
grande. Sabía en el fondo que el era superior a todos, que un día podría
pisotearlos y hacerles pagar todas las afrentas sufridas, este convencimiento
hizo que su orgullo creciera, se hizo duro y fuerte y dejo de llorar. Solo las
noches con su oscuridad profunda traicionaban su dureza, desde muy pequeño
sufría terribles pesadillas, se despertaba gritando de forma desesperada y
despertaba al resto de la familia, muchas noches este horror le llevaba a
orinarse en la cama, lo que originaba nuevas palizas.
Aprendió a levantarse muy temprano, antes de que naciera el día, si se
había orinado lavaba sus sabanas y las escondía. Nadie tenía que saber su
secreto, él era fuerte y grande no podía
permitirse estas debilidades, aunque se pasara las noches sin dormir. Y así lo
hizo mantenerse despierto durante noches enteras hasta que este maldito vicio
se alejó de él.
Cuando pasaran unos cuantos años marcharía de la granja, viviría en Viena y
asistiría a la escuela de arte. Ahora en este momento, olvido los golpes y los
insultos, cogió el cuaderno de pintura y los lápices y se puso a dibujar.
Posdata: "...El 1 de
Septiembre de 1939, las fuerzas armades
de Adolf Hitler (Aproximadamente 170.000
hombres) invadieron Polonia. Gran Bretaña y Francia exigieron el retiro de
Alemania, pero ésta hizo caso omiso, por lo que ambas naciones le declararon la
guerra..."
Tu relato me ha hecho estremecer... Se dice que Adolf se volvió cruel y despiadado porque acudió a la guerra y lo que allí vio lo marco para ser el asesino que fue después... hoy tú nos muestras otro lado que pude ser... Aún así, lo veo en esa fotografía se me revuelve todo al pensar en las atrocidades que cometió... uf...
ResponderEliminarMuy buen relato...
Besines...
No sé si será real o ficción tu relato, lo que si sé es que explicaría muchas cosas de las que hizo este hombre.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato y, además, se ajusta perfectamente a la idea que tenía para la convocatoria.
Muchas gracias por participar y un abrazo.
Pudo ser. Lo que pasa en la infancia marca toda la vida; aunque yo creo que le fallaba algo en la cabeza, poque no cabe tanta cruelda en cabeza humana.
ResponderEliminarUn abrazo
Un relato arrollador, impresionante. El vivir como vagabundo hicieron crecer sus prejuicios racistas. Y debió ser así, ya que su personalida primitiva, lo hizo incapaz de experimentar empatía.
ResponderEliminarSaludos
Me gustaria pensar que la historia que conozco es la de mentira y que este Adolf se dedicó en realidad a plasmar las miserias sobre lienzos para estabilizar así su terrible niñez.
ResponderEliminarBesos
Si realmente no se si nos perdimos un pintor excelente, se que por dos veces lo rechazaron en la escuela de bellas artes en Viena y que su infancia fue más o menos lo que relato. No me cuesta ponerme en la piel de las personas aunque estas sean muy crueles, solo necesito ver su cara de niño su historia y lo demás ya viene solo. De todas formas hubiera preferido un pintor mediocre a un dictador sanguinario.
ResponderEliminarDiablos, qué bueno. Aún conociendo la historia, me has hecho empatizar con el personaje, vivir sus frustraciones y su deseo de revancha.
ResponderEliminarVisto lo visto, estoy deseando leer tu retrato la próxima semana.
Besos.
Muy buen relato.
ResponderEliminarNormalmente las actuaciones anormales, suelen estar marcadas por situaciones desagradables vividas...
Somos nuestras circunstancias...
Me ha gustado mucho.
Muchos besos.
Somos lo que somos por lo que fuimos y como nos trataron en nuestros primeros años. Es posible que con amor y educación, de vez en cuando, alguna rama torcida no pueda enderezarse, pero nunca se podrá decir que otros tuvieron la culpa.
ResponderEliminarSaludos
Sí, dicen que iba para ser un buen pintor. Podría haber sido tan terco para eso como para lo otro. La historia hubiera sido bien diferente.
ResponderEliminarUn texto que te pone la piel de gallina y te hace apretar los puños.
Besos.