CONVOCATORIA JUEVERA PARA EL JUEVES 23 DE JUNIO, ESTA SEMANA LA AMIGA MÓNICA DESDE SU BLOG NEOGEMINIS, NOS INVITA A ESCRIBIR SOBRE: VIDAS, SUEÑOS, SITUACIONES...INFRECUENTES, IMPROVABLES, IMPOSIBLES....

NADIE

Hace años que metió sus deseos en el pozo de los sueños imposibles. Antes, cuando tenía a Rot a su lado sentía que había algo a lo que agarrarse, de hecho, fue él: un perro sarnoso por el que nadie hubiera dado un centavo quien se acercó a él en uno de sus días grises. Era algo imposible, una quimera, el juez ya le dejó claro que era un irresponsable y un incompetente el día que dictó sentencia apartando por siempre a sus dos hijos de él. Alguien incapaz de tener un trabajo estable o de seguir pagando el alquiler estaba claro que no podía ser padre, aunque las leyes de la naturaleza lo permitan. Pero Rot se quedó junto a él y él fue capaz de cuidarlo. El poco dinero que conseguía con las limosnas se dedicó ante todo a aquel perro que llego a ser precioso cual león.

Y entonces fue cuando comenzó la lucha contra los animalistas, chicos bien del barrio que no concebían que un perro viviera en la calle.

--Explotación animal—le dijeron

--Tu vives en la calle porque quieres, pero ese pobre perro se merece una vida mejor…

Otra sentencia especificó que si no tenía un hogar para garantizar unas buenas condiciones de vida el perro debía ir a un albergue para animales. Que de allí solo podría adoptarlo si garantizaba una cierta estabilidad económica. El perro sería chipclado, vacunado, esterilizado… cosas que él como irresponsable que era nunca hizo. Así fue como un día soleado se lo arrancaron de sus brazos sin escuchar sus lamentos, ni los de Rot que gemía desesperado.

Según la ley era imposible que se quedara en la calle por no pagar el alquiler durante tres meses. Pero esa imposibilidad sucedió. También es improbable que a un padre que ha cuidado a sus hijos con cariño y amor le retiren la custodia, pero esa improbabilidad sucedió. Es infrecuente que alguien separe a un mendigo de su perro, pero esa infrecuencia le tocó en suerte. Sabe que hay una rifa para que sucedan cosas malas y que él tiene todas las papeletas para que le toquen.

En su escuálida cartera, queda escondido su carnet de identidad, algo que lo identifica y que ha cuidado con esmero por si acaso aparece alguna ayuda, algo que le diga que existe ya  que hace años que ningún ser humano lo mira a los ojos a no ser que lo haga con desprecio. Con una cerilla, prende el documento y mira como este se acaba convirtiendo en ceniza. Ahora ya es real, ya no existe, en cuestión de segundos se ha convertido en nadie.