DE MOSTAR A TUZLA
25 de diciembre de 1993
En la oscuridad de la noche fue consciente del peligro
real. Conduciendo el viejo camión Nissan comprado de segunda mano por la
organización, se metió en una especie de carretera paralela construida a toda
prisa por los bosnios y que hacía su recorrido atravesando las montañas. El
peligro era doble al tener que conducir en la más absoluta oscuridad ya que
encender cualquier tipo de luz era un peligro, pero también estaba el tema de
las minas colocadas estratégicamente por los serbios en la carretera principal,
sin la certeza que en ese camino
alternativo no las hubiera.
Mi compañero de vida pertenecía desde hacía un tiempo a una
organización de ayuda humanitaria desvinculada totalmente de cualquier ONG. Los
medios de los que disponían se debían a la solidaridad de las clases populares
ya que la ayuda humanitaria, principalmente comida, iba dirigida a los mineros y sus familias de la ciudad de Tuzla.
Para llevar adelante el proyecto solidario, compraron tres vehículos
de segunda mano (dos camiones y un cuatro por cuatro) ya que disponían de poco
capital. Durante semanas, en la ciudad de Girona se hizo un llamamiento general
para que aquellos que pudieran hicieran su aportación en forma de productos no
perecederos de alimentación. Al grupo de voluntarios dispuestos a ir desde
Girona se unieron compañeros de Barcelona, Madrid, Sevilla y de Ciudad Badía en Sabadell. Todos unidos por la misma causa: la ayuda y solidaridad de los obreros con los
mineros de Tuzla.
Ayuda Obrera a Bosnia ya había organizado otros comboys
similares, pero ninguno de esa magnitud. Llegaba la Navidad y que mejor regalo
que llevarles comida y dos de los vehículos a los compañeros que hacían doble
jornada en Tuzla: la de mineros y la de combatientes contra los serbios.
El viaje fue toda una odisea, ya en el trayecto, uno de los
camiones quedo averiado sin remedio en una de las carreteras que atraviesan
Italia. Días y días de espera en el puerto de Ancona esperando un permiso que
les permitiera llegar a su destino, comprobando in situ las grandes diferencias
en cuanto a infraestructuras, material y capital de que disponían las grandes
ONS. Ellos eran nada a su lado, pero
sabían que lo eran todo para los
mineros de Tuzla los más olvidados de la contienda.
Atravesaron lugares destruidos por la guerra, vivieron de
cerca el hambre y la desnutrición, pero también supieron de la sonrisa de un
niño al que le das como regalo la mascota de peluche del camión.
Después de aquella noche de auténtica pesadilla llegaron a
su destino y comprobaron la alegría de aquellos que hasta esos días se habían sentido
abandonados. Cada uno de ellos, fueron ubicados en el ámbito de una familia de
mineros, eran uno más con quienes compartían lo poco que tenían en cuanto a
alimentos.
La despedida fue dura, el camino de regreso se hizo largo.
En la cabina del camión iban tres de ellos, en la caja cerrada de atrás viajaban
los seis restantes. Los contratiempos y las esperas fueron semejantes al camino
de ida. Les llevó días resituar tal hazaña, ya dentro de Italia fueron
interceptados por los carabinieri, cuando los vieron salir del camión y poniéndose
las manos en la cabeza, les preguntaron:
--Pero ¿de dónde vienen ustedes? ¿no saben que no pueden
viajar así en un camión? ---
--Venimos de llevar ayuda humanitaria a Bosnia---
respondieron haciéndose entender en un italiano pésimo.
--¿Ayuda humanitaria? —preguntaron extrañados los italianos—ustedes
sí que están para recibir ayuda humanitaria….
El camión llegó a Barcelona dos días después del día de
Reyes, todos llegaron sanos y salvos, pero hasta el final de la guerra AYUDA
OBRERA A BOSNIA no cejo en su ayuda solidaria con la causa bosnia, pero sobre
todo con los mineros de Tuzla.
Leer estas cosas nos ayudan en creer en el ser humano ..no puedo decir nada más hoy ..vengo del blog de pitt y me ha dejado kao ..siento no estar más alegre hoy pero no puedo amiga ..gracias por todos tus relatos son de verdad una maravilla ..Abrazos con todo mi cariño .
ResponderEliminarSi hay algo que a los humanos nos haga parecernos a los dioses, es la solidaridad.
ResponderEliminarBello relato.
Besos.
Que importante labor altruista y solidaria desempeñan aquellos que, como tu compañero de vida, participaron y participan en ejemplos como este. Salir de la zona propia de confort arriesgando su vida para salvar a otros, muestra la nobleza de corazón que está presente en las personas que lo hacen. Eso nos da esperanza en la especie humana.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu participación, INMA. Besos y mucho ánimo, paciencia y fuerza en estos tiempos que nos
tocan vivir.
Una historia que merecía ser contada. Gracias. Un fuerte abrazo Moli
ResponderEliminarSon tantos y tan poco reconocidos, claro que a ellos no les importa, hacen una labor magnífica y la gente se lo agradece con cariño y afecto. es otro modo de vida. Abrazos
ResponderEliminarexcelente iniciativa que son ejemplos de lo que todos deberíamos no se si hacer pero si intentar con las causas mas cercanas. Saludos a todos
ResponderEliminarVerídico, seguro. Hay muchas organizaciones pequeñas y humildes que llevan ayuda a dodnde se necesita, son héroes, altruistas de vocación, siempre admirables. Bonita entrada la tuya.
ResponderEliminarUn abrazo y tarde bonita
Una acción encomiable.
ResponderEliminarHay muchas clases de solidaridad, algunas más reconocidas que otras, que hacen grandes labores. Qué importante es ser solidario.
ResponderEliminarUn beso enorme.