Des del EL BALCÓN DE CAS y partiendo de unas imágenes preciosas, se nos invita a crear un eslogan y a escribir.......
PINTAR EL INVIERNO DE COLOR
Nunca
entendió porque desde pequeña le llamaban estrafalaria, solo sabía que la forma
como vestían las otras niñas no era de su agrado. Nunca soporto los lacitos que
le ponía su padre en las coletas y mucho menos si estos adornaban alguno de sus
vestidos, odiaba intensamente aquellos calcetines altos que con dos pompones a
ambos lados parecían marearse en el vaivén de sus piernas.
Lucia
era más de pantalones con peto a los que pronto aprendió a añadir telas de
diversos colores, eso unido a camisas de colores fluorescentes o a jerséis
anchos y rayados. También le encantaban los sombreros de paja los cuales pronto
empezó a decorar a su antojo. Así que le costó más de una trifulca con su madre
eso de ir contracorriente.
Su
adolescencia fue tranquila eran pocos los chicos a quien gustara su forma de
vestir y no mirando más allá del envoltorio se perdían la profundidad y belleza
de unos ojos negros curiosos para conocer los secretos más recónditos del
mundo.
Nunca
entendió los cánones que año tras año la moda en el vestir imponía. Ahora
pantalones anchos tipo pata de elefante, otro año vestidos incómodos y
ajustados, tacones altos, bailarinas…..realmente cada año era más difícil encontrar
ropa que fuera con ella. Así es que siguió modificando aquella ropa que podía ser
distinta con un poco de imaginación y con su gracia innata. Lo que no podía comprender
y que era su lucha constante cada invierno, era esa manía de los diseñadores de
crear siempre ropa oscura para los meses de invierno.
¿Acaso no es esta estación
ya bastante oscura de por sí? ¿No son meses que obligan a vivir más horas en la
opacidad que en la luz? ¿Por qué esta manía de hacer que las personas vivan
cubiertas por tinieblas?
Otra
de las cosas que no soportaba era esa necesidad de llevar los pies enfundados
por estrechas botas. Lucia se pasaba el día descalza, le gustaba dar libertad a
sus pies, como decía ella. Era todo un abanico de sensaciones las que podía percibir
a través de sus pies hasta el frío intenso era una sensación que la hacía
renacer cada día.
Así es
que aunque han pasado los años, aún hay quien la llama estrafalaria. Su lema
des de hace ya décadas es el de PINTAR EL INVIERNO DE COLOR. Para ello no duda
en ponerse anoraks de colores vivos y radiantes. Y para sus pies nada más cómodo
y fresquito que unas frescas sandalias de verano. Así la vemos cada día
paseando por las calles de su ciudad, junto a Peter su último amor, un inglés
tan estrafalario como ella.
Un relato agradable que me ha recordado mi juventud, cuando mi hermana no me saludaba por la calle, era una niña pija y yo una niña divertida que vestía diferente. Abrazos
ResponderEliminarY que siga así, maldita sea la uniformidad.
ResponderEliminarBesos.
Bella forma de sentir, de pensar y de ACTUAR. Pintar de color la vida, es un lema excelente para vivir y ella lo tuvo bien claro desde siempre.
ResponderEliminarMe encantó que armonizaras tan bien imagen y palabra para dejarnos un mensaje más que positivo. besos
Cuando vi esa imagen no se me ocurrió nada y sin embargo no creo que exista un mejor slogan como el que le has puesto...eres una artistaaa!!! Un relato precioso.....arriba los que destacan por su rebeldía...bss jueveros...
ResponderEliminarMe parece muy bien elegir ser estrafalario, para ser como los otros, sino como lo que se desea. Vestir el invierno de colores. ¿Por que no? Y encontrar a alguien igual de estrafalario. Muy bien.
ResponderEliminarA mí también me gustaba llevar lo que no llevaba nadie.
ResponderEliminarCierto es que me gustaba vestir actual, pero yo ideaba mis vestidos y no me gustaba encontrarme otro igual o parecido.
Los adornaba con flores, collares o lazos y me sentía feliz diseñando aquello que sólo era mío.
¡Una buena idea vestir el invierno de colores! ¡Ya está bien de que siempre abunde el negro!
Cariños en abrazos.
kasioles
Bunos dias: querer vestir del color el invierno, no me padece nada estrafalario o anormal. O en todo caso me apunto,yo también esta moda. y guardo los colores oucuros sobretodo el negro para lass fiestas de noche,y cermónias de mayor rango. Pero en estos casos se puede lucir escote.Me ha gustado tu entrada porqué esta moda tan generalizada de teñir de oscuro el invierno, no me convence y lo habia peensado muchas veces. Besos!
ResponderEliminarTe relato me recordó a lo que decía Cocó Chanel: en la diferencia está la elegancia.
ResponderEliminarTe relato me recordó a lo que decía Cocó Chanel: en la diferencia está la elegancia.
ResponderEliminarEn una parte de tu relato, me parece reconocer a mis hijas, igual de personales a la hora de vestir. En cuanto al detalle de las sandalias y los pies al frio, no lo soportarían jajaj son las dos muy friolentas. No es mi caso !
ResponderEliminar=)
Un fuerte abrazo
Me gusta tu relato. Cada quien que se vista como más cómodo se sienta, sin ser esclavo de la moda.
ResponderEliminarUn besito, Molí.
Mira, yo no visto nunca de oscuro y no porque el invierno sea gris o no, que lo hacemos gris nosotros. Y tampoco sigo los cánones marcados por otros. Cada uno ha de ser auténtico, para iguales ya están las ovejas y ni entre ellas se parecen...
ResponderEliminarMuy original tu aporte. Me ha gustado mucho.
Besazos.
Muchas gracias Moli, por tu visita.
ResponderEliminarVaya presentación, así se llena el invierno de color.
Y si se sienten cómodos y felices que mejor.
Yo me hacía mis vestidos y me los adornaba, no tan llamativos, pero el vestido que llevaba no se compraba en comercios.
Aquí es muy común ver ancianas más que ancianos pero también los hay, que visten como el arco iris, llueve y no se preocupan de mojarse o no.
Viven en una despreocupación y paz que a mí me cuesta acostumbrarme a verlos así, pero aquí todo es diferente.
Un abrazo y con tu permiso me quedo.
Ambar
No veo el panel de seguidores, te visitaré desde tu propio comentario.
ResponderEliminarOtro abrazote grande.
Ambar
Hola; romper los cánones, algo muy difícil hoy por hoy, pero que llena de color la vida, nuestros pequeños inviernos. Saludos. Pablo.
ResponderEliminarMuy original tu entrada e interpretación de esa foto tan curiosa con esos dos personajes.
ResponderEliminarUn abrazo
Un jueves muy didactico, no puedo comprender porque tenemos que vestir con los colores y formas " de moda", que desde la publicidad intentan imponernos. Yo que nací rebelde, y según pasan los años se me está agudizando el sentimiento. Me asombra ver como luchan y sueñan algunas personas con lo que tiene el vecino.Con lo divertido que es tener un criterio propio y disfrutar eligiendo tu misma.
ResponderEliminarUn abrazo lleno de colores alegres.
No siempre es fácil nadar contracorriente, no dejarse llevar por modas y costumbres, estar al servicio del "yo". Vivimos en sociedad y esta dicta sus normas y no sólo de vestir, sino de comportamiento, de hábitos, de lo que está bien o mal. No, no es fácil ir contracorriente.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Ay, Lucía es el arco iris! Me gusta (porque me reconozco) esa niña rarita que pisaba descalza los convencionalismos para cambiar el gris cotidiano.
ResponderEliminarUn beso
¡Ay, Lucía es el arco iris! Me gusta (porque me reconozco) esa niña rarita que pisaba descalza los convencionalismos para cambiar el gris cotidiano.
ResponderEliminarUn beso
¡Ay, Lucía es el arco iris! Me gusta (porque me reconozco) esa niña rarita que pisaba descalza los convencionalismos para cambiar el gris cotidiano.
ResponderEliminarUn beso
En algo me identifico con estas letras... no tanto lo de los colores sino coo lo de ir contracorriente... y con lo de ir descalza, es una verdadera sensación de libertad para mí ello.
ResponderEliminarUn beso.
En el fondo pintar la ropa es la primera expresión para pintar la vida...y eso era lo que ella hacía...muy de acuerdo con esa idea de colorear el mundo empezando por uno mismo
ResponderEliminarEn el fondo pintar la ropa es la primera expresión para pintar la vida...y eso era lo que ella hacía...muy de acuerdo con esa idea de colorear el mundo empezando por uno mismo
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