LO QUE NO VIVÍ

 CONVOCATORIA JUEVERA PARA EL JUEVES 17 DE AGOSTO, ESTA SEMANA LA AMIGA MAG DESDE SU BLOG LA TRASTIENDA DEL PECADO, NOS INVITA A ESCRIBIR....

EL ÚLTIMO SUSPIRO

LO QUE NO VIVÍ

Sus imágenes estaban recogidas en una vieja libreta, en la que yo cuidadosamente iba enganchando cada una de sus fotografías de aquel tiempo. Y es que, aunque en teoría yo era una chica de los 70, desde siempre he sentido una atracción especial por la década anterior. Las canciones que cantaban a grito mis compañeras de clase no me decían nada, muchachos guapitos que con sus labios susurraban letras empalagosas y fue cuando mi hermano llevo a casa el primer tocadiscos, cuando en dos LPS que parecían antagónicos los descubrí.

En el primero, un Paul guapísimo para mi, mantenía cogido por los cuernos a un carnero mientras las fotos del interior mostraban la vida apacible del beatle en una granja de Escocia. Como una broma cruel el otro LP, el de John, mostraba a este cogido de las orejas de un cerdo. Eso era la declaración de un final, aunque por entonces yo ni lo imaginaba ya que nunca hasta ese día de principios de los 70, había habido en mí el más mínimo interés por The Beatles.

Y fue entonces, cuando millones de fans lloraban la perdida de una época dorada. Cuando lo que parecía imposible acababa de ocurrir, fue justo en ese momento, en que The Beatles nacieron para mí.

Me pasaba horas escuchando aquellos álbumes y los que vinieron a continuación, discos de vinilo, singles y LPS, con las icónicas imágenes de los cuatro chicos de Liverpool. ¡Lo que hubiera dado por vivir aquellos años! Las melodías irrumpían continuamente en mi mente, en mi cuerpo y en mi alma, incluso aprendí bastante ingles escuchando a The Beatles. Podía pasarme horas esperando ver su imagen por TV. Junto a mi hermano recorríamos las salas de cine para ver sus películas reproducidas a destiempo. Recortaba todas sus imágenes, sabia de sus vidas, odiaba a Yoko Ono… Y me quedaba con John por su genialidad y con Paul por su guapura.

El 9 de diciembre de 1980 yo iba a cumplir los 22 años, justo unas horas antes asesinaron a mi Beatle preferido. Y lloré, me desmoroné, sentí rabia y dolor a la par que la sensación de que lo que podía ser posible NUNCA ocurría, a partir de ese día ya no. Ese día se evaporó la más mínima posibilidad de poder ver a mis cuatro chicos juntos de nuevo. De que algo, no sabía bien que, haría el milagro posible. The Beatles quedarían separados por siempre, como un recuerdo vivo, siempre vivo…

No lo viví, pero sí… ya que fui una de las fans más empedernidas y constantes. Aún hoy, con el paso de los años, conozco cada una de sus canciones y las tarareó. Más de cuarenta años después veo la emoción de mi nieto mayor cuando escucha música beat y entonces soy consciente de que a veces en la vida los posos de lo que fue nunca desaparecerán.