LOS ZAPATOS
BLANCOS “CUÉNTAME UNA HISTORIA DE FANTASMAS” esta
semana es la amiga Charo la que nos convoca des de su bloc ¿QUIERES QUE TE
CUENTE? . Creo que a la mayoría nos apasionan las historias de fantasmas u
otros entes paranormales. Yo no se si me voy del tema, pero es que a veces la
realidad puede ser más dura que la ficción……
LOS ZAPATOS
BLANCOS
Salieron las dos de
Girona de forma precipitada, Ana se mantenía callada y con la mirada perdida.
Laia iba conduciendo y mirando de reojo la cara angustiada de su amiga.
- - Hace ya por
lo menos dos años que no vamos – dijo Laia intentando romper el silencio- tanto
tiempo lleva la casa cerrada que seguro
que los fantasmas se están aburriendo.
Ana recordó por un
instante, las historias que explicaba la familia de su amiga. La vieja casa,
situada a las afueras de Ribes de Freser se encontraba cerca del rió en un
lugar frió y umbrío, no era extraño que pudieran morar en el todo tipo de entes
sobrenaturales pero en este momento eso era lo que menos preocupaba a Ana.
Hacia unos meses que
estaba planificada su boda con Manel , estaba justo haciendo las últimas
pruebas del vestido de novia y fue en ese momento que los vio: eran unos
zapatos blancos con un fruncido de flores. En principio no entendió el porqué
de su reacción, pensó que eran los nervios. Pidió por el lavabo a la
dependienta y vomito sin dejar de llorar todo lo que tenía en el cuerpo.
Cuando salió del lavabo y
mientras la dependienta le ofrecía un vaso de agua, se empezó a hacer la luz.
Miles de imágenes mezcladas como un destello en las que se veía
ella Anita con siete años radiante dos días antes de hacer su primera
comunión. Le acababan de comprar unos zapatos blancos casi de niña mayor con
una preciosa flor blanca y fue justo en aquel instante en el que apareció él,
Antonio su tío preferido.
- - Tío tengo
unos zapatos chulísimos – recuerda que dijo
- -¿Me los
enseñas? Recuerda que le pregunto el.
Y Anita casi lo arrastro
a su habitación que estaba al otro lado de la casa. Recuerda las caricias de
él, que ella no quería, como el casi un monstruo le quitó la ropa. Recuerda el
daño y todo el dolor y que ella se orino
encima y después vomito.
Poco a poco Ana empieza a
comprender por qué no soporta aquella mezcla de olor a orín y sudor que siempre
la hace vomitar. Cierra los ojos y vuelve a recordar: las amenazas de él y el
silencio de ella, las sucesivas veces que volvió a hacérselo en las que ella callaba sintiéndose culpable. Recuerda
los dolores de barriga con los que se despertaba cada mañana y que le provocaban el vómito casi cada día.
Hasta que un día ella le dijo que no, que se lo explicaría todo a sus padres y
fue justo a partir de aquel día que el tío Antonio desapareció y Anita pudo
encerrar en lo más profundo de ella todo aquel horror.
Sentadas junto al fuego,
en la casa de los fantasmas, Ana empieza a hablar mientras gruesas lagrimas
resbalan por su cara, le explica a su amiga todo aquello que hasta el momento
en el que vio aquellos zapatos había estado escondido dentro muy dentro de su
celebro y de todo su ser. Laia la abraza y llora imaginando el horror,
comparado con eso no eran nada las historias de miedo que escondía aquella
casa. Seguro que aquella noche volverían a chirriar las puertas, sentirían a
alguien caminar justo hasta el lado de la cama y respiraría en sus oídos. Pero
esos fantasmas ya no importaban, no representaban para ellas ningún peligro.
Son mucho peores los fantasmas escondidos en el alma, pensó Laia, aquellos que
cuando salen están abriendo rendijas que más adelante permitirán respirar. Pero
eso si , mucho más adelante…..
· *Hace unos
días, después de las denuncias de los abusos sexuales sufridos por algunos
niños en algunos colegios de Los Maristas en Barcelona. Junto a esta noticia
había un artículo que me impactó llegándome a lo más hondo. Se trata dela
experiencia de una mujer que actualmente
preside una asociación en defensa de aquellos niños (ahora mayores) que
sufrieron este tipo de abusos. Las escasas estadísticas que existen sobre este
tema, nos dicen que 8 de cada 10 niños que sufren este tipo de abuso lo sufren
dentro de su entorno familiar: amigos, tíos y en bastantes casos es el propio
padre el agresor.
Esta
historia está basada en la experiencia particular de esta persona quien define
así su experiencia días antes de hacer su primera comunión: Se rompió la magia de ese momento, la metáfora
que asocia el blanco con la pureza, y entonces el color blanco deja de ser
blanco…..
Joder Molí, se me ha encogido el alma y es tal el asco que siento hacia esos monstruos que no puedo decir mucho más sin que se me salten las lágrimas... Un niño no debería pasar por nada malo, muchos menos por algo así, por el gusto de un animal un niñ@ pierde su inocencia, su pureza, su infancia.... es muy triste que pasen cosas así... mucho... no hay castigo que esté a la altura de esos desalmados... no lo hay... :(
ResponderEliminarSiempre me tocas con tus historias, hoy te pasaste amiga...
Ufff....
Besines!!
Es brutal,a mí también me han dado ganas de vomitar leyendo esos actos que no por ser callados tienen menos importancia.
ResponderEliminarEstos son los fantasmas que dan miedo y no esos otros que se visten de aura.
ResponderEliminarLamentablemente, a estos no se les puede exorcizar tan fácilmente y no desaparecen con la luz, ni hacen mucho ruido...
Son los peores.
Un abrazo y un beso.
imapactante historias fantasmas que realidad de carne y hueso, sii son los peores y los más perversos
ResponderEliminarLos fantasmas que llevamos dentro..si que son peores que esos blancos que uhlulan por las casas moviendo cosas..los peores son los que te parten en dos y te arañan la mente , el alma y el cuerpo..sin terminar de salir ...
ResponderEliminarEn vez de hacer tanto experimentos y gastar millones de millones de millones en un aparato que pueda encontrar la partícula de Dios..deberían ver como implementan un chip que se coloque en el cerebro y detecte y frene cualquiera de estos impulsos de violencia en cualquiera de sus formas...y primeramente el abuso infantil...soñar no cuesta nada....no?
Desgraciadamente es algo que pasa en Relidad. Yo siempre he dicho que los muertos no te van ha hacer nada, que los peligrosos son los vivos. Duro relato. Un saludo.
ResponderEliminarQué triste que el blanco pierda su blancura por la noche más absoluta, la noche del alma. Por eso no creo en fantasmas ni me dan miedo. Porque a nuestro alrededor convivimos diariamente con la maldad más terrorífica y real.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy triste la historia que nos cuentas Inma. Desgraciadamente no hay que andar pensando en fantasmas sobrenaturales para que nos atormenten el alma. Basta con echar una mirada diariamente a las noticias o simplemente a nuestro alrededor para darse cuenta que el mal parece estar siempre muy cerca de nosotros.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Desgarradora historia amiga. Eso si que son fantasmas y no los de la bola de hierro. Hay tntas historias escondidas en el alma de los que un día fueron niños y desde ese momento dejaron de serlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Es cierto, esos fantasmas escondidos en el alma, que te torturan la mente, son los peores, me parece una historia realmente triste, e impactante.
ResponderEliminarUn besazo.
Ufff, emotivo y triste relato de fantasmas interiores. Un beso Inma
ResponderEliminarDuro el relato y duras estas situaciones. Ayer leí yo un artículo que también me puso los pelos de punta...hay fantasmas de todo tipo
ResponderEliminarUna triste historia de los fantasmas que nos persiguen.....
ResponderEliminarUna triste historia de los fantasmas que nos persiguen.....
ResponderEliminarUfffffff Molí... esto sí que es terror, estos monstruos de carne y hueso, que se transforman en los fantasmas que nos perseguirán toda la vida... duro, muy duro tu relato, y tristemente real para muchas personas.
ResponderEliminarUn beso.