CONVOCATORIA JUEVERA PARA EL JUEVES 31 DE MARZO, ESTA SEMANA LA AMIGA MÓNICA DESDE SU BLOG NEOGEMINIS NOS INVITA A ESCRIBIR SOBRE.....
GESTOS
Entraba de puntillas mientras él iba deslizando sus dedos
por las teclas. Al principio, él no llegaba a comprender como era posible. Como
alguien rodeado de silencio, sabía justo el instante y el lugar. No era el
mejor profesor de piano, de eso era consciente, por eso para poder sobrevivir
no le quedo otra que compartir su piso con una pareja padres de una niña.
Y era ese niña de apenas cinco años quien lo traía de
cabeza, porque en su vida toda llena de música no cabía la posibilidad de que
alguien en el mundo no pudiera escucharla. Y es que Saray era sorda, con una de
aquellas sorderas profundas en la que no servían ni audífonos ni implantes. De
ahí su extrañeza de que en el momento en que él comenzará a tocar fuera la hora
que fuese, ella apareciera. En su silencio perpetuo la pequeña no decía nada,
solo se sentaba ante él y su rostro se transformaba en un sinfín de muecas de
felicidad.
Ante la falta de explicaciones posibles, él dedujo que la
chiquilla era capaz de captar en sus gestos todos los matices. Por eso sabía
justo el instante en que tenía previsto ir a tocar, o bien se acurrucaba a su
lado en aquellos momentos en que le podía la nostalgia. Ella que se comunicaba
sin problemas a través del lenguaje de signos evitaba utilizarlos con él.
En la primavera del 2020 la pandemia alejo a Saray de su escuela,
aunque sus padres habían de ir a trabajar. Él no dudo en prestase para hacer de
canguro, no era difícil hacerse cargo de una niña que lo dice todo con la
mirada. Ella le ofrecía su aprobación y su agradecimiento a cambio él la enseño
a bailar. No fue difícil ya que algo que apreció en los días de confinamiento
es que Saray era capaz de captar la música a través de las vibraciones, aunque
estas se produjeran en el aire.
Dos años después él toca
en un cuarteto de música clásica en las distintas ciudades de su país, aunque
es consciente de que nunca tendrá una oyente más entregada que Saray.
En cuanto a ella, Saray es más que feliz ya que es una de
las mejores alumnas de danza contemporánea del Liceo de música de su ciudad.
Que preciosa historia, Saray desde luego que será la mejor fan del profesor pianista, y ella llegará lejos en la danza, su afán de superación le hará llegar muy lejos. Un abrazo grande para el resto de semana.
ResponderEliminarUn relato con mucha magia! muchas gracias por traerlo para esta convocatoria de gestos y leguaje corporal. Un abrazo
ResponderEliminarBonita historia, cuántas personas hacen brillar el mundo y no se lo agradecemos. Abrazos
ResponderEliminarEmotiva historia. Encontró su vocación en el baile, a pesar de no poder oir.
ResponderEliminarY el pianista tuvo el éxito que merecía.
Bien contado. Un abrazo.
Qué preciosa historia. Ese cortometraje es muy emotivo.
ResponderEliminarBesos.
Una conmovedora historia que me recordó la película de "Mr HOlalland opus", EEUU 1995, dir por Stephen Herek con Richard Dreyfuss en el papel principal:
ResponderEliminarhttps://www.wikiwand.com/es/Mr._Holland%27s_Opus
Besos
Enternecedor relato y precioso corto. Te recuerdo que Beethoven era sordo.
ResponderEliminarUn abrazo
recuerdo los inicios de los aparatos reproductores de cintas de video.La primera pelicula que grabé y visioné fue " el milagro de Ana Sullivan " me impresionó y aún hoy me pone la carne de gallina. Cómo llegó a entender, a comprender los signos para comunicarse y ser " humana" por que la comunicación es eso. Muy bonita entrada la tuya, Un abrazo
ResponderEliminarSaray es una niña prodigiosa. No solo es feliz en sus aficiones, sino que hace feliz a los demás con el arte que la habita. Su diferencia no es impedimento para conseguir cualquier logro que se proponga. Buen relato. Abrazo
ResponderEliminarEs una historia preciosa que, en cierto modo, cambió o influyó a ambos. Quién sabe si un día será posible que él toque y ella baile siguiendo sus vibraciones.
ResponderEliminarUn beso enorme y feliz fin de semana.
Preciosa e inspiradora historia…
ResponderEliminarEs digno de admirar cuando la voluntad supera, muchas veces, esos obstáculos que limitan en la vida…
Emotivo y esperanzador, querida amiga.
Siempre un placer leerte.
Abrazo grande, y feliz finde 💙
(Ya están hechas las publicaciones, así como los reconocimientos, del reto de marzo. Cuando puedas y desees, te pasas) 😉
https://paraisodeletras-blogueros.blogspot.com/2022/03/odio.html
https://lovelybloggers-alwais.blogspot.com/
La humanidad avanzó mucho cuando comenzamos hablar.
ResponderEliminarES un relato tan enternecedor como bonito, toca el corazón...
Un beso
Un bello y maravilloso texto que me llena de emoción
ResponderEliminarNo sabia yo que la vibraqcion de la musica se podia percibir.... la verdad yo no la siento, si acaso los bajos. Muy bello y revelador tu cuento
ResponderEliminarQué entrañable relato, MOLI, es emotivo y sensible.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Besos
Qué preciosidad de relato, Molí, sobre ese profesor de piano y esa niña sorda. Y el cortometraje es precioso. Aunque la vida nos pone obstáculos, a veces está en nuestra mano decidir hasta que punto estos nos van a impedir hacer lo que nos propongamos.
ResponderEliminarUn besazo enorme :3
Es real que los sordos son receptores por la vibraciones de la música y no dudo que la protagonista de tu relato será inmensamente feliz aprendiendo danza contemporánea, porque lo que le falta de audición lo sobrepasará en ritmo interior,
ResponderEliminarAleccionador tu relato.
Un abrazo Molí.
Ludwig nunca entendería porque hoy es considerado un genio...si sus últimas obras fueron escritas en el silencio.
ResponderEliminarNo importa como Saray lo nterpretara, yo creo que más que un vibración detrás de todo esto hay un sentimiento... sentir es ver, ver es escuchar, escuchar es saborear.... estoy muy loco.
Una historia de una amistad preciosa, de las que abren los corazones. Me ha encantado. Y es que la música es también ritmo y el ritmo está en el cuerpo, en el sentir amplio, y no solo en oído.
ResponderEliminarBesos.
preciosidad de relato, un escalofrío me ha recorrido mientras te leía.
ResponderEliminarabrazo
Una historia que estremece, porque se ve muy real, más que posible. La sordera severa es una maldición, a mí me encanta la música, pero es cierto que se pueden comunicar perfectamente y llevan una vida del todo normal.
ResponderEliminarUn abrazo