PROFESOR: JOAQUIM NOGUERÓ
9 - VELOCIDAD LITERARIA
EL TRIO
Los acordes eran similares al sonido emitido por su violín, su
vida estaba ahí caminando de forma acompasada envuelta por la música de Bach, o
de Mozart, o de Debussy. Desde donde llegaba su memoria el violín se alargaba
como una extensión de ella misma. Toda ella desde la punta de la uña del dedo
gordo del pie, hasta el último de sus cabellos vibraban a través de la melodía.
Las cuerdas resbalaban como si de pequeños pececillos se trataran, cristalinas
y transparentes. Todo eso fue así hasta que apareció el, con el sonido grave y
sinuoso de la viola. Como no podía ser de otra forma ambos sucumbieron a las
notas y así formaron el primer dúo.
Los cuerpos entrelazados lentamente se acoplan, los suspiros de
ella son pequeñas notas efervescentes, los de él más agudos la llevan a tal
estremecimiento que su cuerpo sucumbe al placer una vez, y otra y otra no hay
intermezzo posible ya que el domina el col legno y el
tremolo como los mismos dioses de la música. No es posible separar sus
cuerpos, de la misma forma que sería imposible interrumpir una bella melodía
cuando el arco está vibrando sobre las cuerdas. Pareciera que toda una vida de
practica con los instrumentos los hubiera instruido de igual forma en las artes
amatorias. Así el sexo con toques musicales sabe a gloria, un arpegio imposible
de parar.
El otro entró en sus vidas por casualidad, en una de las pocas
escapadas que se permitían lo encontraron en un oscuro antro del barrio
antiguo. Tocaba el bajo en un quinteto de jazz y a diferencia de ellos dos
nunca había soportado la música clásica. Ninguno de los dos perdió de vista sus
dedos acariciando casi con furia el instrumento, tan igual a un contrabajo,
pero tan distinto en los toques de improvisación dentro de la banda. Nada que
ver con ellos ¿o sí?
Cuatro manos acompasadas acarician su cuerpo, el nuevo miembro en
un trío plenamente acoplado da la nota discordante que la lleva al clímax
haciéndola gemir de placer. El nuevo amante es un experto en el pizzicato, lo
que les faltaba a ambos y una buena dosis de improvisación.
En los cánones musicales de su tiempo, su trio, quedo reconocido como el único que fue capaz
de fusionar como nadie las sonatas y melodías de la música clásica con el swing
y el ragtime.
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